sábado, 31 de mayo de 2014

Job 8

Capítulo 8: Job 8

Primer discurso de Bildad: la triste suerte de los impíos
8 1 Bildad de Súaj replicó, diciendo:
2 ¿Hasta cuándo hablarás de esta manera y tus palabras serán un viento impetuoso?
3 ¿Acaso Dios distorsiona el derecho y el Todopoderoso tergiversa la justicia?
4 Si tus hijos pecaron contra él, él los dejó librados a sus propios delitos.
5 En cambio, si tú recurres a Dios e imploras al Todopoderoso,
6 si te mantienes puro y recto, seguramente, él pronto velará por ti y restablecerá tu morada de hombre justo.
7 Tus comienzos habrán sido poca cosa, frente a la grandeza de tu porvenir.
8 Interroga, si no, a las generaciones pasadas, considera lo que experimentaron sus padres.
9 Nosotros somos de ayer y no sabemos nada, nuestros días sobre la tierra son una sombra.
10 Ellos te instruirán y te hablarán, sacarán de su corazón estas palabras:
11 ¿Brota el papiro fuera de los pantanos? ¿Crece el junco donde no hay agua?
12 Tierno aún, y sin que nadie lo corte, se seca más pronto que cualquier otra hierba.
13 Tal es la suerte de los que olvidan a Dios, así perece la esperanza del impío.
14 Su confianza es apenas un hilo, su seguridad, una tela de araña.
15 Se apoya sobre su casa, y ella no resiste, se aferra a ella, y no queda en pie.
16 Ahí está lleno de savia ante los rayos del sol, sus retoños se extienden sobre su jardín;
17 sus raíces se entrelazan en el pedregal, se prenden al terreno rocoso.
18 Pero apenas lo arrancan de su sitio, este reniega de él, diciendo: "Nunca te vi".
19 ¡Esa es la buena suerte que le toca, mientras otro brota del polvo!
20 No, Dios no desdeña al hombre íntegro, ni toma de la mano a los malvados.
21 Él llenará otra vez tu boca de risas y tus labios de aclamaciones jubilosas.
22 Los que te odian se cubrirán de vergüenza, y la carpa de los malvados no existirá más.

La bolsa de trucos

La bolsa de trucos (01-06-14)

En su libro The Life God Blesses (La vida que Dios bendice), Gordon McDonald cuenta la historia sobre sus experiencias en el equipo de atletismo de la Universidad de Colorado a finales de los años cincuenta.
En particular, recuerda los ejercicios tan duros que tenía que hacer con un compañero de nombre Bill. “Todavía hoy día me angustio al pensar en aquellos ejercicios cada lunes por la mañana”.
Cuando las prácticas terminaban, me iba tambaleando a los vestidores.
Pero Bill era diferente. Sin duda aquellos ejercicios eran igualmente difíciles para él, pero cuando terminaba, se quedaba descansando en el césped cerca de la pista de atletismo. Después de unos veinte minutos, mientras Gordon se duchaba, Bill hacía todos los ejercicios otra vez.
Pero Bill no se consideraba un atleta excepcional entre sus compañeros. Durante el tiempo que estudió en la Universidad de Colorado, nunca ganó una medalla en competencias nacionales ni jamás integró un equipo de estrellas. «No era un gran atleta», recuerda Bill, «pero tenía una teoría... la teoría de la bolsa de trucos: no hay un movimiento importante que puedas hacer en tus prácticas o en las competencias, pero hay miles de pequeñas cosas que sí puedes hacer».
Es probable que Bill no haya hecho un gran impacto durante sus años en la universidad, pero su disciplina y empeño le pagaron buenos dividendos. Sus dos mejores especialidades eran el salto largo y los 400 metros.
Siguió trabajando en ambas modalidades y añadió otras disciplinas para poder competir en el decatlón. Gracias al esfuerzo disciplinado y un constante mejoramiento, el poco espectacular atleta universitario que había trabajado junto a (y adelante de) Gordon McDonald se convirtió en un atleta mundialmente famoso. Porque este Bill no es otro que Bill Toomey, el decatleta promovido al Salón de la Fama Olímpico en 1984.
En 1966 estableció un récord mundial en decatlón, ganó medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1968 y ganó cinco campeonatos nacionales seguidos de decatlón, algo que todavía nadie ha podido lograr en su deporte.
Lo que llevó a Toomey a alcanzar tan grandes logros fue su disciplina. Estas palabras de Gordon McDonald lo dicen todo: «La diferencia entre nosotros empezó los lunes por la tarde en los días de práctica. Él no le tenía miedo a la disciplina y dio el máximo. Yo le tenía miedo a la disciplina e hice lo mínimo»
Disciplina y constancia es el secreto. Grano a grano. Un poquito acá y otro poquito allá. Segundo a segundo. Página a página. No intentes llegar de una vez, pero mantén la disciplina y la constancia. Dios está a tu lado. ¡¡¡Anímate!!! Aún puedes.
Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Romanos 12:12
Así que, hermanos míos, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15:58

Evangelio del Domingo 01 de Junio

Día Litúrgico: Ascensión del Señor (A)

Texto del Evangelio (Mt 28,16-20): En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Comentario: Dr. Josef ARQUER (Berlin, Alemania)

«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra»

Hoy, contemplamos unas manos que bendicen —el último gesto terreno del Señor (cf. Lc 24,51). O unas huellas marcadas sobre un montículo —la última señal visible del paso de Dios por nuestra tierra. En ocasiones, se representa ese montículo como una roca, y la huella de sus pisadas queda grabada no sobre tierra, sino en la roca. Como aludiendo a aquella piedra que Él anunció y que pronto será sellada por el viento y el fuego de Pentecostés. La iconografía emplea desde la antigüedad esos símbolos tan sugerentes. Y también la nube misteriosa —sombra y luz al mismo tiempo— que acompaña a tantas teofanías ya en el Antiguo Testamento. El rostro del Señor nos deslumbraría.
San León Magno nos ayuda a profundizar en el suceso: «Lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado ahora a sus misterios». ¿A qué misterios? A los que ha confiado a su Iglesia. El gesto de bendición se despliega en la liturgia, las huellas sobre tierra marcan el camino de los sacramentos. Y es un camino que conduce a la plenitud del definitivo encuentro con Dios.
Los Apóstoles habrán tenido tiempo para habituarse al otro modo de ser de su Maestro a lo largo de aquellos cuarenta días, en los que el Señor —nos dicen los exegetas— no “se aparece”, sino que —en fiel traducción literal— “se deja ver”. Ahora, en ese postrer encuentro, se renueva el asombro. Porque ahora descubren que, en adelante, no sólo anunciarán la Palabra, sino que infundirán vida y salud, con el gesto visible y la palabra audible: en el bautismo y en los demás sacramentos.
«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18). Todo poder.... Ir a todas las gentes... Y enseñar a guardar todo... Y El estará con ellos —con su Iglesia, con nosotros— todos los tiempos (cf. Mt 28,19-20). Ese “todo” retumba a través de espacio y tiempo, afirmándonos en la esperanza.

31 de Mayo - Félix de Nicosia

Félix de Nicosia, Santo
Religioso Capuchino, 31 de Mayo

Martirologio Romano: En Nicosia, en Sicilia, san Félix (Jacobo) Amoroso, religioso, que después de haber sido rechazado durante diez años, finalmente ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, desempeñando humildísimos oficios con sencillez e inocencia de corazón (1787). 
Fecha de canonización: 23 de octubre de 2005 por el Papa Benedicto XVI.
Etimológicamente: Félix = Aquel que se considera Feliz o afortunado, es de origen latino.

San Félix (Filipo Giacomo Amoroso) nació en Nicosia el 5 de noviembre de 1715. Su padre era zapatero remendón y él mismo trabajó desde joven en una zapatería. Muy piadoso y religioso desde su infancia, aspiraba a la vida religiosa y, cuando murieron sus padres, acudió a los capuchinos solicitando el ingreso, pero no fue admitido. Perseveró en su pretensión durante años hasta que fue admitido en 1743 en el convento de Mistretta, donde hizo la profesión religiosa como hermano lego y tomó el nombre de fray Félix de Nicosia.
Enviado al convento de Nicosia, acompañó primero al hermano limosnero por las calles de la ciudad y luego fue hortelano, cocinero, zapatero, enfermero, portero y sobre todo, durante más de cuarenta años, limosnero, oficio éste que le permitió ponerse en contacto con mucha gente a la que edificó e hizo mucho bien. Su exquisita espiritualidad y grandes virtudes, como la humildad, la mansedumbre, la caridad, atrajeron hacia él la atención de los fieles, que se encomendaban a sus oraciones y decían recibir de Dios por medio de ellas grandes favores, incluso milagros. El guardián del convento sometió muchas veces a prueba su obediencia y humildad, comprobando que fray Félix era en efecto tan santo como parecía. Llevaba una vida austerísima, con grandes ayunos y mortificaciones. Devotísimo de la eucaristía, se pasaba no pocas horas de la noche ante el sagrario, y era asimismo muy fervorosa su devoción a la Virgen María.
Lleno de méritos murió en su convento de Nicosia el 31 de mayo de 1787. Fue beatificado por el papa León XIII el 12 de febrero de 1888, y canonizado por el papa Benedicto XVI el 23 de octubre de 2005.

viernes, 30 de mayo de 2014

Job 7

Capítulo 7: Job 7

7 1 ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado?
2 Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal,
3 así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor.
4 Al acostarme, pienso: "¿Cuándo me levantaré?". Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora.
5 Gusanos y costras polvorientas cubren mi carne, mi piel se agrieta y supura.
6 Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin.
7 Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.
8 El ojo que ahora me mira, ya no me verá; me buscará tu mirada, pero ya no existiré.
9 Una nube se disipa y desaparece: así el que baja al Abismo no sube más.
10 No regresa otra vez a su casa ni el lugar donde estaba lo vuelve a ver.
11 Por eso, no voy a refrenar mi lengua: hablaré con toda la angustia de mi espíritu, me quejaré con amargura en el alma.
12 ¿Acaso yo soy el Mar o el Dragón marino para que dispongas una guardia contra mí?
13 Cuando pienso: "Mi lecho me consolará, mi cama compartirá mis quejidos",
14 entonces tú me horrorizas con sueños y me sobresaltas con visiones.
15 ¡Más me valdría ser estrangulado, prefiero la muerte a estos huesos despreciables!
16 Yo no viviré eternamente: déjame solo, porque mis días son un soplo.
17 ¿Qué es el hombre para que lo tengas tan en cuenta y fijes en él tu atención,
18 visitándolo cada mañana y examinándolo a cada instante?
19 ¿Cuándo dejarás de mirarme? ¿No me darás tregua ni para tragar saliva?
20 Si pequé, ¿qué daño te hice, a ti, guardián de los hombres? ¿Por qué me has tomado como blanco y me he convertido en una carga para ti?
21 ¿Por qué no perdonas mis ofensas y pasas por alto mis culpas? ¡Mira que muy pronto me acostaré en el polvo, me buscarás, y ya no existiré!

Si Dios se fuese de huelga

Si Dios se fuese de huelga (31-05-14)

¿Cómo es que Dios arriba nunca se ha ido a la huelga, debido a que no lo trataron bien en cosas que no le gustaron?
Si sólo una vez se hubiese rendido, y dicho: ¡Hasta aquí... me rindo! He tenido suficiente con los de la Tierra, así que esto es lo que voy a hacer; daré mis órdenes al sol: ¡Corta el suministro de calor! Y a la luna: ¡No brindes más luz, y seca los mares!
Entonces, sólo para empeorar las cosas y aumentar las presiones: ¡Apaga el vital oxígeno hasta que todo aliento se extinga!
¿Saben? Él estaría en lo correcto si de justicia se tratase todo esto. Ya que a nadie se le ha abusado tanto o enfrentado más desdeño que a Dios, y sin embargo sigue adelante proveyéndonos a ti y a mí de todos los favores de Su gracia y de todo lo demás, gratuitamente.
Los hombres demandan un mejor trato y se van a la huelga. Pero, ¿qué trato le hemos dado a Dios, a quien le debemos todo?
No nos importa a quién lastimamos para obtener las cosas que nos gustan. Pero en qué desastre nos encontraríamos ¡¡¡Si Dios se fuese a la huelga!!!
Gracias a Dios que grande es su misericordia. Él ha prometido que nunca nos dejará. Su misericordia es el mejor regalo para nosotros los pecadores. Su Fidelidad es grande. Pero recuerda... Fidelidad con fidelidad se paga.
Y dijo: Bendito sea El Señor, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome El Señor en el camino a casa de los hermanos de mi amo. Génesis 24:27
Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Éxodo 15:13
Y pasando El Señor por delante de él, proclamó: ¡Dios! ¡Dios! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad. Éxodo 34:6

Evangelio del Sábado 31 de Mayo

Día Litúrgico: Sábado VI (A) de Pascua

Texto del Evangelio (Lc 1,39-56): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

Comentario: Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)

«Saltó de gozo el niño en mi seno»

Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.
El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).
A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».
Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

30 de Mayo - María Celina de la Presentación

María Celina de la Presentación, Beata
Clarisa, 30 de Mayo

María Celina de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María (Jeanne Germaine Castang) nació en Nojals, aldea de Dordoña (Francia), el 24 de mayo de 1878. Sus padres, Germaine Castang y Marie Lafage, humildes campesinos pero testigos ejemplares del Evangelio, tuvieron doce hijos. 
Fue bautizada el mismo día de su nacimiento y puesta bajo la protección de la Madre del Señor. A la edad de cuatro años, mientras jugaba con sus hermanos, cayó en las aguas heladas de un arroyo. El accidente le causó poliomielitis, privándola del uso de la pierna izquierda. A pesar de esa discapacidad, la niña no se encerró en sí misma, sino que colaboraba en los quehaceres domésticos. Frecuentó la escuela de su aldea, dirigida por las Hermanas de San José de Aubenas, y se destacó por su inteligencia y jovialidad. Se integró, además, en las actividades parroquiales. 
En 1887 la familia, por una grave crisis económica, se vio obligada a abandonar su hermosa casa y trasladarse a vivir en una casucha en el campo. En la situación de indigencia de la familia, Jeanne Germaine, a sus diez años, dando muestras de humildad y disponibilidad, llegó incluso a ir al pueblo a pedir limosna para que sus padres y sus hermanos pudieran comer. Tuvo que abandonar la escuela y dejar de frecuentar diariamente la parroquia, porque le quedaba muy lejos. 
En febrero de 1891, en el hospital infantil de Burdeos, se sometió a la operación de la pierna. Permaneció cinco meses en este centro de salud, soportando el dolor con «paciencia angélica», como testimoniaron las enfermeras del hospital, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En julio de ese mismo año, aún convaleciente, entró en el Instituto «Nazaret» de Burdeos, dirigido por las Hermanas de Jesús María de Le Dorat, que acogía muchachas con dificultades, para recibir los cuidados que su familia no podía proporcionarles. Fue un período fecundo de su vida, porque allí comenzó a discernir con mayor claridad la voluntad de Dios para ella. 
El 12 de junio de 1892 recibió, con extraordinaria devoción, la primera Comunión; y en julio sucesivo la Confirmación. Ya entonces daba la impresión de vivir constantemente en la presencia de Dios. El 29 de diciembre de ese año murió su madre y ocho días después su hermano mayor; por eso, Jeanne Germaine tuvo que encargarse de sus dos hermanas pequeñas, a las que se llevó al Instituto «Nazaret» de Burdeos. 
Para entonces ya pensaba en consagrarse a Dios. Cuando las religiosas de San José de Aubenas, congregación a la que pertenecía su hermana mayor, acogieron a sus dos hermanas pequeñas, ella por fin pudo llevar adelante su plan de consagración total al Señor. Primero solicitó el ingreso en las clarisas de Burdeos y luego en las Religiosas de Jesús María de Le Dorat, pero no la aceptaron por su cojera y porque aún no tenía quince años. Tuvo que esperar. 
Por fin, a los 18 años, el 12 de junio de 1896 pudo ingresar como postulante en el cercano monasterio «Ave María» de las clarisas, y el 21 de noviembre de ese mismo año vistió el hábito franciscano, tomando el nombre religioso de María Celina de la Presentación de la Santísima Virgen María.
En el convento conservó la actitud de caridad y servicio que la había caracterizado en su familia, y progresó sobre todo en el camino de la humildad, la mortificación y el ocultamiento. Su salud comenzó a empeorar. La enfermedad, que se manifestó en una grave forma de tuberculosis, reveló la grandeza de su fe y la firme voluntad de completar en su frágil cuerpo lo que falta a la Pasión de Cristo. 
Pocos días antes de su muerte, escribió en su diario: «No te complacen los holocaustos ni las víctimas. ¡Heme aquí! He venido para tomar mi cruz. Me ofrezco como víctima, como Jesús... Hasta ahora he sacrificado todo: afectos, pensamientos... ¿Deberé ser ahora menos generosa? No. ¡Heme aquí! Corta, quema, amputa, haz de mí lo que quieras, con tal de que mi amor a ti aumente siempre más y más. Sólo pido esto». 
El 30 de mayo de 1897, ciento noventa días después de ingresar en el noviciado, tras emitir la profesión religiosa «in artículo mortis», María Celina entregó su alma a Dios.
La beatificó el papa Benedicto XVI, y presidió la ceremonia de la beatificación, celebrada en Burdeos el 16 de septiembre de 2007, el cardenal José Saravia, Prefecto de la Congregación para las causas de los santos.

jueves, 29 de mayo de 2014

Job 6

Capítulo 6: Job 6

Respuesta de Job: la miseria del hombre sobre la tierra
6 1 Job respondió, diciendo:
2 ¡Ah, si pudiera pesarse mi dolor y se pusiera en la balanza toda mi desgracia!
3 Ahora pesarían más que la arena del mar, ¡por eso digo tantos desatinos!
4 Las flechas del Todopoderoso están clavadas en mí y mi espíritu absorbe su veneno; los terrores de Dios están enfilados contra mí.
5 ¿Rebuzna el asno salvaje sobre la hierba verde o muge el toro junto a su forraje?
6 ¿Se come sin sal un alimento insípido o tiene sabor la clara de huevo?
7 Lo que yo me resistía incluso a tocar es mi alimento en la enfermedad.
8 ¡Si al menos se cumpliera mi pedido y Dios me concediera lo que espero!
9 ¡Si Dios se decidiera a aplastarme, si soltara su mano y me partiera en dos!
10 Entonces tendría de qué consolarme y saltaría de gozo en mi implacable tormento, por no haber renegado de las palabras del Santo.
11 ¿Qué fuerza tengo para poder esperar? ¿Cuál es mi fin para soportar con paciencia?
12 ¿Tengo acaso la resistencia de las piedras o es de bronce mi carne?
13 No, no encuentro ninguna ayuda dentro de mí mismo y se me han agotado los recursos.
14 Bien merece la lealtad de su amigo el hombre deshecho que ha perdido el temor a Dios.
15 Pero mis hermanos me han traicionado como un torrente, como el cauce de los torrentes pasajeros,
16 que corren turbios durante el deshielo, arrastrando la nieve derretida.
17 Al llegar el verano, se evaporan; con el calor, se extinguen en su propio lecho.
18 Las caravanas desvían su trayecto, se internan en el desierto y perecen.
19 Las caravanas de Temá vuelven los ojos hacia ellos, los viajantes de Sabá esperan encontrarlos.
20 Pero se avergüenzan de haber esperado, llegan hasta allí, y quedan defraudados.
21 Así son ahora ustedes para mí: ven algo horrible, y se llenan de espanto.
22 Yo nunca les dije: “Denme algo, regálenme una parte de sus bienes;
23 líbrenme del poder del enemigo, rescátenme de las manos de los violentos”.
24 Instrúyanme, y yo me callaré; háganme entender dónde está mi error.
25 ¿Acaso son hirientes las palabras rectas? Pero ¿qué se arregla con los reproches de ustedes?
26 ¿O pretenden arreglarlo todo con reproches, mientras echan al viento las palabras de un desesperado?
27 ¡Ustedes echarían suertes sobre un huérfano y traficarían con su propio amigo!
28 ¡Decídanse de una vez, vuélvanse hacia mí! ¿Acaso les voy a mentir en la cara?
29 Vuelvan, les ruego, y que no haya falsedad; vuelvan, está en juego mi justicia.
30 ¿Acaso hay falsedad en mi lengua o mi paladar no sabe discernir la desgracia?