miércoles, 31 de diciembre de 2014

Deuteronomio 22

Capítulo 22: Deuteronomio 22

Prescripciones diversas
1 Si ves extraviados al buey o a la oveja de tu hermano, no te despreocupes de ellos y ve a devolvérselos cuanto antes.
2 Si ese hermano no es tu vecino o no sabes quién es, encierra al animal en tu casa y cuídalo hasta que él lo venga a reclamar. Entonces se lo devolverás.
3 Lo mismo harás con su asno, con su ropa y con cualquier otro objeto que pierdas tu hermano y que tú encuentres: no podrás despreocuparte de ellos
4 Si ves caídos en el camino al asno o al buey de tu hermano, no te despreocupes de ellos y ayúdalo a levantarlos.
5 La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre un vestido de mujer: el que lo hace resulta abominable a los ojos del Señor, tu Dios.
6 Si mientras vas caminando, encuentras en un árbol o en el suelo un nido de pájaros con pichones o con huevos, y la madre está echada encima de ellos, no tomes a la madre con su cría.
7 Deja en libertad a la madre y toma para ti los pichones. Así serás feliz y tendrás una larga vida.
8 Cuando construyas una casa nueva, pondrás una baranda alrededor de la terraza. Así no harás a tu casa responsable de derramamiento de sangre, en el caso de que alguien se caiga de allí.
9 No sembrarás en tu viña otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será sagrada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la viña.
10 No ares con un buey y un asno juntos.
11 No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino.
12 Coloca unos flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubres.

Las acusaciones contra una joven esposa
13 Si un hombre se casa con una mujer y se une a ella, pero después le toma aversión,
14 la acusa falsamente y la difama, diciendo: «Yo me casé con esta mujer, y cuando me uní a ella comprobé que no era virgen»,
15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de su virginidad, y las exhibirán ante los ancianos, en la puerta de la ciudad.
16 El padre de la joven dirá a los ancianos: «Yo entregué mi hija a este hombre para que fuera su esposa, pero él le ha tomado aversión
17 y ahora la acusa falsamente, declarando que no encontró en ella las señales de la virginidad. Aquí están las pruebas de que mi hija era realmente virgen». Y en seguida extenderán la sábana nupcial ante los ancianos de la ciudad.
18 Entonces estos tomarán al hombre y lo castigarán
19 por haber difamado a una virgen israelita, condenándolo, además, a pagar cien siclos de plata, que entregarán al padre de la joven. Ella seguirá siendo su mujer, y el hombre no podrá repudiarla nunca más.
20 Pero si la acusación resulta verdadera y no aparecen las pruebas de la virginidad de la joven,
21 la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la gente de esa ciudad la matará a pedradas, por haber cometido una acción infame en Israel, prostituyéndose en la casa de su padre. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes.

El adulterio, la violación y el incesto
22 Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos; el hombre que estaba acostado con la mujer, y también ella. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes.
23 Si una joven virgen está comprometida con un hombre, y otro la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
24 se hará salir a los dos a la puerta de esa ciudad y los matarán a pedradas; a la joven por no haber pedido auxilio, a pesar de que estaba en la ciudad; y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes.
25 Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven comprometida y se acuesta con ella por la fuerza, sólo morirá el hombre que se acostó con ella.
26 A la joven, no le harás nada, porque no ha cometido un pecado que merezca la muerte. Es un caso semejante al de un hombre que ataca a otro y lo mata:
27 como el encuentro se produjo en el campo, tal vez la joven pidió auxilio, pero no había nadie que la socorriera.
28 Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, la toma por la fuerza y se acuesta con ella, y son sorprendidos,
29 el hombre que se acostó con ella deberá pagar al padre de la joven cincuenta siclos de plata y ella será su mujer. Nunca podrá repudiarla, porque él la violó.

Se termina el año

Se termina el año (01-01-15)

El día de hoy podríamos considerar tres cosas:
a) El tiempo pasa.
b) La muerte se acerca.
c) La eternidad nos espera.
El tiempo pasa volando. Han pasado ya las penas y las alegrías. De ellas sólo queda el mérito de haber sufrido con espíritu sobrenatural, y de haber agradecido a Dios las satisfacciones. El pasado deja huella en la biografía que Dios tiene de mí.
La muerte se acerca. Cada día que pasa estoy más cerca de ella. Es necio no querer pensar esto. Muchos de los que murieron el año pasado se creían que iban a seguir vivos en éste, pero se equivocaron. Puede que este año sea el último de nuestra vida. No es probable, pero sí posible. Debo tenerlo en cuenta. En ese momento trascendental, ¿qué querré haber hecho? ¿Qué NO querré haber hecho? Conviene hacer ahora lo que entonces me alegraré de haber hecho, y no lo que me pesará haber hecho.
La eternidad nos espera. Nos preocupamos mucho de lo terrenal que va durar muy poco. Nos preocupamos de la salud, del dinero, del éxito, de nuestra imagen, etc. Todo esto es transitorio. Lo único que va a perdurar es lo espiritual. El cuerpo desaparece. Lo único que va a quedar de nosotros es el alma espiritual e inmortal.
Con la muerte no termina la vida del hombre: se transforma, como dice el Prefacio de Difuntos. Palabras de Santo Tomás Moro sobre la morada en el cambio de destino.
Los que niegan la vida eterna es porque no les conviene. Pero negarla no es destruirla. La verdad es lo que Dios nos ha revelado.
Hoy es el momento de hacer balance. No sólo económico, sino también espiritual y moral. Hagamos examen del año que termina. Sin duda que habrá páginas maravillosas, que besaremos con alegría. Pero también puede haber páginas negras que desearíamos arrancar. Pero eso ya no es posible. Lo escrito, escrito está.
Hoy abrimos un libro nuevo que tiene todas las páginas en blanco. ¿Qué vamos a escribir en él? Que al finalizar este año que hoy comienza, podamos besar con alegría cada una de sus páginas. Que no haya páginas negras que deseemos arrancar.
Puede que en ese libro haya cosas desagradables que no dependen de nosotros. Lo importante es que todo lo que dependa de nosotros sea bueno. Pidamos a Dios que dirija nuestra mano para que a fin de año podamos besar con alegría todo lo que hemos escrito.
También es el momento de examinar todas las ocasiones perdidas de hacer el bien. Ocasiones irrecuperables. Pueden venir otras; pero las perdidas, no se recuperarán. Finalmente, demos gracias a Dios de todo lo bueno recibido en el año que termina. De la paciencia que Dios ha tenido con nosotros. Y de su gran misericordia. JL

Evangelio del Jueves 01 de Enero

Día Litúrgico: 1 de Enero: Santa María, Madre de Dios (Día octavo de la octava de Navidad)

Texto del Evangelio (Lc 2,16-21): En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.

Comentario: Rev. D. Manel VALLS i Serra (Barcelona, España)

«Los pastores fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre»

Hoy, la Iglesia contempla agradecida la maternidad de la Madre de Dios, modelo de su propia maternidad para con todos nosotros. Lucas nos presenta el “encuentro” de los pastores “con el Niño”, el cual está acompañado de María, su Madre, y de José. La discreta presencia de José sugiere la importante misión de ser custodio del gran misterio del Hijo de Dios. Todos juntos, pastores, María y José, «con el Niño acostado en el pesebre» (Lc 2,16) son como una imagen preciosa de la Iglesia en adoración.
“El pesebre”: Jesús ya está ahí puesto, en una velada alusión a la Eucaristía. ¡Es María quien lo ha puesto! Lucas habla de un “encuentro”, de un encuentro de los pastores con Jesús. En efecto, sin la experiencia de un “encuentro” personal con el Señor no se da la fe. Sólo este “encuentro”, el cual ha comportado un “ver con los propios ojos”, y en cierta manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser testigos de la Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar «a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño» (Lc 2,17).
Se nos señala aquí un primer fruto del “encuentro” con Cristo: «Todos los que lo oyeron se maravillaban» (Lc 2,18). Hemos de pedir la gracia de saber suscitar este “maravillamiento”, esta admiración en aquellos a quienes anunciamos el Evangelio.
Hay todavía un segundo fruto de este encuentro: «Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto» (Lc 2,20). La adoración del Niño les llena el corazón de entusiasmo por comunicar lo que han visto y oído, y la comunicación de lo que han visto y oído los conduce hasta la plegaria de alabanza y de acción de gracias, a la glorificación del Señor.
María, maestra de contemplación —«guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19)— nos da Jesús, cuyo nombre significa “Dios salva”. Su nombre es también nuestra Paz. ¡Acojamos en el corazón este sagrado y dulcísimo Nombre y tengámoslo frecuentemente en nuestros labios!

31 de Diciembre - Melania la Joven

Melania la Joven, Santa
Penitente, 31 de Diciembre

Etimológicamente significa oscura. Viene de la lengua griega.
Dice Mateo: Los discípulos se acercaron a Jesús y él les enseñaba diciendo: Dichosos los que tienen un corazón de pobre, pues el Reino de Dios les pertenece.

A los 14 años, esta chica aristócrata romana se casó con su primo Pinio, que tenía 17. Diez años más tarde, perdieron a sus dos hijos. En su desconsuelo, tomaron una opción en la vida. Se pusieron de mutuo acuerdo para seguir los consejos evangélicos. Como quiera que fueran ricos, se reunieron para ver la manera de repartir sus bienes a los pobres. Una vez que lo hicieron, salieron para Roma poco antes de que Alarico pudiese llevárselos. En primer lugar, se retiraron a Sicilia, después a Tagaste cuya diócesis tenía por pastor a un amigo y vecino, San Agustín, obispo de Hipona. Llegaron con ellos quince eunucos y otras tantas esclavas. Le pertenecían todas las tierras de Tagaste. Los fieles querían que Pinio fuera el obispo, pues de esta manera estaba asegurada la fortuna para la comunidad cristiana. Pero Pinio y Melania se fueron a Jerusalén. El murió allí en el año 432. Melania fundó un monasterio no lejos del lugar de la Ascensión, en el Monte de los Olivos, en el que murió a la vuelta de una fiesta.
Conócete a ti mismo (Sócrates). ¡Feliz final de Año!

martes, 30 de diciembre de 2014

Deuteronomio 21

Capítulo 21: Deuteronomio 21

Expiación del homicidio cometido por un desconocido
1 Si en la tierra que el Señor, tu Dios, te da en posesión, alguien encuentra un hombre muerto, tendido en medio del campo, y no se sabe quién lo mató,
2 tus ancianos y tus jueces irán a medir las distancias que hay entre la víctima y las ciudades de alrededor.
3 Luego los ancianos de la ciudad más cercana tomarán una ternera que no haya sido sometida a ningún trabajo ni haya estado bajo el yugo;
4 la llevarán hasta un arroyo de agua perenne, a un lugar donde no se cultiva ni se siembra, y la desnucarán junto al arroyo.
5 También se harán presentes los sacerdotes levitas, porque el Señor los eligió para que estuvieran a su servicio y para que estuvieran a su servicio y para que bendijeran en su Nombre y a ellos les corresponde resolver los litigios y los casos de agresión.
6 Luego los ancianos de la ciudad más cercana a la víctima se levarán las manos en el arroyo, sobre la ternera desnucada.
7 y pronunciarán éstas palabras: «Nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada.
8 Perdona, Señor, a tu pueblo Israel, ese pueblo que tú rescataste, y no dejes recaer sangre inocente sobre tu pueblo Israel». Así quedarán absueltos del delito de sangre.
9 De esta manera harás desaparecer de entre ustedes la sangre inocente, haciendo lo que es recto a los ojos del Señor.

El matrimonio con una prisionera de guerra
10 Cuando salgas a combatir contra tus enemigos, y el Señor, tu Dios, los ponga en tus manos, si tomas algunos prisioneros
11 y entre ellos ves una mujer hermosa que te resulta atrayente, y por eso la quieres tomar por esposa,
12 deberás llevarla a tu casa. Entonces ella se rapará la cabeza, se cortará las uñas,
13 se quitará su ropa de cautiva y permanecerá en tu casa durante un mes entero, llorando a su padre y a su madre. Sólo después de esto podrás unirte a ella para ser su esposo, y ella será tu mujer.
14 Pero si más tarde dejas de quererla, le permitirás disponer de sí misma, y no podrás venderla por dinero ni maltratarla, porque la has violentado.

El derecho de primogenitura
15 Si un hombre que tiene dos mujeres, ama a una y a la otra no, a las dos le dan hijos, pero el primogénito es hijo de la mujer que no ama,
16 Cuando reparta la herencia entre sus hijos, no podrá considerar como primogénito al hijo de la mujer que ama, en perjuicio del verdadero primogénito.
17 El deberá reconocer como primogénito al hijo de la mujer que no ama, dándole dos partes de todo lo que posee, porque este hijo es el primer fruto de su vigor, y por eso le corresponde el derecho de primogenitura.

El hijo rebelde
18 Si un hombre tiene un hijo indócil y rebelde, que desobedece a su padre y a su madre, y no les hace caso cuando ellos lo reprenden,
19 su padre y su madre lo presentarán ante los ancianos del lugar, en la puerta de la ciudad,
20 y dirán a los ancianos: «Este hijo nuestro es indócil y rebelde; no quiere obedecernos, y es un libertino y un borracho».
21 Entonces todos los habitantes de su ciudad lo matarán a pedradas. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes, y todo Israel, cuando se entere, sentirá temor.

El cadáver expuesto
22 Si un hombre, culpable de un crimen que merece la pena de muerte, es ejecutado y colgado de un árbol,
23 su cadáver no quedará en el árbol durante la noche, sino que lo enterrarás ese mismo día, porque el que está colgado de un árbol es una maldición de Dios. Y tú no mancharás el suelo que el Señor, tu Dios, te da como herencia.

Sumergidos

Sumergidos (31-12-14)

Se cuenta que durante una prueba, un submarino  permaneció muchas horas en aguas profundas. Cuando salió a la superficie le preguntaron al capitán: ¿En qué forma le afectó anoche la tempestad?
Sorprendido, el capitán respondió: ¿Tempestad? No sabemos nada de tempestad alguna.
Las noticias cada vez son más desalentadoras, la inseguridad y la violencia a nivel mundial se han incrementado impresionantemente, lejos de mejorar pareciera que el mundo se dirige a un caos total.
Sin embargo, para aquellos que confiamos en Dios, que lo hemos puesto por escudo, refugio y escondite, las malas noticias no deben afectarnos porque nada ni nadie podrán tocarnos, por muy fuertes que soplen los vientos, nuestras vidas están sobre la Roca segura.
En muchos Salmos encontramos declaraciones acerca del cuidado y protección de Dios hacia sus hijos. Quizás el Salmo 91 sea uno de los más conocidos y de los que más aliento nos infunden cuando las cosas no se ven nada bien:
“Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso… Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré. Los recompensaré con una larga vida y les daré mi salvación”.
No temas si la tempestad se desata y golpea fuerte, si las malas noticias aumentan o pareciera que tus enemigos han aumentado; tu esperanza, refugio, escondite y salvación es Dios y Él no permitirá que nada te dañe.
Inclusive es posible que desconozcas todos los peligros de los que Dios te ha librado, justamente porque estabas sumergido en Él cuando soplaron los vientos. AMFI

Evangelio del Miércoles 31 de Diciembre

Día Litúrgico: 31 de Diciembre (Día séptimo de la octava de Navidad)

Texto del Evangelio (Jn 1,1-18): En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.

Comentario: Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu, Barcelona, España)

«Y la Palabra se hizo carne»

Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!

30 de Diciembre - Sabino

Sabino, Santo
Obispo y Mártir, 30 de Diciembre

Etimología: Sabino = Nativo en las Sabinas (antiguo pueblo de la Italia Central). Viene de la lengua latina.
Se lee en la Pasión de san Sabino que en aquellos tiempos, por órdenes del emperador, Venustiano, prefecto de Toscana, hizo comparecer al dicho Sabino, que era obispo de Asís (Italia) y le preguntó:
¿Con qué derecho impulsas tú al pueblo a abandonar nuestros dioses para entregarse a un hombre muerto?
—Es sabido que Cristo, tras haber sido muerto y enterrado, resucitó al tercer día, respondió Sabino.
—Puedes escoger entre sacrificar a los dioses o morir en los tormentos, replicó el prefecto; después de lo cual solo tú quedara resucitar como Cristo, tu maestro.
Venustiano le hizo cortar las manos y luego le envió a prisión. Ahí, Sabino le devolvió la vista a un ciego. Al saber esto, Venustiano, que sufría una enfermedad incurable en los ojos, fue a visitar al prisionero. Este, no contento con curarle los ojos, curó también su alma y la abrió a la fe. Lo bautizó, así como a su mujer y a sus hijos, y encontró asilo en su casa. Apenas llegó a Roma el rumor de estas conversiones, el emperador encargó al tribuno Lucius que fuera a castigar al prefecto de Toscana y acabara con el obispo. Y así fue como Venustiano, su mujer y sus dos hijos fueron decapitados en Asís, y Sabino, que fue llevado a Spoleto, murió azotado.
La Pasión que acabamos de citar es una obra imaginativa que data de los siglos V o VI. Sin embargo, san Sabino es un mártir auténtico; pero nada sabemos de él, ni siquiera si fue obispo de Asís o de alguna otra parte.