lunes, 30 de noviembre de 2015

01 de Diciembre - Blanca de Castilla

Blanca de Castilla, Santa
Reina de Francia y Religiosa, 01 de Diciembre

La corte ha dado también santos. Blanca era hija de Alfonso IX, rey de Castilla y de Eleonora de Inglaterra. Nació en el año 1185.
Cuando era todavía una adolescente quinceañera, contrajo matrimonio con Luis, hijo de Felipe-Augusto, rey de Francia en el año 1200.
Al morir Felipe, el 14 de julio de 1223, ocupó el trono su marido con el nombre de Luis VIII. Se le coronó, al estilo de aquellos siglos, en la bella catedral de Reims al mes siguiente. A los tres años murió el rey Luis. Los obispos estaban presentes y veían con gran dolor la pena que tenía Blanca. La consolaron y le dieron la regencia y la tutela de su hijo. Dicen que como regente mostró una fina prudencia y al mismo tiempo mucha energía.
Nadie comentaban se lo podían imaginar. Hizo trizas todas las intrigas que conspiraban contra la corona real. La guerra contra los albigenses continuó. En 1228, hizo un tratado de paz con Raimundo, conde de Tolosa.
Educó a su hijo en la verdad cristiana. Por eso, con esta buena madre y su profunda fe, su hijo llegaría también más tarde, a la santidad: san Luis rey de Francia.
Fue en peregrinación a Tierra Santa. Murió cuatro años más tarde. Sus restos descansan en el monasterio de Maubuisson, fundado por ella misma.
En Roma, en la iglesia de los franceses, se conservan algunas de sus reliquias.

Oseas 9


1 ¡No te alegres, Israel, no te regocijes como los pueblos! Porque te has prostituido lejos de tu Dios y has amado el salario de las prostitutas sobre todas las eras de trigo.
2 Pero la era y el lagar no los alimentarán y el vino nuevo los dejará defraudados.
3 No habitarán en el país del Señor: Efraím regresará a Egipto, y en Asiria comerán un alimento impuro.
4 No harán al Señor libaciones de vino y sus sacrificios no le agradarán; su pan será como un pan de duelo, y todos los que lo coman quedarán contaminados, porque ese pan será para ellos mismos y no entrará en la Casa del Señor.
5 ¿Qué harán ustedes el día de la solemnidad, el día de la fiesta del Señor?
6 Ellos escaparon a la devastación, pero Egipto los reunirá, Menfis los enterrará, la ortiga heredará sus tesoros de plata, las espinas invadirán sus carpas.
7 ¡Han llegado los días de pedir cuenta, han llegado los días de la retribución: que lo sepa Israel! El profeta se vuelve loco, el hombre del espíritu delira, a causa de la enormidad de tu falta y de tu gran hostilidad.
8 El profeta, centinela de Efraím, está junto a Dios, pero se le tiende una red en todos sus caminos y él encuentra hostilidad hasta en la Casa de su Dios.
9 Ellos se han corrompido profundamente como en los días de Guibeá; pero él se acordará de sus culpas y pedirá cuenta de sus pecados.
10 Como uvas en el desierto, yo encontré a Israel; como una breva en la higuera, al comienzo de la estación, yo vi a sus padres. Pero, al llegar a Baal Peor, se consagraron a la Ignominia y se hicieron abominables como el objeto de su amor.
11 ¡Efraím! Su gloria saldrá volando como un pájaro: no habrá más parto, ni embarazo, ni concepción.
12 Aunque críen a sus hijos, se los quitaré antes que sean hombres. Sí, ¡ay de ellos cuando yo los abandone!
13 Cuando yo vi a Efraím, era una plantación en una pradera, pero tendrá que llevar sus hijos al verdugo.
14 ¡Dales, Señor...! ¿Qué les darás? Dales un vientre estéril y pechos resecos.
15 Toda su perversidad se manifestó en Guilgal: allí comencé a detestarlos. Por la maldad de sus acciones los arrojaré de mi casa, ya no los amaré más; todos sus jefes son rebeldes.
16 Efraím está herido, se ha secado su raíz, ya no fructificará. Aunque tengan hijos, yo mataré el fruto precioso de sus entrañas.
17 Mi Dios los rechazará porque no lo escucharon, y andarán errantes entre las naciones.

Buscando el trabajo de mis sueños


“Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo” Thomas Carlyle.
Es interesante notar algunos mensajes de personas que están buscando trabajos, otros están queriendo tener cambios ya que atraviesan por crisis. La realidad es que buscan el trabajo de sus sueños, y lo interesante es que muchos de ellos asocian el trabajo de sus sueños en algo que les dé estabilidad y la seguridad económica durante muchos años que les permita vivir sus últimos días tranquilos.
Cuando pensamos que el trabajo de mis sueños debe darme seguridad y estabilidad, estoy limitando todo mi potencial y todo mi talento, y a su vez eso me lleva a una vida de mediocridad e insatisfacción. El trabajo de tus sueños debe gustarte tanto de manera que no sientas que estás trabajando sino divirtiéndote.
¿Estás satisfecho con tu trabajo actual? ¿Te gusta la empresa dónde trabajas? ¿Quieres encontrar ese trabajo de tus sueños?
1. No sigas buscando el trabajo de tus sueños. Tú debes crearlo, comienza a ver posibilidades de los lugares o ambientes donde te gustaría trabajar. ¿Qué cosas quieres ver en tu trabajo? ¿Cuál es tu parte para hacer esa realidad?
2. El trabajo de tus sueños debe estar alineados con tus valores y tu misión. Cuando sabes a lo que has sido llamado a hacer te vas a divertir. ¿Cuáles son tus valores? ¿Cuál es tu misión? ¿Cuál es tu forma de vida?
3. Atrévete a vencer tus miedos a la incertidumbre. Quita de tu vida los pensamientos de conformismo: “ese es el trabajo que encontré”, “nunca voy a conseguir el trabajo ideal…”, “bueno, al menos tengo un trabajo”. Esos pensamientos necesitan ser reemplazados con pensamientos ganadores. ¿Cómo son mis pensamientos acerca del trabajo que tengo o del que no tengo?
4. Se sabio, busca ayuda en personas que te aporten valor. Atrévete a preguntar cómo puedes ir de un buen trabajo al mejor trabajo. ¿Quién en mi red de relaciones puede ayudarme?
5. Nunca dejes de soñar, toma la iniciativa, planifica donde te gustaría trabajar o a que puesto te gustaría llegar, actúa y entrénate para llegar a la meta.
Podamos aprender de la hormiga:
“¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos” Proverbios 6:6-8
¿Quién dice que la hormiga no disfruta su trabajo?
Hoy es el mejor día para crear el trabajo de tus sueños, para comenzar a ver posibilidades y transformarlas en realidad. PS

Evangelio del Martes 01 de Diciembre

Día Litúrgico: Martes I (C) de Adviento

Texto del Evangelio (Lc 10,21-24): En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».

«Te bendigo, Padre»

Comentario: Abbé Jean GOTTIGNY (Bruxelles, Bélgica)

Hoy leemos un extracto del capítulo 10 del Evangelio según san Lucas. El Señor ha enviado a setenta y dos discípulos a los lugares adonde Él mismo ha de ir. Y regresan exultantes. Oyéndoles contar sus hechos y gestas, «Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra’» (Lc 10,21). 
La gratitud es una de las facetas de la humildad. El arrogante considera que no debe nada a nadie. Pero para estar agradecido, primero, hay que ser capaz de descubrir nuestra pequeñez. “Gracias” es una de las primeras palabras que enseñamos a los niños. «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños» (Lc 10,21). 
Benedicto XVI, al hablar de la actitud de adoración, afirma que ella presupone un «reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas».
Un alma sensible experimenta la necesidad de manifestar su reconocimiento. Es lo único que los hombres podemos hacer para responder a los favores divinos. «¿Qué tienes que no hayas recibido?» (1Cor 4,7). Desde luego, nos hace falta «dar gracias a Dios Padre, a través de su Hijo, en el Espíritu Santo; con la gran misericordia con la que nos ha amado, ha sentido lástima por nosotros, y cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha hecho revivir con Cristo para que seamos en Él una nueva creación» (San León Magno).

domingo, 29 de noviembre de 2015

30 de Noviembre - Federico de Ratisbona

Federico de Ratisbona, Beato
Leñador, 30 de Noviembre

Nació en Ratisbona (Alemania). Sus padres pertenecían a la clase media. Entró como hermano no clérigo en el convento de los agustinos, y sirvió a la comunidad como carpintero, con el encargo de proveer a la casa la leña necesaria para el uso cotidiano, un modesto trabajo llevado a cabo durante años unido a una profunda vida de oración.
Pronto fue apreciado por su religiosidad, por su humildad y en particular por su ardiente devoción a la Eucaristía. Murió el 29 de noviembre de 1329.
Es una lástima que sea poco lo que se sabe de su vida. Conocemos, eso sí, algunas relaciones legendarias, como las aparecidas al inicio del siglo XX, provenientes de un manuscrito existente en la biblioteca del capítulo metropolitano de Praga, publicadas por el canónigo Dr. Podlaha. El autor, P. Hieronymus Streitel, prior de Ratisbona y cronista de la Orden a principios del siglo XVI, recoge tradiciones orales, preferentemente las ya propuestas en el retrato historiado que uno de sus inmediatos predecesores al frente de la comunidad ratisbonense, el P. Konrad Schleier, había seleccionado para decorar con ellas la tumba de Federico.
Entre ellas, la más conocida, narra cómo un día en que no pudo asistir a la misa, en el mismo lugar donde se encontraba trabajando recibió la comunión de manos de un ángel.
La carga de colorido con la que se presentan y enmarcan los hechos históricos conformidad a los gustos del tiempo, hoy hace que tales relatos sean vistos con fuertes reservas, incluso con rechazo.
Pero hay que tener en cuenta que al narrador medieval, más que la misma vida de los santos le interesaba mostrar su testimonio, y la confirmación y reconocimiento divino de su santidad mediante el milagro. Su intención era la de representar ejemplos de virtud e ideales religiosos que animaran a seguirlos.
Episodios como el expuesto atestiguan la devoción eucarística de nuestro beato y prueban el profundo efecto producido entre sus contemporáneos y la continuidad de la piadosa memoria de que fue objeto a lo largo de los siglos.
Los esfuerzos del siervo de Dios, P. Pío Keller, lograron su cometido cuando el 12 mayo de 1909, el papa Pío X ratificó el ininterrumpido culto que Federico había gozado y lo proclamó beato.

Oseas 8


1 ¡Lleva a tu boca la trompeta! Como un águila, se abate la desgracia sobre la casa del Señor, porque ellos han transgredido mi alianza y se han rebelado contra mi Ley.
2 Ellos gritan hacia mí: « ¡Dios mío, nosotros, los de Israel, te conocemos!».
3 Pero Israel ha rechazado el bien: el enemigo lo perseguirá.
4 Entronizaron reyes pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi aprobación. Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio.
5 Yo rechazo tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo no podrán recobrar la inocencia?
6 Porque ese ternero proviene de Israel: lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el ternero de Samaría quedará hecho pedazos.
7 Porque siembran vientos, recogerán tempestades. Tallos sin espiga no produce harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros.
8 ¡Israel ha sido tragado! Ahora están entre las naciones como un objeto sin valor,
9 porque ellos subieron a Asiria. El asno salvaje se queda solo, pero Efraím paga los amores con regalos.
10 Aunque hagan regalos entre las naciones, ahora los voy a reunir, y dentro de poco se retorcerán bajo el peso del rey de los príncipes.
11 Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido sólo para pecar.
12 Por más que escriba para él mis prescripciones de mi Ley, se las tendría por una cosa extraña.
13 En cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, él se acordará de sus culpas y pedirá cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto.
14 Israel se olvidó de su Creador y se construyó palacios Judá multiplicó sus plazas fuertes, pero no enviaré fuego a sus ciudades y él consumirá sus ciudadelas.

Aborto y desarrollo fetal


La medicina moderna permite que muchos fetos prematuros puedan ser atendidos exitosamente cuando sobreviene un parto precoz (espontáneo o realizado por motivos médicos).
Actualmente, es posible que fetos que nacen con 24, 23 o incluso con 22 semanas de embarazo, reciban una eficaz asistencia médica. Los porcentajes de éxito varían mucho según la edad del embarazo y según la pericia y equipo técnico usado por los médicos, pues son muchas y complejas las dificultades con las que estos niños inician la vida extrauterina.
Los progresos de la medicina en este campo influyen cada vez más en los debates sobre el aborto. Hay leyes en algunos países que permiten abortos tardíos, de más de 24 semanas. Surge, entonces, la pregunta: ¿no es “excesivo” permitir abortos de 22-24 semanas, cuando los fetos que han alcanzado esa etapa de desarrollo podrían, en muchos casos, sobrevivir fuera del seno materno?
La pregunta encierra un importante elemento de buena voluntad: busca defender el derecho a la vida de los fetos que han alcanzado un suficiente estado de desarrollo, que son “viables” fuera del seno materno gracias a la técnica moderna.
Pero esconde, en muchos casos, un gran error: pensar que el aborto es más grave cuando el feto eliminado está más desarrollado, y menos grave cuando el feto eliminado está menos desarrollado, cuando tiene menos semanas de vida.
La realidad es que cualquier aborto es siempre un acto sumamente injusto. El tener un tamaño mayor, ciertamente, hace que la supresión de la vida del hijo sea más “violenta”, más invasiva, más peligrosa incluso para la misma madre. Pero el número de semanas no hace más o menos grave el hecho en su dramática realidad: la eliminación de una vida humana, de un hijo, simplemente porque así lo decidieron otros.
Nadie se atrevería a decir que es más grave el asesinato de un niño de 4 años que el asesinato de un niño de 2 años porque el primero es más “viable” y más desarrollado que el segundo.
Lo mismo vale para el aborto: asesinar a un embrión de 5 semanas es igual de grave que asesinar a un feto de 25 semanas, porque los dos son seres humanos con la misma dignidad. Uno será mucho más pequeño, el otro más grande, pero el tamaño y el nivel de desarrollo nunca deberían ser motivo para discriminar a los más pequeños, para considerarlos menos “humanos”, para eliminarlos a través de la injusticia del aborto.
No nos engañemos: no “mejora” una ley del aborto si con ella quedan protegidos los hijos de más de X semanas, mientras que los hijos de menos de X semanas pueden ser asesinados en los hospitales. El único modo de “mejorar” una ley del aborto consiste en suprimirla.
Hemos de reconocer, para crecer en humanidad, que cualquier aborto es siempre un asesinato del hijo en el seno materno, y que nunca tal asesinato debe ser permitido en una sociedad que pretenda alcanzar un mínimo de justicia y, sobre todo, un mínimo de amor hacia el más indefenso de los seres humanos: el hijo antes de nacer. FP

Evangelio del Lunes 30 de Noviembre

Día Litúrgico: Lunes I (C) de Adviento

Texto del Evangelio (Mt 4,18-22): En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

«Os haré pescadores de hombres»

Comentario: Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)

Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.

sábado, 28 de noviembre de 2015

29 de Noviembre - Dionisio de la Natividad (Pedro Berthelot)

Dionisio de la Natividad (Pedro Berthelot), Beato
Mártir Carmelita, 29 de Noviembre

Dionisio se llamó en el siglo Pedro Berthelot y nació en Honfleur-Calvados (Francia) el 12 de diciembre de 1600. A1 vestir el hábito de religioso carmelita cambió su nombre por el de Dionisio de la Natividad con el que ahora se le conoce.
Sus padres Pedro y Florida Morín, eran muy pobres, por ello el pequeño Pedro, en cuanto tuvo doce años, ya se enroló en la marina mercante para ayudar en algo a la precaria situación económica de la familia. Durante siete años recorrió varios puertos de diferentes naciones: España, Inglaterra y hasta América.
A los diecisiete años salió en una flota en rumbo hacia las Indias Orientales. Sufrieron muchísimo durante toda la travesía, pero de todo salió ileso nuestro valiente y joven marino. Durante este tiempo de la travesía demostró tantas cualidades, tanta seriedad y responsabilidad, que el capitán del navío, el señor Beailieux, le nombró primer piloto del navío, cuando todavía era un joven inexperto. Era el 1618 cuando pisa tierra de las Indias, como primer piloto y especialista como cosmógrafo de los reyes de Francia y Portugal, para estudiar cuantos países descubran y visiten. Recuerdo de aquellos viajes y prueba fidedigna de su gran pericia y no menos valor, es el testimonio de su preciosa obra Tabulae maritimae que se conserva en el Museo Británico de Londres.
Mientras estaba en Goa, igual que en todas partes, procuraba llevar una vida de generosa entrega al Señor por medio de la oración y vida de sacrificio y de caridad, sirviendo a sus hermanos en cuanto le era posible. Estos días, su Padre espiritual, P. Fernando de la Santísima Trinidad, le anima a que deje el mundo y abrace la vida religiosa en el Carmelo. Así lo hace emitiendo los votos religiosos el 25 de diciembre de 1636 con el nombre de Fray Dionisio de la Natividad. Dos años después, el 24 de agosto de 1638, era ordenado sacerdote. Tanto durante el tiempo del Noviciado como durante sus estudios y el poco tiempo que pudo ejercer el sacerdocio, fue siempre modelo de todas las virtudes. El embajador del Rey de Portugal quiso llevarse a Dionisio con él como guía a Achen (Sumatra). El Padre Dionisio tomó como compañero a Tomás Rodríguez.
Llegaron a esta ciudad el 25 de octubre de 1638. Los recibieron con demostraciones de falsa alegría y muy pronto fueron hechos prisioneros.
El intento era que renegaran de su fe católica y que se hicieran musulmanes. Los dos carmelitas fueron mucho más duramente torturados que los otros cautivos. Los dos se privaban de lo necesario para ayudar a los otros. Les alentaban para que no decayeran en la fe. Pasaban largas horas entregados a la oración. En varias ocasiones el Señor les premio con gracias especiales que dejaban a los demás admirados. Esto era un estimulo para morir por Jesucristo. Dionisio quiso ser el último en morir para alentar a los demás.
E1 primero fue el Hermano Redento. Los mataron a golpes de cimitarra, que abrieron sus cabezas por la mitad. Era el 29 de noviembre de 1638.

Oseas 7


1 Cuando yo quería sanar a Israel, se reveló la culpa de Efraím, las maldades de Samaría. Sí, ellos obran de mala fe; el ladrón penetra en la casa, mientras una banda despoja afuera.
2 Y no se detienen a pensar que yo me acuerdo de toda su maldad. Ahora los rodean sus malas acciones y ellas están delante de mi rostro.
3 Con su perfidia, ellos entretienen al rey, y con sus mentiras, a los príncipes.
4 ¡Son todos adúlteros! Se parecen a un horno encendido, que el panadero deja de avivar desde que se amasa la pasta hasta que ha fermentado.
5 En la fiesta de nuestro rey, los príncipes se enervan bajo los ardores del vino; él tiende la mano a esos burlones.
6 Porque ellos se acercaron encubiertamente, aunque su corazón es como un horno. Toda la noche se adormece su furor, y a la mañana se enciende como una llama de fuego.
7 Todos ellos se inflaman como un horno y devoran a sus jefes. ¡Así han caído sus reyes uno tras otro, pero nadie entre ellos clama hacia mí!
8 Efraím se mezcla con los pueblos, es un pastel cocido a medias.
9 Los extranjeros han devorado su vigor, y él no lo sabe. También le han salido canas, y él no lo sabe.
10 La arrogancia de Israel atestigua contra él, pero ellos no vuelven al Señor, su Dios; a pesar de todo esto, no lo buscan.
11 Efraím es como una paloma ingenua, falta de discernimiento: apelan a Egipto, se van hacia Asiria.
12 Pero allí donde vayan, yo tenderé sobre ellos mi red; los haré caer como pájaros del cielo, los atraparé apenas se oiga que están reunidos.
13 ¡Ay de ellos, porque han huido lejos de mí! ¡Sobre ellos la devastación, porque se han rebelado contra mí! ¡Sí, yo quiero rescatarlos, pero ellos dicen mentiras contra mí!
14 No gritaron hacia mí de corazón, cuando se lamentaban en sus lechos. Por trigo y vino nuevo se hacen incisiones y se han obstinado contra mí.
15 Yo mismo los dirigí, fortalecí sus brazos, pero ellos traman el mal contra mí.
16 Se vuelven, pero no hacia lo alto, son como un arco fallido. Sus jefes caerán bajo la espada, por la insolencia de su lenguaje: esto hará que se rían de ellos en Egipto.

¿Por qué las mujeres no pueden ordenarse?


—Pero, ¿y lo del sacerdocio femenino?
Se trata ya de un problema teológico, y no de una cuestión de razonabilidad de la fe. De todas formas, puedo decirte que la Iglesia católica afirma que hay un sacerdocio común de todos los fieles -varones y mujeres-; y que el sacerdocio ministerial corresponde solo a los varones, entre otras razones, porque no considera la Santa Misa una simple evocación simbólica o conmemorativa, sino la renovación incruenta del sacrificio de la Cruz; y como Jesucristo era un varón, y el sacerdote en la Santa Misa presta su cuerpo a Cristo, lo propio es que el sacerdote sea un varón.
—Entonces, ¿las mujeres no tienen ese derecho?
El sacerdocio no es un derecho, sino una llamada. Jesucristo llamó a los que quiso, y no puede pasarse por alto el hecho de que no eligió entre los doce apóstoles a ninguna mujer. Y es evidente que podía haberlo hecho con facilidad, pues a su lado iban siempre algunas mujeres (que le seguirían hasta la cruz, donde, por cierto, todos los apóstoles menos uno le abandonaron), y no habría extrañado en aquellos tiempos, en los que sí había sacerdotisas.
¿Por qué Jesucristo no eligió a ninguna? No es fácil saberlo. El caso es que tampoco lo hicieron los apóstoles al designar a sus sucesores, y desde los primeros tiempos la Iglesia ha seguido así -sin que esto suponga ningún menoscabo para la mujer- por fidelidad a la voluntad fundacional de Jesucristo.
Por otra parte, no se requiere ser sacerdote para alcanzar la santidad, ni debe considerarse la ordenación como un premio del que se ha privado a las mujeres. Se trata más bien de un servicio que corresponde a los varones. Por ejemplo, la misma Virgen María, asociada más que nadie al misterio de Jesucristo, no fue llamada al sacerdocio.
La Iglesia reconoce la igualdad de derechos del varón y de la mujer en la Iglesia, pero esa igualdad de derechos no implica identidad de funciones. A su vez, esa diferencia de funciones no concede un valor superior al varón sobre la mujer, pues los más grandes en la Iglesia no son los sacerdotes sino los santos.
—Pero las mujeres no tendrán poder en la Iglesia…
Si contemplamos la Iglesia desde la perspectiva del poder, efectivamente el que no ostente cargos estaría oprimido. Pero ese planteamiento destruiría la Iglesia, y daría una visión falsa de su naturaleza, como si el poder fuera su fin último. En la Iglesia no estamos para asociarnos y ejercer un poder. Pertenecemos a la Iglesia porque nos da la vida eterna, todo lo demás es secundario. AA

Evangelio del Domingo 29 de Noviembre

Día Litúrgico: Domingo I (C) de Adviento

Texto del Evangelio (Lc 21,25-28.34-36): En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.
»Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre».

«Estad en vela (...) orando en todo tiempo para que (...) 
podáis estar en pie delante del Hijo del hombre»

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, justo al comenzar un nuevo año litúrgico, hacemos el propósito de renovar nuestra ilusión y nuestra lucha personal con vista a la santidad, propia y de todos. Nos invita a ello la propia Iglesia, recordándonos en el Evangelio de hoy la necesidad de estar siempre preparados, siempre “enamorados” del Señor: «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida» (Lc 21,34).
Pero notemos un detalle que es importante entre enamorados: esta actitud de alerta —de preparación— no puede ser intermitente, sino que ha de ser permanente. Por esto, nos dice el Señor: «Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). ¡En todo tiempo!: ésta es la justa medida del amor. La fidelidad no se hace a base de un “ahora sí, ahora no”. Es, por tanto, muy conveniente que nuestro ritmo de piedad y de formación espiritual sea un ritmo habitual (día a día y semana a semana). Ojalá que cada jornada de nuestra vida la vivamos con mentalidad de estrenarnos; ojalá que cada mañana —al despertarnos— logremos decir: —Hoy vuelvo a nacer (¡gracias, Dios mío!); hoy vuelvo a recibir el Bautismo; hoy vuelvo a hacer la Primera Comunión; hoy me vuelvo a casar... Para perseverar con aire alegre hay que “re-estrenarse” y renovarse.
En esta vida no tenemos ciudad permanente. Llegará el día en que incluso «las fuerzas de los cielos serán sacudidas» (Lc 25,26). ¡Buen motivo para permanecer en estado de alerta! Pero, en este Adviento, la Iglesia añade un motivo muy bonito para nuestra gozosa preparación: ciertamente, un día los hombres «verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria» (Lc 25,27), pero ahora Dios llega a la tierra con mansedumbre y discreción; en forma de recién nacido, hasta el punto que «Cristo se vio envuelto en pañales dentro de un pesebre» (San Cirilo de Jerusalén). Sólo un espíritu atento descubre en este Niño la magnitud del amor de Dios y su salvación (cf. Sal 84,8).

viernes, 27 de noviembre de 2015

28 de Noviembre - Francisco Esteban Lacal

Francisco Esteban Lacal, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de Noviembre

Martirologio Romano: En Madrid, España, Beato Cándido Castán San José, Beato Francisco Esteban Lacal y 21 compañeros de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada, asesinados por oído a la fe. (1936)
Fecha de beatificación: 17 de diciembre de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Nació en Soria el día 8 de febrero de 1888 en una familia de profundas raíces cristianas. Hizo sus primeros votos en julio de 1906 en el convento de los oblatos de Urnieta (Guipúzcoa). En 1911 fue a Turín (Italia) y allí completó los estudios eclesiásticos; fue ordenado presbítero el 29 de junio de 1912. Al año siguiente se incorporó, como profesor, a la Comunidad del Seminario Menor de Urnieta, donde estará hasta 1929. Este año fue destinado a Las Arenas (Vizcaya) como auxiliar del Maestro de Novicios. Un año más tarde, en 1930, regresa a Urnieta como Superior; y en 1932 es nombrado Provincial.

Situación de la Iglesia en España en el trienio 36-39
El trienio 1936-1939 fue sangriento y martirial para la Iglesia en España. En esa persecución religiosa hubo miles de personas que sufrieron muerte violenta, que fueron torturadas y fusiladas exclusivamente por su condición de creyentes: porque vestían una sotana o un hábito; por ser sacerdotes o religiosos que tenían una actividad pastoral en parroquias, en centros de enseñanza u hospitales; o por ser laicos fervientes, comprometidos con su fe en Jesucristo. En total, 6832 eclesiásticos sacrificados: 12 Obispos, 4172 sacerdotes del clero secular, 2365 religiosos y 283 religiosas (sin contar a la pléyade de laicos asesinados por el mismo motivo: Jesucristo y su amor a la Iglesia).
Dentro de este clima general de odio y fanatismo antirreligioso es preciso encuadrar el martirio de estos 22 oblatos: padres, hermanos y escolásticos de Pozuelo de Alarcón (Madrid) donde se habían establecido en 1929. Ejercían su ministerio, en calidad de capellanes, en tres comunidades de religiosas. Colaboraban pastoralmente también en las parroquias del entorno: ministerio de la reconciliación y predicación, especialmente en Cuaresma y Semana Santa, además de colaborar en la catequesis en cuatro parroquias.
Esa actividad religiosa comenzó a inquietar a los comités revolucionarios (socialistas, comunistas y sindicalistas, laicistas radicales) del barrio de la Estación. Con gran preocupación fueron comprobando que los frailes (así los llamaban) eran la locomotora que animaba la vida religiosa en Pozuelo y alrededores. Era irritante y provocador para ellos que los religiosos fueran por la calle en sotana y además con su cruz oblata muy visible a la cintura.
Sin embargo, la comunidad de los oblatos no se dejó intimidar. Lo que hizo fue extremar las medidas de prudencia, de serenidad, de calma, tomando el compromiso de no responder a ningún insulto provocador. Y, por supuesto, ningún religioso se mezcló con actividades políticas ni siquiera ocasionalmente. Pero eso sí: se mantuvo el programa de formación espiritual e intelectual sin renunciar a las diversas actividades pastorales que formaban parte del programa de formación sacerdotal y misionera de los escolásticos.
El 20 de julio de 1936 las juventudes socialistas y comunistas se echaron a la calle y comenzaron nuevos incendios de iglesias y conventos, particularmente en Madrid. Los milicianos de Pozuelo, por su parte, asaltaron la capilla del barrio de la Estación, sacaron a la calle los ornamentos e imágenes y les prendieron fuego. Incendiaron luego la capilla y repitieron la escena en la parroquia del pueblo. El 22 de julio, a las tres de la tarde, un nutrido contingente de milicianos, armados de escopetas y pistolas, asaltó el convento; los religiosos fueron detenidos, la casa fue saqueada y todos los cuadros religiosos, imágenes, crucifijos, ornamentos sagrados, etc. fueron destrozados y quemados.

El martirio
El día 24 de julio, sobre las tres de la mañana, se producen las primeras ejecuciones. Sin interrogatorio, sin acusación, sin juicio, sin defensa, llamaron a siete religiosos y los separaron del resto. Sin explicación alguna fueron introducidos en dos coches a los que también se introdujo al laico Cándido Castán San José- y llevados al martirio. El resto, al día siguiente e inesperadamente, quedó en libertad.
Al quedar libres, buscaron refugio en casas particulares. El P. Francisco Esteban Lacal, quien en 1935 había trasladado su residencia a Madrid, a la casa que ya tenían los Oblatos en la calle de Diego de León, acogió allí a un grupo de aquellos oblatos liberados el 25 de julio. Con ellos -y con sus hermanos de la Comunidad de la capital- sufrió las angustias de la persecución religiosa y la experimentó directamente cuando el 9 de agosto de 1936 fue expulsado de su propia Comunidad de Diego de León, por lo que se refugió en una pensión situada en la Carrera de San Jerónimo. 
Pero en el mes de octubre, tras una orden de busca y captura, fueron detenidos nuevamente y llevados a la cárcel. El P. Francisco es detenido el 15 de octubre. En la galera soportaron un lento martirio de hambre, frío, terror y amenazas, sin embargo, entre ellos reinaba la caridad y un clima de oración intensa.
En el mes de noviembre llegaría el final de aquel calvario para la mayoría de ellos. El día 7 fueron fusilados dos de los prisioneros; veintiún días después, les llegó la hora a los restantes: el 28 de noviembre de 1936 fueron sacados de la cárcel, conducidos a Paracuellos del Jarama y ejecutados. Un testigo afirma que, al parecer y antes de morir, el P. Esteban Lacal dio la absolución al resto y dijo: Sabemos que nos matáis por católicos y religiosos. Lo somos. Tanto yo como mis compañeros os perdonamos de corazón. ¡Viva Cristo Rey!

Oseas 6


1 «Vengan, volvamos al Señor: él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha golpeado, pero vendará nuestras heridas.
2 Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia.
3 Esforcémonos por conocer al Señor: su aparición es cierta como la aurora. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra».
4 ¿Qué haré contigo, Efraím? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque el amor de ustedes es como nube matinal, como el rocío que pronto se disipa.
5 Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz.
6 Porque yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 Ellos violaron mi alianza en Adam, allí me traicionaron.
8 Galaad es una ciudad de malhechores, llena de improntas de sangre.
9 Como bandidos que están al acecho, una banda de sacerdotes asesina en el camino de Siquem; ¡es una infamia lo que hacen!
10 En la casa de Israel he visto una cosa horrible; allí se prostituye Efraím, se contamina Israel.
11 También a ti, Judá, se te ha destinado una cosecha, cuando yo cambie la suerte de mi pueblo.

Principios que se deben transmitir a los Hijos


Educar a un niño no es una tarea fácil, más bien todo lo contrario. Aquí encontrará una guía con algunas pautas básicas para comenzar esta difícil y desafiante experiencia con éxito. A veces, para los adultos es difícil distinguir lo que está bien de lo que está mal, imagínese entonces lo que les costará a los niños hacer esta diferenciación. Todos los padres se preocupan por la salud, educación y el bienestar de sus hijos, ¿pero y los valores éticos dónde entran? ¿Cuáles son los más importantes y cómo inculcarlos?
  • TOLERANCIA
Comprender la posición de los otros y considerar las afinidades y las diferencias es primordial para ser tolerante. Al primer signo de intolerancia, recuérdele que la base de la convivencia es la aceptación y que lo diferente no es malo, sino simplemente distinto. Enséñeles que todo el mundo tiene derechos que deben ser respetados: Así defenderán sus propios derechos y comprenderán los de los demás.
  • SOLIDARIDAD
Hay que enseñarles a ponerse en el lugar de la otra persona y que entiendan que las necesidades de los demás deben atenderse como las propias. Asignar a sus hijos tareas como poner la ropa sucia en el cesto destinado a ella, hacer la cama o colgar la toalla después de bañarse les hará entender el valor de lo que significa ayudar en la casa. Es bueno elogiar su comportamiento, especialmente, cuando lo hacen sin esperar nada a cambio.
  • JUSTICIA
Los niños deben saber que las necesidades o deseos de los demás serán tenidos en cuenta, al mismo tiempo que los suyos. Hay que ayudarlos a superar su tendencia al egoísmo e interesarse sólo por sus necesidades.
  • VALOR
Cuando la persona admite sus errores, demuestra que tiene coraje. También se requiere valor para soportar las bromas y disgustos que nos causan los demás. Los padres deben dar ejemplos cuando se enfrentan a situaciones que le producen temor, para que los niños puedan ver cómo manejar sus propios miedos. Ayúdelos a combatir sus temores, animándoles a creer que puedan controlar la situación y enseñándoles la valentía a través de la resolución de problemas.
  • VOLUNTAD
Es necesario que generen energía interior para afrontar las dificultades, retos y esfuerzos de la vida. En el día a día de la convivencia familiar, y mediante pequeños esfuerzos, los padres pueden hacer de sus hijos personas acostumbradas a afrontar y superar las dificultades que exigen empeño y esfuerzo.
  • RESPETO
Hay que tratar a los hijos con respeto. Cuando los regañamos, debemos hacerlo de buena manera, sin insultarlos, ya que el mejor ejemplo es escuchar a los demás. Respetar su intimidad y sus pertenencias, con actos como llamar a la puerta antes de entrar en su cuarto o pedirle los lápices de colores antes de usarlos, demuestra que valoramos sus pertenencias y su espacio.
  • LEALTAD
Una persona leal cumple las promesas y se sacrifica por los demás. Para que lo cumplan es importante darles el ejemplo fomentando el compromiso familiar.
  • PACIENCIA
Es esencial que comprendan que no siempre pueden obtener lo que desean y que no, necesariamente, tienen derecho a todo lo que piden. Es importante hacer que sus hijos trabajen para obtener lo que quieren, así aprenden a posponer la satisfacción de sus deseos y saben que lo que desean sólo se logra con esfuerzo y paciencia.
  • RESPONSABILIDAD
Una actuación responsable implica una aceptación personal y libre de la tarea y una motivación interna para llevarla a cabo. Hay que encomendar tareas para los niños, según su edad; cada vez será mayor el número de situaciones de las que puedan hacerse cargo y su sentido de la responsabilidad se irá perfeccionando.
  • AUTODISCIPLINA
Ser capaces de decidir cuáles son los límites de nuestros comportamientos y respetar los límites de los demás. Para lograrlo se deben establecer reglas. A partir de los 8 años se comprende mejor la conveniencia de sacrificar los gustos personales en interés del grupo. El respeto a las reglas favorece el sentido de la justicia, de la lealtad, del orden, del derecho y del deber.

Evangelio del Sábado 28 de Noviembre

Día Litúrgico: Sábado XXXIV (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 21,34-36): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre».

«Estad en vela (...) orando en todo tiempo»

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, último día del tiempo ordinario, Jesús nos advierte con meridiana claridad sobre la suerte de nuestro paso por esta vida. Si nos empeñamos, obstinadamente, en vivir absortos por la inmediatez de los afanes de la vida, llegará el último día de nuestra existencia terrena tan de repente que la misma ceguera de nuestra glotonería nos impedirá reconocer al mismísimo Dios, que vendrá (porque aquí estamos de paso, ¿lo sabías?) para llevarnos a la intimidad de su Amor infinito. Será algo así como lo que le ocurre a un niño malcriado: tan entretenido está con “sus” juguetes, que al final olvida el cariño de sus padres y la compañía de sus amigos. Cuando se da cuenta, llora desconsolado por su inesperada soledad. 
El antídoto que nos ofrece Jesús es igualmente claro: «Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). Vigilar y orar... El mismo aviso que les dio a sus Apóstoles la noche en que fue traicionado. La oración tiene un componente admirable de profecía, muchas veces olvidado en la predicación, es decir, de pasar del mero “ver” al “mirar” la cotidianeidad en su más profunda realidad. Como escribió Evagrio Póntico, «la vista es el mejor de todos los sentidos; la oración es la más divina de todas las virtudes». Los clásicos de la espiritualidad lo llaman “visión sobrenatural”, mirar con los ojos de Dios. O lo que es lo mismo, conocer la Verdad: de Dios, del mundo, de mí mismo. Los profetas fueron, no sólo los que “predecían lo que iba a venir”, sino también los que sabían interpretar el presente en su justa medida, alcance y densidad. Resultado: supieron reconducir la historia, con la ayuda de Dios. 
Tantas veces nos lamentamos de la situación del mundo. —¿Adónde iremos a parar?, decimos. Hoy, que es el último día del tiempo ordinario, es día también de resoluciones definitivas. Quizás ya va siendo hora de que alguien más esté dispuesto a levantarse de su embriaguez de presente y se ponga manos a la obra de un futuro mejor. ¿Quieres ser tú? Pues, ¡ánimo!, y que Dios te bendiga.

jueves, 26 de noviembre de 2015

27 de Noviembre - Teodosio

Teodosio, Santo
Biografía, 27 de Noviembre
Etimológicamente significa don de Dios. Viene de la lengua griega.

Nunca en el Evangelio, Cristo invita a la tristeza o a la melancolía. Todo lo contrario, hace accesible una alegría apacible, e incluso un júbilo en el Espíritu Santo.

Este joven anacoreta murió en 1363. Se le conoce gracias a una amplia Vida escrita por el patriarca de Constantinopla Calixto I (1350-1363). Fue su amigo hasta la muerte. Es posible que fuera originario de Bulgaria y que naciera en Turnovo.
Desde joven entró en el monasterio de san Nicolás, en el que mostró un gran sentido de la obediencia, humildad y tenacidad. Buscando mayor perfección personal, se fue al de la Señora situado en la Montaña Sagrada.
Sus deseos no se vieron cumplidos y entonces fue pasando de uno a otro hasta que se enteró que había venido un monje santo procedente del monasterio del Monte Atos.
Este monje tuvo que huir de las invasiones turcas. Se estableció en Paroria y construyó un centro de espiritualidad. Junto a él encontró la alegría con que soñaba. Fue uno de sus amigos más íntimos y fiel seguidor de sus reglas para, con ellas, alcanzar la santidad.
Le encantaba la invocación frecuente a Jesús. 
Poco a poco aprendió a orar con total inmovilidad, buscando la unión perfecta con Dios.
A pesar de los ataques turcos, él no perdía la calma. Más de una vez, por mandato de sus superiores, tuvo que ir al rey de Bulgaria pidiendo ayuda y protección. Lo hicieron abad pero por poco tiempo. Lo suyo seguía siendo la inquietud de buscar siempre el lugar idóneo para desarrolla su santidad. Fundó el monasterio de Kafaralevo, verdadera escuela y centro de literatura búlgara.

Oseas 5


1 ¡Escuchen esto, sacerdotes, presta atención, casa de Israel, atienden, casa del rey, porque el juicio es con ustedes! Sí, ustedes han sido una trampa en Mispá y una red tendida sobre el Tabor.
2 Ellos ahondaron la fosa de Sitím y yo los voy a corregir a todos.
3 Yo conozco a Efraím y no se me oculta Israel: porque tú, Efraím, has inducido a la prostitución, Israel se ha vuelto impuro.
4 Sus acciones no los dejan volver a su Dios, porque hay en medio de ellos un espíritu de prostitución y no conocen al Señor.
5 La arrogancia de Jacob atestigua contra él; Israel y Efraím tropiezan por su propia culpa y junto con ellos, también tropieza Judá.
6 Con sus rebaños y su ganado irán en busca del Señor, pero no lo encontrarán: él se ha librado de ellos.
7 Han traicionado al Señor, porque engendraron bastardos: ahora la luna nueva los va a devorar, a ellos junto con sus campos.
8 ¡Hagan sonar el cuerno en Guibeá y la trompeta en Ramá! ¡Den la alarma en Bet Aven! ¡Alerta, Benjamín!
9 Efraím será una desolación en el día del castigo; entre las tribus de Israel, yo hago saber una cosa cierta.
10 Los jefes de Judá han sido como los que desplazan los límites: sobre ellos derramaré mi furor a raudales.
11 Efraím está oprimido, se ha conculcado el derecho, porque él había resuelto ir detrás de la inmundicia.
12 Yo seré como polilla para Efraím y como caries para la casa de Judá.
13 Cuando Efraím vio su enfermedad y Judá su llaga, Efraím acudió a Asiria y Judá envió mensajeros al gran rey. Pero él no puede sanarlos ni curarlos de la llaga.
14 Porque yo soy como un león para Efraím y como un cachorro de león para la casa de Judá. Yo, yo mismo desgarraré y me iré, me llevaré la presa y nadie me la arrancará.
15 Yo me iré, regresaré a mi lugar, hasta que ellos se reconozcan culpables y busquen mi rostro: en su angustia, me buscarán ardientemente.

Lo que debemos aprender


1. Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la verdad.
2. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser.
3. Que es más fácil reaccionar que pensar.
4. Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.
5. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias.
6. Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama; el resto depende de los demás.
7. Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.
8. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
9. Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.
10. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.
11. Que no importa qué tan lejos he estado de Dios, siempre me vuelve a recibir.
12. Que todos somos responsables de nuestros actos.
13. Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.
14. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.
15. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.
16. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora.
17. Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.
18. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.
19. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.
20. Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.
21. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí.
22. Que no hay que decirle nunca a un niño que sus sueños son ridículos, ¿qué tal si me cree?
23. Que no debemos nunca juzgar a los hijos por sus errores que como padres cometimos cuando éramos jóvenes.
24. Que es más importante que me perdone a mí mismo a que otros me perdonen.
25. Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.
26. Que la violencia atrae más violencia.
27. Que la crítica atrae más discusión y puede llegar a la confusión.
28. Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.
29. Que las personas que critican a los demás, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.
30. Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.
31. Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.
32. Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.
33. Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son: mi familia, mi fe, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal.
34. Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí. HET

Evangelio del Viernes 27 de Noviembre

Día Litúrgico: Viernes XXXIV (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 21,29-33): En aquel tiempo, Jesús puso a sus discípulos esta comparación: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

«Cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca»

Comentario: Diácono D. Evaldo PINA FILHO (Brasilia, Brasil)

Hoy somos invitados por Jesús a ver las señales que se muestran en nuestro tiempo y época y, a reconocer en ellas la cercanía del Reino de Dios. La invitación es para que fijemos nuestra mirada en la higuera y en otros árboles —«Mirad la higuera y todos los árboles» (Lc 21,29)— y para fijar nuestra atención en aquello que percibimos que sucede en ellos: «Al verlos, sabéis que el verano está ya cerca» (Lc 21,30). Las higueras empezaban a brotar. Los brotes empezaban a surgir. No era apenas la expectativa de las flores o de los frutos que surgirían, era también el pronóstico del verano, en el que todos los árboles "empiezan a brotar". 
Según Benedicto XVI, «la Palabra de Dios nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo». En efecto, «realista es quien reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo». Esa Palabra viva que nos muestra el verano como señal de proximidad y de exuberancia de la luminosidad es la propia Luz: «Cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca» (Lc 21,31). En ese sentido, «ahora, la Palabra no sólo se puede oír, no sólo tiene una voz, sino que tiene un rostro (...) que podemos ver: Jesús de Nazaret» (Benedicto XVI). 
La comunicación de Jesús con el Padre fue perfecta; y todo lo que Él recibió del Padre, Él nos lo dio, comunicándose de la misma forma con nosotros. De esta manera, la cercanía del Reino de Dios, —que manifiesta la libre iniciativa de Dios que viene a nuestro encuentro— debe movernos a reconocer la proximidad del Reino, para que también nosotros nos comuniquemos con el Padre por medio de la Palabra del Señor —Verbum Domini—, reconociendo en todo ello la realización de las promesas del Padre en Cristo Jesús.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

26 de Noviembre - Humilde de Bisignano

Humilde de Bisignano, Santo
Confesor, 26 de Noviembre

Humilde de Bisignano (1582-1637) pertenece al pueblo de los pequeños que Dios ha elegido para confundir a los sabios y a los poderosos de este mundo. En efecto, el Padre reveló su misterio de condescendencia al franciscano de Bisignano, porque éste se dejó asir por el amor de Dios y tomó el suave yugo de la cruz, que fue siempre una fuente de paz y de consuelo para él.
Hijo de Giovanni Pirozzo y de Ginevra Giardino, nació el 26 de agosto de 1582 en Bisignano (Cosenza) y recibió en el bautismo el nombre de Luca Antonio. Desde su niñez causó admiración por su extraordinaria piedad: participaba diariamente en la santa misa, comulgaba en todas las fiestas y oraba meditando la pasión del Señor incluso mientras estaba trabajando en el campo.
Ingresado en la Cofradía de la Inmaculada Concepción, solía ser indicado a los miembros de la misma como modelo de todas las virtudes. En los procesos canónicos se recuerda que su respuesta a alguien que le dio un solemne bofetón en la plaza pública, fue simplemente presentar con humildad la otra mejilla. Hacia los dieciocho años sintió la llamada de Dios a la vida consagrada, pero, por diversas causas, tuvo que retrasar nueve años la realización de su propósito, retraso que no le impidió empeñarse en una vida más austera y fervorosa.
A los veintisiete años ingresó en el noviciado de los frailes menores de Mesoraca (Crotone), donde la formación de los jóvenes estaba encomendada a dos santos religiosos: el P. Antonio de Rossano, maestro de novicios, y el P. Cósimo de Bisignano, guardián del convento. Emitió la profesión religiosa el 4 de septiembre de 1610, tras superar, por intercesión de la Virgen, no pocas dificultades.
Ejerció con simplicidad y diligencia las tareas típicas de los religiosos no sacerdotes, como ir a pedir limosna, atender el servicio de la mesa de la comunidad, cultivar el huerto y otros trabajos manuales que le encomendaron los superiores.
Desde el noviciado se distinguió por su madurez espiritual y por su fervor en la observancia de la Regla. Se entregó con denuedo a la oración y Dios ocupó siempre el centro de sus pensamientos. Fue obediente, humilde y dócil, y compartió con alegría los diversos momentos de la vida de comunidad. Después de la profesión religiosa intensificó su empeño en el camino de la santidad. Multiplicó las mortificaciones, los ayunos y el celo en el servicio de Dios y de la comunidad. Su caridad lo hizo amado de todos: de los frailes, del pueblo y de los pobres, a quienes ayudaba distribuyéndoles cuanto recibía de la Providencia. Los dones carismáticos con que estuvo abundantemente dotado los empleó para gloria de Dios, para construir el Reino de Cristo en las almas y para consuelo de los necesitados.
Desde la juventud tuvo el don de continuos éxtasis, hasta el punto de ser llamado el fraile extático. Estos éxtasis le ocasionaron una larga serie de pruebas y de humillaciones, a las que le sometieron sus superiores con el fin de tener la certeza de que provenían realmente de Dios y no había en ellos engaño diabólico. Tales pruebas, felizmente afrontadas y superadas, acrecentaron la fama de su santidad entre los hermanos de hábito y entre los extraños.
Estuvo adornado también con extraordinarios dones de lectura de los corazones, de profecía, de milagros y, sobre todo, de ciencia infusa. Aunque era analfabeto y sin estudios, respondía a preguntas sobre la Sagrada Escritura y sobre cualquier punto de la doctrina católica con una precisión que asombraba a los teólogos. Varias veces fue examinado por una asamblea de sacerdotes seculares y regulares, presidida por el Arzobispo de Reggio Calabria, que le presentaban dudas y objeciones; por varios profesores de la ciudad de Cosenza; por el inquisidor Mons. Campanile, en Nápoles, en presencia del P. Benedetto Mandini, teatino; y por otros. Pero fray Humilde respondía siempre con tanta sabiduría que sorprendía a sus examinadores.
Es fácil comprender la estima que le rodeaba por doquier. El P. Benigno de Génova, Ministro general de la Orden, lo llevó como acompañante en su visita canónica a los frailes menores de Calabria y de Sicilia. Gozó de la confianza de los sumos pontífices Gregorio XV y Urbano VIII, que lo llamaron a Roma y, tras un riguroso examen, se sirvieron de su oración y de su consejo. Permaneció bastantes años en Roma, donde vivió casi siempre en el convento de San Francisco a Ripa y, algunos meses, en el de San Isidoro. También vivió algún tiempo en el convento de la Santa Cruz, en Nápoles, donde se prodigó difundiendo el culto al Beato Juan Duns Escoto, venerado especialmente en la diócesis de Nola.
Alrededor de 1628 pidió poder ir a padecer en tierra de misiones. Habiendo recibido de los superiores una respuesta negativa, siguió sirviendo al Reino de Dios entre su gente, atendiendo a los más necesitados, a los marginados y a los olvidados (cf. VC 75).
Su vida fue una oración incesante por todo el género humano. Sus oraciones eran simples, pero brotaban del corazón. A la pregunta del P. Dionisio de Canosa, su confesor durante muchos años y su primer biógrafo, sobre qué era lo que pedía al Señor durante tantas horas de oración, respondió: Lo único que hago es decir a Dios: ¡Señor, perdóname mis pecados y haz que te ame como estoy obligado a amarte; y perdona los pecados a todo el género humano, y haz que todos te amen como están obligados a amarte!
Siempre dispuesto a obedecer con prontitud, valeroso en la pobreza, acogedor en la vivencia alegre de la castidad, fray Humilde recorrió un camino de luz que lo llevó a la contemplación de la Luz divina el día 26 de noviembre de 1637, en Bisignano, es decir, en el lugar donde había recibido el espíritu de la gracia (LM 14, 3a) y desde donde ilumina el mundo con multitud de milagros (1 Cel. 118a).
Fue beatificado por León XIII el 29 de enero de 1882. Canonizado por Juan Pablo II el 19 de mayo de 2002.

Humilde, el hombre que depende totalmente de Dios 
El misterio de la vida del Beato Humilde es ciertamente el misterio de un Dios que hace cosas grandes en la criatura que cree en él y se confía por entero a su amor, consagrando todo, presente y futuro, en sus manos y dedicándose enteramente a su servicio (cf. VC 17).
Pero su vida, en la que resplandece el fulgor de la santidad de Dios, es también un misterio de disponibilidad de esta criatura que, en su profunda y convencida humildad, repite con frecuencia: Todas las criaturas alaban y bendicen a Dios; yo soy el único que lo ofende.
Humilde de Bisignano, invitado por Cristo a dejar todo y a arriesgar todo por el Reino de Dios, sintió la fascinación del Evangelio de las bienaventuranzas y aceptó ponerse al servicio del plan de Dios sobre él, consagrándose a vivir como Francisco de Asís en obediencia, sin nada propio y en castidad (S. Francisco de Asís, Regla bulada 1, 1).
En efecto, a imitación de María, que cumplió plenamente la voluntad del Padre, los pobres están libres de tantos lazos que atan a las cosas que pasan y de tantas ambiciones que sólo producen desilusiones amargas, y tienen el espíritu pronto y disponible. El alma verdaderamente pobre no se preocupa ni se agita ni se disipa enredada en muchas cosas, sino mira hacia arriba y se deja fascinar por Dios y por el Evangelio de su Hijo.
Es la sorprendente sabiduría que se nos revela, 365 años después de su tránsito, en el testimonio de fe del Beato Humilde de Bisignano.
Hoy día nuestra mirada contempla asombrada al gran hijo de Calabria, tierra donde la santidad ha florecido de tantas formas a lo largo de los siglos marcando su gloriosa historia. Con él cantamos la misericordia infinita de un Dios que es fuente de alegría para cuantos caminan en su alabanza. ¡Siguiendo su ejemplo acojamos la llamada a la conversión y a la santidad que nos llega a través de su testimonio de fidelidad gozosa al Evangelio!