El cambio climático plantea graves riesgos para la salud mental y el
bienestar psicosocial, y su abordaje debe estar presente en los planes que los
países desarrollen para mitigar los efectos de la crisis ambiental, concluyó un
nuevo informe de la OMS, presentado el viernes 03/06 en la Conferencia
Estocolmo+50.
El documento señaló que el rápido aumento del cambio climático plantea
una amenaza creciente para la salud mental y los problemas el bienestar
psicosocial; desde la angustia emocional hasta la ansiedad, la depresión, el
duelo y las tendencias suicidas.
«Los impactos del cambio climático son cada vez más parte de nuestra
vida diaria, y hay muy poco apoyo dedicado a la salud mental disponible para
las personas y las comunidades para hacer frente a los peligros relacionados
con el clima y los riesgos a largo plazo», dijo María Neira, directora del
Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS en un
comunicado difundido el viernes 03/06.
Las conclusiones coinciden con un informe reciente del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés),
publicado en febrero de este año.
Además, el informe señaló que «los impactos del cambio climático en la
salud mental se distribuyen de manera desigual y ciertos grupos se ven
afectados de manera desproporcionada según factores como la situación
socioeconómica estado, género y edad».
«Sin embargo -aseguró la OMS- está claro que el cambio climático afecta
a muchos de los determinantes sociales que ya están conduciendo a cargas
masivas de salud mental globalmente».
En una encuesta de la OMS de 2021, de 95 países sólo nueve han incluido
la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes nacionales de salud y
cambio climático.
«El impacto del cambio climático está agravando la situación ya
extremadamente desafiante para la salud mental y los servicios de salud mental
a nivel mundial. Hay casi mil millones de personas que viven con problemas de
salud mental pero en países de bajos y medianos ingresos, 3 de cada 4 no tienen
acceso a los servicios necesarios», expresó por su parte Dévora Kestel,
directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
En ese marco, añadió: «Al incorporar la salud mental y el apoyo
psicosocial dentro de la reducción del riesgo de desastres y la acción
climática, los países pueden hacer más para ayudar a proteger a los que corren
mayor riesgo».
El organismo destacó como ejemplo a Filipinas que ha reconstruido y
mejorado sus servicios de salud mental tras el impacto del tifón Haiyan en 2013
o en India, «donde un proyecto nacional ha logrado mejorar la reducción del
riesgo de desastres en el país y, al mismo tiempo, preparar a las ciudades para
responder a los riesgos climáticos y abordar las necesidades psicosociales y de
salud mental».
En este contexto, la OMS recomendó cinco enfoques para los gobiernos de
todos los países: integrar las consideraciones climáticas con los programas de
salud mental; integrar el apoyo a la salud mental con la acción climática;
construir sobre compromisos globales; desarrollar enfoques basados en la
comunidad para reducir las vulnerabilidades y cerrar la gran brecha de
financiación que existe para la salud mental y el apoyo psicosocial.
La Conferencia de Estocolmo conmemora el 50 aniversario de la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano de 1972 y reconoce la
importancia de determinantes ambientales para la salud física y mental. BP
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