La voz es la principal herramienta con la que contamos los seres humanos para comunicarnos, es parte de nuestra identidad y, además, un instrumento de trabajo y de expresión. Cada uno de nosotros tiene su voz propia y es distinta a la de cualquier persona, por lo que la voz de cada uno es algo que nos distingue.
En 1999, el doctor Nedio Steffen presidía la Sociedad Brasilera de Laringología y Voz (hoy Academia Brasilera de Laringología y Voz). Después de haber comprobado que muchas de las personas que padecían disfonías pensaban que esto era algo normal o bien lo atribuían a una característica natural de su voz, decidió, junto a sus colegas, organizar una campaña nacional de concientización acerca de los cuidados de la salud vocal. De esta manera, podrían transmitir la importancia de un diagnóstico temprano y de la prevención de las patologías de la voz.
La campaña fue realmente un éxito y, cuatro años después, el equipo decidió compartir su experiencia y los resultados alcanzados con las sociedades de laringología del mundo. Se invitó a estas entidades a sumarse a otra campaña -ahora a nivel mundial- que dio origen a lo que hoy se conoce como el Día Mundial de la Voz, que se celebra cada 16 de abril.
El profesor Mario Andrea, de Portugal, tuvo la misión de llevar esta iniciativa a Europa y Estados Unidos, y la presentó en distintos eventos internacionales como una necesidad médica frente a la responsabilidad de concientizar a la población acerca de los cuidados de la voz.
La voz
Cada uno de nosotros tiene su voz propia y es distinta a la de cualquier persona, por lo que la voz de cada uno es algo que nos distingue. Contamos con la posibilidad de tenerla durante toda la vida; por este motivo, debemos tomar conciencia y orientar a la población en general sobre cómo cuidarla y sobre la necesidad consultar frente a cualquier cambio que aparezca.
Todos debemos cuidar nuestra salud vocal, especialmente aquellas personas que trabajan con la voz, locutores, cantantes, conferencistas, docentes, actores, entre otros, y los grupos de riesgo (por ejemplo, trabajadores de call centers) que, por su trabajo, pueden llegar a esforzarla. Estas personas refieren fatiga vocal y esto se debe a que desconocen cómo usar la voz.
Cerca de un 5% de la población mundial sufre de alguna alteración en la voz, la prevalencia es mayor entre los 25 años y 45 años. En estos casos, es necesario realizar la evaluación y el diagnóstico por parte de especialistas en otorrinolaringología, trabajando en forma conjunta con fonoaudiología.
El sonido de la voz se origina por la vibración de las cuerdas vocales, situadas en la laringe. Las principales alteraciones son la disfonía, la afonía y la hiperfunción.
- Disfonía: es un proceso inflamatorio en las cuerdas vocales, donde se pierde el timbre normal de la voz. Puede ser funcional o de causa orgánica. Cuando es funcional dura entre 7 y 15 días, y cuando es de tipo orgánica, se debe estudiar la causa. Por otra parte, existe una forma fisiológica de cambio de la voz y es la que aparece entre los 12 y 15 años en los varones adolescentes.
- Afonía: es la alteración máxima de la disfonía, en la que se pierde la voz de manera total.
- Hiperfunción de la voz: este trastorno da origen a nódulos o pólipos en las cuerdas vocales. En algunas oportunidades el tratamiento es quirúrgico, con exéresis de los pólipos y la posterior rehabilitación.
Algunas recomendaciones para cuidar la voz:
1 - Asegurar una adecuada hidratación, para mantener lubricadas las cuerdas vocales
2 - Eliminar el tabaquismo
3 - Evitar la ingesta de café y de mate
4 - Mantener una alimentación sana (evitar comidas copiosas)
5 - Evitar hablar en lugares cerrados y ruidosos
6 - No hablar en exceso
7 - Tratar de trabajar en ambientes humidificados (¡cuidado con los aires acondicionados!)
8 - La respiración debe ser correcta para la emisión de la voz, se debe inspirar antes de comenzar a hablar y aprovechar las pausas para una nueva inspiración
Abusar del uso de la voz puede ocasionar graves problemas; por eso, ante la mínima disfonía se indica, en un principio, descanso. Si la disfonía supera los 15 días, se sugiere la visita al especialista
En el caso de profesionales de la voz se sugiere considerar el entrenamiento vocal, al igual que un deportista. Ante la aparición de síntomas alérgicos, como sensación de moco retronasal, se sugiere evitar el carraspeo permanente o excesivo, pues ello llevaría también a tener una voz ronca no nítida.
La presencia de reflujo gastroesofágico (sensación de quemazón detrás del esternón) o halitosis son signos que deben alertar, ya que, con el tiempo, pueden lastimar las cuerdas vocales.
Se debe mantener una buena postura al hablar, cualquier mínimo dolor en alguna parte del cuerpo influye en la emisión de la voz. El mal uso del teléfono celular, muchas veces apoyado en el hombro, puede causar una contractura cervical y comprometer la laringe (se recomienda usar siempre el altavoz).
Los niños también pueden tener alteraciones en su voz debido a malformaciones congénitas o por hiperfunción. En este último caso, suelen ser niños líderes en sus grupos, que usan el tono de voz muy alto, y muchas veces llegan a gritar.
También es muy frecuente la consulta de los adultos mayores por pérdida de la sonoridad. Esto se produce por disminución del tono muscular en todo el cuerpo, incluidas las cuerdas vocales, que repercute en la riqueza sonora y se trata de un deterioro natural causado por los años. En este grupo etario ocurre una disminución en la falta de comunicación debido a que, en ocasiones, viven solos.
En otros casos, la disfonía o la presencia de voz tipo cascada puede tener un origen neurológico. Esta disfonía se caracteriza por espasmos en la voz que impiden el flujo regular vocal y está presente en enfermedades como el Parkinson o la Miastenia Gravis.
En el contexto de la pandemia, el tapaboca también nos ha llevado a usar la voz con sobreesfuerzo.
La voz puede afectarse de manera transitoria por cuadros de resfrío, gripe o laringitis. En estos casos, la recuperación debería ocurrir en aproximadamente dos semanas. Si esto no ocurre, es importante la consulta con el otorrinolaringólogo, quien determinará la necesidad de conformar un equipo multidisciplinario con especialistas en fonoaudiología. También hay profesionales dedicados exclusivamente al estudio y tratamiento de las afecciones de la voz.
Como ocurre con la mayoría de las enfermedades, la consulta debe ser temprana para detectar el problema y comenzar con el tratamiento adecuado.
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