¿El coronavirus es una enfermedad pulmonar que
causa problemas en la sangre o una enfermedad en la sangre que causa problemas
pulmonares? «Simplemente no lo sabemos», admitió Cameron Kyle-Sidell, un médico
de la ciudad de Nueva York en la primera línea de defensa contra la pandemia.
El coronavirus puede no ser una enfermedad pulmonar
sino más bien una enfermedad dirigida a los glóbulos rojos. De ser así, se
podría necesitar un nuevo enfoque para tratar a los pacientes con coronavirus,
sostienen algunos médicos.
La mayoría de los profesionales en todo el mundo
han estado tratando el coronavirus principalmente como una enfermedad pulmonar,
que provoca neumonía grave. Según un nuevo estudio científico que llevó a cabo
un grupo de universidades chinas, no son los pulmones los que se cansan, sino
la incapacidad de los glóbulos rojos de transportar oxígeno por todo el cuerpo
lo que está causando la insuficiencia orgánica.
«Los hallazgos de la investigación han llevado a
algunos médicos a preguntarse si es hora de explorar nuevas formas de tratar el
coronavirus a corto plazo», advirtió el reconocido inversionista tecnológico
Michael Coudrey.
Uno de los tres síntomas principales del
coronavirus junto con la fiebre y la tos seca es la falta de aliento o
dificultad para respirar. Coudrey lo explica argumentando que la enfermedad
causa una hipoxia prolongada y progresiva, que priva al cuerpo humano de
oxígeno. «A medida que el virus se une a la hemoglobina que se encuentra en los
glóbulos rojos -indicó-, libera ión oxidativo de hierro de las células. La
falta de iones de hierro impide que la hemoglobina se una al oxígeno, no
permitiendo que los glóbulos rojos hagan correctamente su función».
«Es muy probable que este sea más el caso, en lugar
de desarrollar una forma de SDRA o neumonía. Muchos médicos comienzan a creer
que operan bajo una falsa noción de neumonía y posiblemente tratan los síntomas
incorrectos de manera sistemática en todo el país», advirtió.
Si bien los ventiladores han sido importantes en el
tratamiento de casos graves de coronavirus, Coudrey agregó que si los pulmones
no son la raíz del problema de la enfermedad, puede que no sea suficiente en el
tratamiento de pacientes con coronavirus.
Y enfatizó: «Es posible que los ventiladores no
estén tratando la causa raíz, ya que muchos de los pulmones de los pacientes no
se están 'cansando', están bombeando muy bien. Es en cambio que la hemoglobina
afectada ha sido despojada de su capacidad de transportar oxígeno, lo que
resulta en hipoxia».
Los nuevos hallazgos sugieren que los ventiladores
pueden proporcionar oxígeno a los pacientes, pero no previenen las fallas
orgánicas que se producen por la falta de iones de hierro en los glóbulos
rojos. Si el sistema inmunitario de un paciente con coronavirus no combate el
virus por sí solo, los ventiladores pueden no ser suficientes para ayudar con
la recuperación.
En tal caso, Coudrey dijo que la única forma de
tratar los casos graves de coronavirus es «administrando oxígeno o una
transfusión de glóbulos rojos». Una de las drogas que podría ayudar con el
aumento de glóbulos rojos es la hidroxicloroquina, un medicamento contra la
malaria, que se ha utilizado en los EEUU en las últimas dos semanas para tratar
el coronavirus.
Dado que la malaria también interfiere con los
glóbulos rojos, el estudio descubrió que la interrupción en las células podría
curarse con hidroxicloroquina. «Esta droga también se usa para la malaria, un
patógeno que también interfiere con los glóbulos rojos. La malaria utiliza la
hemoglobina del huésped como fuente de alimento».
En la tarde del jueves, y sin medios de por medio,
Emmanuel Macron conversó largamente con el discutido y reconocido infectólogo
Didier Raoult, quien le reservó para el encuentro un nuevo ensayo con el
resultado de un seguimiento a 1.061 pacientes que pasaron por sus servicios del
IHU Méditerranée de Marsella, lugar donde el investigador centraliza sus
trabajos.
De acuerdo a lo que refleja el diario Les Echos, de
manera exclusiva sobre el evento, el médico investigador informó al presidente
francés, que de las personas tratadas con esta droga, la curación virológica se
alcanzó en 973 casos en 10 días de su utilización.
Parte del ensayo internacional Discovery, que busca
comprobar la efectividad de su uso para vencer al coronavirus, y desde la
revelación preliminar de los ensayos de la hidroxicloroquina realizada en 24
pacientes, Didier Raoult con su tratamiento ha irrumpido en el mundo
científico, generando adherentes y detractores. Sin embargo, en su instituto
recibe de manera sistemáticamente a pacientes que viajan por centenares para
recibir la combinación de drogas. Según los datos que promueve, ya se
realizaron un total de 66.000 pruebas, de las cuales el investigador publicó un
estudio en su sitio de la IHU.
El ensayo, subido a la página de la organización,
detalla los resultados sobre 1.061 pacientes que «fueron tratados completamente
con hidroxicloroquina y azitromicina». El documento sostiene que «se verá en
los resultados que la mortalidad es de alrededor del 0,5% y que la tasa de curación
es extremadamente alta».
Este tratamiento ya ha sido utilizado por otros
departamentos de la Asistencia Pública Hospitalaria de Marsella, con resultados
comparables, independientemente del equipo que encabeza el investigador, que
además tiene un lugar en el Comité Científico que asesora al Presidente Macron,
al que sin embargo Raoult actualmente prefiere ignorar.
¿Cómo
ingresa el SARS-CoV-2 al cuerpo humano y qué se cree que hace?
Con el objetivo de reconstruir qué es lo que ocurre
cuando el coronavirus entra al cuerpo humano Infobae consultó al Dr. Federico Prada, biólogo y doctor en
ciencias. «Una de las características a nivel biológico más importantes que
tiene este coronavirus es que está utilizando como puerta de entrada una
molécula que está muy distribuida en el organismo, que se llama enzima
convertidora de angiotensina 2 (ace 2), que al tener una cantidad muy grande
por célula de esa molécula el virus encuentra múltiples sitios por donde entrar
a las células y al organismo», detalló Prada, quien señaló que «eso también explica
un poco la sintomatología que no solamente está restringida al área
respiratoria, sino que también hay otros efectos colaterales por tener
infección en otros órganos».
Para comenzar, hay que saber que cuando un virus
ingresa al organismo es reconocido por el sistema inmunológico, que es el
sistema de defensas y está constituido por células que se encargan de
'patrullar' el cuerpo, células que están ubicadas para detectar alguna anomalía
en relación no sólo a los microorganismos sino a algunas modificaciones que
puedan llegar a sufrir las propias células.
«Al detectar un virus o agente extraño que viene
del exterior, se activan una serie de mecanismos que tienden a aislar,
inactivar y en el último caso hacer desaparecer o degradar al organismo agresor
-comentó el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en
Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE)-. En el caso de
un virus no se dice 'matar' porque el virión, que es la partícula aislada del
virus, no tiene vida per sé, es un conjunto de moléculas orgánicas
(biomoléculas) que no cumplen las propiedades que nos ayudan a definir la vida.
El virión no está vivo a no ser que esté dentro de una célula, que es la célula
que infecta. Y es ahí, cuando comienza a desarrollar todas sus funciones
vitales tomando el comando de la célula, es ahí cuando se replica o duplica su
material genético, que puede ser considerado 'vivo' pero al momento de salir
del cuerpo vuelve a tener ese estatus de partícula viral no viva».
Y continuó: «Suponiendo que la partícula viral
entra al cuerpo a través de la boca, por el sistema respiratorio, los pulmones
y finalmente los alvéolos pulmonares, el virus 'toca' la superficie de las
células y utilizando unas puertas de entrada conocidas como receptores entra a
las células».
Entonces, «el SARS-CoV-2 entra a la célula, y a
partir de ese momento comienza a duplicar su material genético con el objetivo
de dividirse, de amplificarse y generar nuevas partículas». «Una vez que se
terminó de replicar, tiene que salir, romper la célula donde está y es ahí
donde se prende una alarma en el sistema inmune -si es que no fue detectado
previamente-. En ese momento, numerosas células del sistema inmune comienzan a
llegar al sitio y esto genera una inflamación y la inflamación trae aparejada
aumento de la temperatura, irrigación de sangre al área y en muchos casos un
arribo de muchas células desde el torrente sanguíneo hasta el tejido afectado»,
ahondó el especialista, quien describió lo que ocurre a continuación como «una
verdadera batalla a nivel inmunológico entre las células de defensa y el virus
que se está propagando».
Es que «las partículas virales que salen de una
célula infectan otras y esto lleva a una verdadera batalla molecular y celular
y en muchos casos, cuando el sistema inmune logra controlar la infección, esto
puede darse en el término de (en el mejor de los casos) 2 o 3 semanas desde el
momento de la infección, sobre todo si el organismo es de una persona joven y
no tiene ninguna patología previa en el sistema respiratorio. En ese caso,
puede ir decayendo el efecto de la infección viral hasta desaparecer sintomatológicamente».
«Lo que ocurre en algunos casos es que después de
esta batalla algunos pacientes -sobre todo los que tuvieron una historia previa
en relación a su sistema respiratorio, ya sea por ser fumador o haber tenido
algún tipo de enfermedad cardiorespiratorios o estar inmunodeprimido por alguna
medicación- el periodo puede ser más largo y puede llevar a que el sistema
inmunológico se agote, se genere una baja en lo que sería la potencia de este
sistema, lo cual lleva a que se abran nuevas puertas para que otros
microorganismos colonicen el pulmón», puntualizó.
«“Entonces -prosiguió- lo que puede pasar es que
bacterias del ambiente terminen generando una infección de los pulmones a nivel
microbiológico y eso puede llevar a una disfunción total del sistema respiratorio
e incluso la entrada de bacterias al torrente sanguíneo, que va a terminar
causando en un periodo mediano o corto la muerte del paciente».
«Es decir que la primera infección, en el peor de
los casos, puede llevar a la muerte en unas pocas semanas, pero si el paciente
sobrevive a esa primera infección van a llegar nuevas infecciones a nivel
bacteriológico que lo pueden llevar a matar» concluyó.
Con la pandemia de coronavirus que empeora día tras
día y algunas regiones como Japón comienzan a ver un aumento en nuevos casos,
la exploración de nuevos tratamientos podría ser esencial para contener el
virus.
Para Kyle-Sidell, «las terapias no están
funcionando y nuestros ventiladores no pueden dar suficiente oxígeno. Algunos
se preguntan si se trata de una enfermedad pulmonar que causa problemas de
sangre o una enfermedad de la sangre que causa problemas pulmonares. No sé qué
es, pero sé que nunca lo había visto antes. Las personas están muriendo de una
enfermedad que no entendemos, que no tiene sentido y para la cual nuestro
tratamiento habitual no encaja», dijo preocupado. BP
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