jueves, 15 de agosto de 2024

Síndrome del Intestino Irritable vs. Enfermedad Inflamatoria Intestinal…

Comprender las distinciones entre el síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es crucial, ya que estas afecciones, si bien comparten síntomas similares, tienen naturalezas, implicaciones y enfoques de tratamiento fundamentalmente diferentes.
¿Qué define la EII y el SII?
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) abarca afecciones caracterizadas por inflamación crónica del tracto digestivo, en particular la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Estas afecciones son de naturaleza autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propios tejidos y provoca inflamación. No existe cura para la EII, pero el tratamiento puede controlar los síntomas y la inflamación.
El síndrome del intestino irritable (SII), por otro lado, es un trastorno funcional que afecta el tracto gastrointestinal, caracterizado por síntomas como dolor abdominal, hinchazón y alteración de los hábitos intestinales sin inflamación visible subyacente. El SII se controla principalmente mediante ajustes en el estilo de vida y alivio de los síntomas, ya que sus causas exactas no se comprenden completamente, pero se cree que involucran factores como sensibilidad a los alimentos, estrés y desequilibrios de la flora intestinal.
¿Qué síntomas se comparten y qué síntomas son únicos de cada trastorno?
Síntomas similares
Tanto el SII como la EII comparten una variedad de síntomas gastrointestinales, lo que a menudo conduce a una confusión inicial en el diagnóstico. Éstas incluyen:
·        Dolor abdominal y calambres: ambas afecciones pueden causar malestar y dolor significativos en el abdomen, aunque la naturaleza y los desencadenantes del dolor pueden diferir.
·        Hinchazón y gases: las personas con cualquiera de estas afecciones pueden experimentar hinchazón y gases incómodos.
·        Diarrea: las deposiciones frecuentes, a veces urgentes, son comunes tanto en el SII como en la EII.
·        Estreñimiento: particularmente en el síndrome del intestino irritable y en algunos casos de EII, el estreñimiento puede ser un síntoma predominante y provocar malestar e hinchazón importantes.
Síntomas exclusivos del SII
Los síntomas del SII están relacionados principalmente con los aspectos funcionales del sistema gastrointestinal, sin signos visibles de inflamación o enfermedad en los exámenes médicos. Los síntomas únicos incluyen:
·        Diarrea y estreñimiento alternos: el SII se destaca por su variabilidad, y algunos pacientes experimentan episodios alternos de diarrea y estreñimiento (SII mixto).
·        Moco en las heces: si bien no es exclusivo del SII, la presencia de moco en las heces se asocia más comúnmente con él.
·        Sensación de evacuación incompleta: muchas personas con SII informan que sienten que no han vaciado completamente sus intestinos después de un movimiento.
·        Agudizaciones de síntomas provocadas por la ingesta de alimentos o el estrés: los síntomas del SII a menudo empeoran con ciertos alimentos o estrés, sin la presencia de inflamación sistémica.
Síntomas exclusivos de la EII
Los síntomas de la EII pueden superponerse a los del SII, pero incluyen una variedad de síntomas sistémicos más graves debido a la inflamación subyacente y al posible daño a la pared intestinal. Éstos incluyen:
·        Sangrado rectal y heces con sangre: un indicador clave de EII, que no suele observarse en el SII.
·        Pérdida de peso: puede ocurrir una pérdida de peso involuntaria en la EII debido a la mala absorción de nutrientes.
·        Fiebre y fatiga: los síntomas sistémicos como fiebre y fatiga significativa son más comunes en la EII, lo que refleja su naturaleza inflamatoria.
·        Inflamación de los ojos, erupciones cutáneas y dolor en las articulaciones: la EII puede afectar otras partes del cuerpo y provocar síntomas fuera del tracto gastrointestinal.
·        Deficiencias nutricionales: debido a la malabsorción, las personas con EII pueden experimentar deficiencias de vitaminas y minerales.
·        Inflamación interna grave: visible mediante diagnóstico por imágenes y endoscopia, lo que indica daño al revestimiento intestinal.
·        Cicatrización y estenosis intestinales: con el tiempo, la EII puede provocar cicatrices y estrechamiento de los intestinos, lo que podría provocar obstrucciones.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de estas afecciones implica diferentes enfoques. El diagnóstico de EII se basa en evidencia objetiva de inflamación a través de pruebas como colonoscopias e imágenes, mientras que el diagnóstico de SII suele ser de exclusión, respaldado por criterios basados en síntomas (criterios Roma IV): dolor abdominal recurrente en promedio al menos 1 día a la semana en los últimos 3 días meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios:*
1.     Relacionado con la defecación.
2.     Asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
3.     Asociado con un cambio en la forma (apariencia) de las heces.
*Criterios cumplidos durante los últimos 3 meses con inicio de síntomas al menos 6 meses antes del diagnóstico.
Las estrategias de tratamiento divergen significativamente. Los tratamientos para la EII tienen como objetivo reducir la inflamación mediante medicamentos como corticosteroides e inmunomoduladores y, en algunos casos, cirugía. El control del SII se centra en el alivio de los síntomas mediante cambios en la dieta, ajustes en el estilo de vida y, a veces, medicamentos para aliviar el dolor o regular las deposiciones.
Comprender el papel del estrés
Ambas condiciones están influenciadas por el estrés, que puede exacerbar los síntomas. Sin embargo, el manejo del estrés en cada condición adquiere connotaciones diferentes debido a sus causas subyacentes. Para el SII, el manejo del estrés puede ser un componente central de las estrategias de manejo de los síntomas. Por el contrario, si bien la reducción del estrés es beneficiosa para las personas con EII, el tratamiento se centra principalmente en controlar los procesos inflamatorios.
Diagnóstico
Diagnóstico del SII:
·        Enfoque basado en criterios: el diagnóstico del SII sigue principalmente los criterios de Roma IV, enfatizando los patrones de síntomas: dolor abdominal durante al menos 1 día por semana en los últimos 3 meses, con síntomas que comenzaron al menos 6 meses antes y asociado con dos o más de los siguientes: relacionados con la defecación, asociados con un cambio en la frecuencia de las deposiciones y/o asociados con un cambio en la forma (apariencia) de las heces.
·        Exclusión de otras condiciones: No existen pruebas específicas para el SII. En cambio, los esfuerzos de diagnóstico se centran en descartar otras afecciones. Las pruebas pueden incluir análisis de sangre para excluir la enfermedad celíaca, pruebas de intolerancia a la lactosa y análisis de heces para descartar infecciones o marcadores inflamatorios indicativos de EII.
·        Reconocimiento de trastornos funcionales: el SII se identifica como un trastorno funcional, lo que significa que los síntomas no tienen una causa patológica visible. Este reconocimiento es crucial para guiar el enfoque del tratamiento, centrándose en el manejo de los síntomas y la mejora de la calidad de vida.
Diagnóstico de EII:
·        Marcadores inflamatorios: los análisis de sangre se utilizan para buscar marcadores de inflamación, anemia (a menudo causada por sangrado en los intestinos) o signos de infección.
·        Procedimientos endoscópicos: la colonoscopia y la gastroscopia permiten la visualización directa del revestimiento intestinal y la capacidad de tomar biopsias, esenciales para diagnosticar la EII y distinguir entre colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
·        Pruebas de imagen: se utilizan tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y rayos X (a veces con contraste de bario) para observar el tracto gastrointestinal, detectar complicaciones de la EII, como estenosis, fístulas y abscesos, y evaluar el grado de inflamación.
Tratamiento
Tratamiento del SII:
·        Modificaciones en el estilo de vida y la dieta: esto incluye ajustes en la dieta para controlar los síntomas, como la dieta baja en FODMAP, que reduce la ingesta de ciertos carbohidratos que pueden desencadenar síntomas.
·        Medicamentos: según el tipo de SII (con predominio de estreñimiento, diarrea predominante o mixto), los medicamentos pueden incluir suplementos de fibra, laxantes, agentes antidiarreicos, antiespasmódicos y ISRS para el dolor y la depresión.
·        Terapias psicológicas: dado el importante papel del estrés y los factores psicológicos en el SII, los tratamientos pueden incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), hipnoterapia y asesoramiento.
Tratamiento de la EII:
·        Medicación: el objetivo es reducir la inflamación, controlar los síntomas e inducir y mantener la remisión. Los medicamentos incluyen aminosalicilatos, corticosteroides, inmunomoduladores y terapias biológicas dirigidas a vías específicas de la respuesta inmune.
·        Apoyo nutricional: los cambios en la dieta pueden ayudar a controlar los síntomas y prevenir la desnutrición. En casos graves, especialmente en la enfermedad de Crohn, pueden ser necesarios suplementos nutricionales o nutrición enteral.
·        Cirugía: para la enfermedad de Crohn, es posible que se necesite cirugía para extirpar secciones dañadas del tracto gastrointestinal, abordar complicaciones como fístulas o aliviar los síntomas cuando no responden a los medicamentos. En la colitis ulcerosa, la cirugía podría implicar la extirpación de todo el colon y el recto (proctocolectomía) como posible cura. JQR

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