Virgen
Hospitalaria Agustina, 08 de Mayo
Martirologio Romano: En
Quebec, Canadá, beata María Catalina de san Agustín (Catalina Simon de Longpré),
virgen, religiosa de las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia de la Orden
de San Agustín, que vivió hasta su muerte dedicada al cuidado de los enfermos,
señalándose por el consuelo que les proporcionaba y la esperanza que les
infundía († 1668).
Etimológicamente: María = Aquella
señora bella que nos guía, es de origen hebreo.
Etimológicamente: Catalina = Aquella
que es pura y casta, es de origen griego.
Nacida en Saint-Sauvuer-le-Vicompte, Francia, el 3
de mayo de 1632, hija de James Simon de Longpré y Francisca Jourdan de Launay,
fue bautizada el mismo día de su nacimiento con el nombre de Catalina Simon de
Longpré.
En 1634, con apenas dos años de edad, por la muerte
de su madre, fue confiada al cuidado de los abuelos maternos, quienes tenían en
su casa algo similar a un pequeño hospital para los enfermos pobres. En esa
casa tuvo oportunidad de entrar en contacto con religiosos y sacerdotes que
acudían para colaborar con la ayuda que se daba allí, así inició su formación
como futura monja hospitalaria, e iniciar una intensa vida espiritual.
A los 12 años ingresó como aspirante en el
Monasterio de las Agustinas Hospitalarias de Bayeux, casa en la que su familia
había contribuido generosamente para su fundación. Después de dos años de
preparación, fue aceptada en el Noviciado y recibió el hábito religioso el 24
de octubre de 1646, a los 14 años de edad. El mismo día que su abuela materna
enviudaba, ella ingresaba al convento. Después del noviciado, el 25 de abril de
1648, a los 16 años de edad, emitió los primeros votos y al día siguiente hizo
la profesión religiosa tomando el nombre de María Catalina de San Agustín.
La congregación de las “Agustinas Hospitalarias de
la Misericordia de Jesús”, habían fundado en 1639 el Hospital “Hotel Dieu” en
Quebec, Canadá, y se veía en la necesidad de enviar manos jóvenes para reforzar
la actividad en aquella ciudad. La Madre María Catalina se ofreció como
voluntaria para esa misión. Vivió hasta su muerte dedicada al cuidado de los
enfermos, en Quebec, caracterizándose por el consuelo que les proporcionaba y
la esperanza que infundía en aquellos. Ingresó al Reino de Dios, el 8 de mayo
de 1668. Fue beatificada por S.S. Juan Pablo II el 23 de abril de 1989.
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