Mártir, 16
de Julio
Martirologio Romano: En Anastasiópolis, de Galacia, en la moderna Turquía, san Antíoco,
mártir, hermano de san Platón. († s. III/IV)
Fecha de canonización: Información no disponible, la
antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la
acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que
tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado
antes de la creación de la Congregación
para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo
de Roma: el Papa.
Su pasión indica que Antíoco el médico, –oriundo de
la ciudad de Sebaste, y hermano del mártir san Platón–, mientras que estaba
atendiendo a enfermos de Galacia y Capadocia, fue detenido –por ser cristiano–
por el prefecto Adriano. Antíoco soportó diversos tormentos: fue sumergido en
una olla de agua hirviente, lanzado a las fieras, pero siempre salía airoso de
estas pruebas, mientras que sus oraciones hacían que los ídolos se rompieran.
Por último, se lo decapitó, y de su cuello brotó sangre y leche. A la vista de
este milagro, Ciriaco, uno de los testigos, se profesó cristiano e
inmediatamente fue también decapitado. Esta historia repite detalles contenidos en otras
historias sin darnos detalles particulares sobre los hechos. Pero, sin embargo,
es evidente lo antiguo de la devoción a este mártir, constando ya su nombre en
el Sinaxario Constantinopolitano.
La pasión del san Platón, el hermano de Antíoco,
testifica que su martirio tuvo lugar por orden de Maximiano; Ciriaco, y
Antíoco, fueron probablemente víctimas de la persecución de Diocleciano. En
cuanto a la ciudad de origen, todos los textos existentes nos indican que Antíoco
nació en Sebaste; entre las siete ciudades con aquel nombre en esos tiempos
está Ancira –llamada Sebaste Tectosagi en la época imperial–, cuna de san
Platón, y por ello considerada también la cuna de nuestro santo de hoy.
Por último, en cuanto a su culto tenemos un
testimonio del siglo VI: la vida de San Teodoro Siceota relata un milagro
ocurrido el 16 de julio, mientras san Teodoro celebraba la solemne liturgia en
honor de Antíoco, en la iglesia a él dedicada. Esta información nos permite
ratificar el 16 de julio como la fecha más antigua de entre aquellas en que se
recordaba a este santo en el Martirologio Romano y el Sinaxario Bizantino.
Además, el testimonio de la existencia de una iglesia dedicada a San Antíoco en
la ciudad de san Teodoro –es decir la ciudad de Dara, una ciudad de Mesopotamia
que en el 507 se llamaba Anastasiópolis– nos permite suponer que fue en este
lugar donde ocurrió el martirio.
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