Mártires, 10 de
Abril
Elogio: En África
Proconsular, santos Terencio, Africano. Máximo, Pompeyo, Alejandro, Teodoro y
cuarenta compañeros más, todos mártires, que en tiempo del emperador Decio
murieron por la fe cristiana.
San Terencio es cabeza de un grupo de mártires de
origen oriental, muertos en Cartago por orden del «Prefecto de África»,
Fortunaciano, en tiempos del emperador Decio. Éste había promulgado un decreto
de persecución y condena al suplicio contra todos los que no hubieran renegado
del cristianismo. Así es que hubo muchas defecciones, pero Terencio y otros
treinta y nueve compañeros se decidieron a no ceder, con lo que se siguió el
arresto y el proceso en los tribunales; y tampoco allí, aunque solicitados y
torturados con varios suplicios, dejaron su fe, sino que el propio Terencio
respondió por todos, con su pública profesión de fe cristiana, a tal punto que
el prefecto los condenó a muerte por decapitación.
Se conocen los nombres de algunos compañeros de
martirio, tal vez los más importantes: Africano, Máximo, Pompeyo, Alejandro,
Teodoro.
Al fin del siglo IV, bajo el emperador bizantino
Teodosio el Grande, sus cuerpos fueron trasladados a Constantinopla. Al menos
ocho fuentes hagiográficas narran su «Passio», colocando la celebración
litúrgica ya el 5 de abril, ya el 11, pero el día que más aparece es el 10 de
abril. El nombre «Terencio» es de origen latino, y significa «nativo de
Taranto», pero según algunos etimologistas podría tener el sentido de «tierno,
delicado».
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