Gregorio II, Santo
LXXXIX Papa, 11 de Febrero
Martirologio Romano: En
Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Gregorio II, papa, que en
los tiempos difíciles bajo el emperador León el Isáurico trabajó en defensa de
la Iglesia y del culto de las sagradas imágenes, y envió a san Bonifacio a
predicar el Evangelio en tierras de Germania (731).
Etimología: Gregorio
= Aquel que está siempre preparado, es de origen griego.
Los historiadores le
llaman el mejor Papa del siglo VIII, y en él se advierte muy bien la paradoja
de los pontífices -constructores de puentes, según la etimología- que resume de
modo espectacular la de todo cristiano obligando a la dualidad de atender a las
cosas de este mundo y de no vivir más que para Dios.
Gregorio era romano
de nacimiento y ya prestó grandes servicios a la Iglesia bajo los pontificados
de Sergio I y Constantino I; a este último le acompañó en un viaje a Oriente
como asesor, contribuyendo a resolver de manera pacífica -y desgraciadamente,
también provisional- una enconada controversia.
Desde el 715, cuando
fue elegido Papa, se desvive por una parte en la doble labor de defensa y de
conquista espiritual: reconstruir monasterios como Montecasino, cuna de la
orden benedictina, y consolidar las murallas de Roma, pero pensando también en
pueblos paganos a los que había que llevar el Evangelio (él fue quien mandó a
san Bonifacio a la Germania).
Bifronte tuvo que
ser así mismo su actitud política: por el norte los lombardos amenazaban con
engullir el papado, por el sur los bizantinos aumentaban sus exigencias, y con
el emperador León Isáurico, que favorecía a los iconoclastas, el reto adquiría
especial gravedad.
San Gregorio tuvo
que jugar arriesgadamente a dos tableros, el humano y el divino, el de la fe y
el de la diplomacia, conteniendo a la vez a los bárbaros y a los
archicivilizados bizantinos. No sólo Roma o Italia, el orbe entero, la plenitud
de la fe y toda la política del mundo pesaban sobre sus hombros, como sobre los
de cualquier Papa, cruzando el puente del tiempo hacia la orilla de la
eternidad.
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