Obispo, 05
de Mayo
Había nacido Gotardo -o Godofredo- en Baviera, en
Reichersdorf, en el año 960. No disponemos de datos que se refieran a su niñez.
Se le conoce ya con datos fiables cuando en el 990 era monje benedictino en
Nieder Altaich y, más tarde, abad electo de la abadía de Altaich, cerca del
lugar donde nació. Fue elegido abad de este monasterio en el que devolvió toda
la pureza original a la regla de San Benito, un tanto relajada en muchas
comunidades, por lo que después se le confió la reforma de otros monasterios.
Terminó sucediendo a san Bernardo de Hildesheim en su diócesis, muy lejos ya de
su Baviera natal.
Tiene muchos devotos en Austria y Prusia, y se le
invoca contra la gota y el reumatismo, pero ha pasado a la historia sobre todo
como un gran obispo constructor de iglesias y asilos para pobres.
Hildesheim es ciudad del noroeste de Alemania, en
la Baja Sajonia, al pie del macizo montañoso del Harz, cerca de Hannover. Hoy
es un gran centro industrial y de comunicaciones; en el siglo XIII era una
ciudad libre del Sacro Imperio Romano Germánico y antes, en el siglo XI, san Bernardo
la convirtió en un centro importante del arte románico. Ya era obispado desde
el comienzo del siglo IX. Traemos a la memoria a Hildesheim porque Gotardo fue
su Obispo.
Recorrió diversos monasterios de las regiones del
Rhin, introduciendo la disciplina que devolvía toda su pureza original a la
regla de san Benito, un tanto relajada en muchas comunidades, y con justicia
puede ser considerado como uno de los reformadores más conspicuos de su época. También
bajo otro aspecto se estudia su personalidad. Es uno de los animadores de la
cultura del siglo XI. Su obra de constructor sacro fue posible por la
confluencia de entusiasmos de otro gran hombre contemporáneo suyo, Enrique II
(973-1024), rey germano, coronado por el papa Benedicto VIII como emperador del
Sacro Imperio Romano (1002), último de los gobernantes sajones, nacido en
Abbach, también en
Baviera, que fue un rey peleón -guerra contra
Boleslao para recuperar Bohemia del 1004 al 1018; invadió Italia y fue
proclamado rey de los lombardos; y en 1021 una tercera campaña militar en el
sur de Italia, contra los bizantinos, para someter Capua y Salerno-.
Fue la unión de los esfuerzos de un emperador
artista procurando la construcción de catedrales del románico y un hombre santo
canonizado en 1146, famoso por su piedad y por contribuir a la reforma
eclesiástica.
Conocida la persona del reformador entusiasta de
las obras sacras, el emperador Enrique II confió a Gotardo la reforma de otros
cenobios, como las abadías de Hersfeld y Tergensee, y desde que en el 1022
sucedió a san Bernardo en su diócesis, también fue su epígono en la
continuación de los proyectos artísticos bernardinos, llegando a terminar la
catedral y la iglesia de San Miguel de Hildesheim.
Su labor pastoral no quedó agotada en las piedras
por mucho arte que pudiera sacarse de ellas. Se esforzó igualmente en arbitrar
medios que facilitaran la enseñanza de la juventud, proporcionó al pueblo
sencillo escuelas y hospitales, y fundó asilos para pobres. Quizá sea por este
trato directo con la enfermedad que intentaba aliviar en los dolientes, por lo
que se le acostumbra a invocar entre sus muchos devotos en Austria y Prusia
contra la gota y los reumatismos. De todos modos, ha pasado a la historia sobre
todo como un gran obispo constructor. Murió en el 1038.
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