¿A quién hay que amar?
“Habéis oído que se dijo: Amarás a tu
prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y
rezad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre que está
en los Cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre
justos y pecadores. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?
¿Acaso no hacen eso también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos?"(Mt)
Amar como Dios
Jesús defiende la ley del
Levítico de amar al prójimo, y no la interpretación de odiar al enemigo.
Ciertamente, la caridad es ordenada y se debe amar con intensidad a los más
cercanos, familia, pueblo, nación, pero no a costa del odio al enemigo. Los beneficios
de Dios sobre todos revelan la paciencia de Dios sobre buenos y malos. Se trata
de llegar más lejos que los pecadores y de los paganos que no conocen a Dios.
El que conoce a Dios ama como Él ama. Su amor no es indiferencia, ni lejanía, y
mucho menos odio o menosprecio, sino amor que llega lejos, también al que está
en el último lugar. El amor debe llegar a los enemigos. Es decir, a aquellos
que me odian. No se puede responder al odio con el odio, sino con el amor. Este
es el modo divino de actuar.
La sorpresa de los que le
escuchaban debió ser grande. En esto consistía la ley del nuevo reino de Dios.
Se cumplía la ley moral, se cumplía la ley revelada a Moisés; pero a unos
niveles distintos, a niveles de perfección. Se trataba de ser “perfectos como vuestro Padre Celestial es
perfecto"(Mt). Para ello era necesario
profundizar en el conocimiento del Padre celestial. Sólo el que comprende el
amor del Padre se puede introducir en esa nueva ley del amor, que se concretaba
ante sus ojos en estas seis antítesis en que Jesús va diciendo lo que se dijo a
los antiguos, pero añadiendo ese famoso “yo os digo", que tiene contenido de
verdadero legislador que sabe el contenido íntimo de la ley y la coloca ante
los ojos de los que le escuchaban. EC
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