sábado, 10 de agosto de 2024

Día litúrgico: Domingo XIX (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Jn 6,41-51): En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo». Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?». Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: ‘Serán todos enseñados por Dios’. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre.
»En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy vemos la reacción de los oyentes después que Jesucristo les ha desvelado un poco más su intimidad. ¡Qué grande es Dios! ¡Se ha hecho ‘pan’, para que lo comamos. ¡Es ‘vivo’! ¿Quién más vivo que el Dios eterno? ‘Bajado del cielo’: el ‘sueño de los sueños’. ¡Más no se puede pedir!
—En vez de estar contentos, le critican… Poco antes Jesús los había alimentado con la extraordinaria multiplicación de panes y peces: ¡nadie discutió! ¡Ahora sí! Parece que sólo aceptan ‘Dios a trozos’. Dios sí, pero... a distancia. ¡Curioso!, ¿no?

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