El trastorno bipolar es una
enfermedad mental grave y hereditaria de la que la sociedad conoce muy poco.
Según estimaciones de la OMS, en torno a 60 millones de personas en el mundo
padecen esta enfermedad. Afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo
y la persona que lo padece puede perder el control de sus emociones.
El trastorno bipolar no solo
influye en aspectos biológicos, sino también en aspectos psicológicos y
sociales. Se dan tanto episodios de euforia como de depresión y se suele
diagnosticar entre los 18 años y la mitad de la veintena. Las personas
afectadas pueden llegar a tardar una media de cinco años en ser
diagnosticadas.
Cómo
se diagnostica
“En la mayoría de los casos, el
trastorno bipolar comienza con síntomas depresivos y el paciente no es
correctamente diagnosticado de depresión unipolar hasta que aparece la euforia,
mediante síntomas maníacos o hipomaníacos”, explica el Dr. Montes.
Entre la información que se puede
recabar en la exposición, el visitante descubre los síntomas que se dan en este
trastorno.
El especialista añade: “En otras
ocasiones, el trastorno se inicia con síntomas psicóticos, que pueden
confundirse con otros trastornos en los que también aparecen los mismos síntomas,
sobre todo en personas que consumen sustancias. También, la hipomanía puede
pasar más desapercibida cuando es muy breve y no hay una disrupción”.
Un diagnóstico precoz ayuda a un
mejor manejo de la enfermedad y a evitar más episodios y mejorar la calidad de
vida.
Síntomas de episodios de manía
·
Euforia o irritabilidad.
·
Autoestima exagerada o sentimiento
de grandeza.
·
Disminución de la necesidad de
dormir.
·
Estado más hablador de lo
habitual.
·
Pensamiento acelerado.
·
Facilidad de distracción.
·
Aumento de la actividad.
·
Participación excesiva en
actividades placenteras o con riesgo.
·
Gastos excesivos.
Síntomas de episodios depresivos
·
Ánimo triste.
·
Pérdida de interés o placer.
·
Aumento o disminución del
apetito.
·
Pérdida o aumento importante de
peso.
·
Insomnio o hipersomnia (sueño
excesivo).
·
Agitación o enlentecimiento
psicomotor.
·
Fatiga o pérdida de energía.
·
Sentimientos de culpabilidad o
inutilidad.
·
Disminución de la capacidad de
pensar.
·
Pensamientos de muerte recurrentes
e ideas suicidas.
Durante los episodios depresivos o
maníacos pueden aparecer síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios).
Cómo se trata
Hay tratamiento farmacológico y
psicológico. El Dr. Montes explica que “para el trastorno bipolar, el
tratamiento es, fundamentalmente, farmacológico, y que a partir de ahí se puede
incluir un programa de psicoeducación”. Apunta al litio como tratamiento
estándar porque es uno de los más utilizados y que mejores resultados ofrece
cuando funciona. También, para tratar este trastorno cada vez se están
empleando más los antipsicóticos.
Los efectos secundarios a largo
plazo que pueda sufrir un paciente con el tratamiento son menores comparados
con todos los problemas que puede conllevar el trastorno bipolar, y por ello,
Montes dice que “no se ha de tener gran preocupación al respecto”.
Por otro lado, es recomendable que
el paciente siga una psicoterapia ligada a la enfermedad. El psicólogo
Mateo Pérez explica: “Es bueno que el paciente siga un programa de
psicoeducación, que consiste en adquirir conocimientos sobre el propio
trastorno y la necesidad de seguir el tratamiento adecuadamente. También se
adquiere un conocimiento que ayuda a detectar y prevenir nuevos
episodios”.
Evitar
recaídas
Según el psicólogo, “cualquier
estrés que se dé en la vida del paciente puede ser desencadenante de una
recaída”. Este advierte de que para evitar recaídas la higiene del sueño
es fundamental, así como no consumir sustancias.
Para mantenerse estable es
indispensable la adherencia al tratamiento. Según datos proporcionados por
Lundbeck, en torno al 50 % de los pacientes abandona la medicación por su
cuenta a lo largo de su vida.
El Lic. Mateo Pérez dice que
“cuando el paciente está en un estado de eutimia, es decir, sin subidas ni
bajadas, tiende a pensar que la medicación ya no le hace falta y se la deja de
tomar”. El abandono del tratamiento farmacológico suele desencadenar una
recaída.
Conocer
la enfermedad
Al igual que desde el gobierno se
hacen campañas de alcoholemia, Pérez reivindica campañas sobre esta enfermedad
y sobre la salud mental en general. También denuncia que falta una
adecuada divulgación sobre las características del trastorno, ya que una
persona lo puede estar sufriendo y ni él ni sus allegados no son conscientes de
que está ahí. Asimismo, el coordinador de psicólogos de la Asociación
Bipolar Madrid anima a acudir al médico de cabecera o al especialista para
obtener información.
Entre los propios diagnosticados
hay una gran falta de información. Pérez comenta que a la asociación llegan
usuarios con el informe médico, el diagnóstico, pero sin conocimiento sobre la
enfermedad.
También, explica que de una
muestra que hicieron de 120 sujetos, a casi el 50% no le habían informado
correctamente sobre este trastorno. Este dato es preocupante debido a que
el autoconocimiento y el empoderamiento del paciente ayuda a que este pueda
controlar mejor su enfermedad y llevar una mejor calidad de vida.
El Dr. Montes apunta: “Cuando se
acepta y entiende el trastorno, con los tratamientos actuales y la ayuda de los
profesionales, se debe alcanzar el objetivo de la completa
normalización”.
Trastorno
bipolar, todavía hay estigma
La Dra. Isabel Mesa, presidente de
la Asociación Bipolar Madrid, se lamenta: “Sigue siendo una enfermedad con
mucho estigma por parte de la sociedad y en parte por el propio autoestigma del
afectado”. Y añade: “En el plano social puede generar rechazo por parte del
círculo de iguales y a nivel laboral, las empresas no apuestan por gente con
este trastorno”. El diagnóstico tardío y la estigmatización afectan
negativamente a un paciente con esta enfermedad.
Sobre este tema, una ilustración
del Dr. Eduard Vieta, del Hospital Clínic de Barcelona, recogida en la
exposición, sentencia: “Si tienes un trastorno bipolar, confía en ti mismo, estigmatizarse
no te ayudará, porque es el primer problema. El estigma del trastorno bipolar
tiene que ver con el pasado. Al día de hoy hay tantos tratamientos y tantas
oportunidades que realmente convivir con un trastorno bipolar no es
necesariamente malo”. BP
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