Con la
declaración de pandemia de la OMS el miércoles último, el COVID-19
propagó sus efectos a todos los espacios sociales, culturales y hasta laborales
donde el contacto con casos de riesgo se torna una posibilidad. Pero también
obligó hasta a los más escépticos a reforzar las medidas de prevención e higiene en
el ámbito privado, allí donde se comparte con la familia y el círculo íntimo, y
en donde el coronavirus puede
combatirse con sencillos hábitos de limpieza.
Es que más
allá del alcance de esta emergencia mundial, y sin
minimizar los efectos que desató en todas las esferas a nivel global,
contenerlo, atrincherarlo y vencerlo al menos de las puertas de casa para
adentro, es algo posible. ¿Cómo? Además de las recomendaciones generales de lavarse las manos con jabón regularmente,
estornudar sobre el pliegue del codo, no llevarse las manos a los ojos ni a la
nariz, ventilar los ambientes y desinfectar los objetos que se usan con mayor
frecuencia, la higiene
de las superficies es una acción que debe tomarse como
obligatoria.
Para ello,
entender de qué está hecho el coronavirus se esgrime como el primer paso para
no entrar en pánico y actuar sobre seguro.
“El
coronavirus es un
virus envuelto, lo que significa que está constituido por
material genético, que a su vez
está cubierto por una estructura de tipo proteínica. Esa cápside tiene además
una envoltura que es una parte de nuestra membrana plasmática. Cuando nos
invaden y se van de nuestra célula se llevan una parte de esa membrana, que
ellos modifican con algunas espículas (esas proyecciones que se ven en los
dibujitos). Esa estructura formada por lípidos es sensible al alcohol, que la
desorganiza y que impide que el virus encuentre un receptor en
nuestras células, las invada y así nos infecte”, detalla María Claudia
Degrossi, doctora en Química y una de las autoras del libro Cazabacterias en la
cocina.
Desmembrando el
detalle científico, la experta resume: “Como esa estructura se desorganiza por acción de los desinfectantes, lo
que da como resultado es que no puede infectarnos”. Entonces, para la misión
desinfección es tan importante
el producto como el método, puesto que no utilizado como se
debe su acción no será tan efectiva contra virus y bacterias como necesitamos
que sea.
“El virus es sensible
a la mayor parte de los desinfectantes porque se le daña la
membrana. Desde ese lugar es más efectivo, y esto vale siempre y para todo
tipo de infecciones, el alcohol al 60% o 70%. Eso no quiere decir que el
alcohol común no tenga una cierta efectividad, se puede usar, pero tiene mayor
penetrabilidad esta mezcla”, explica Degrossi. ¿Más diluido, más efectivo? En
las concentraciones indicadas, la respuesta es afirmativa.
“El alcohol
que compramos en la farmacia tiene una concentración de casi el 100%, sin
embargo, para estos casos es mayor el potencial de penetración del alcohol al 70%.
Esto es porque los alcoholes tienen la propiedad de que el agua los ayuda a una
mayor penetrabilidad, y es por eso que en las concentraciones indicadas tienen mayor efectividad
contra el agente”, puntualiza, y apunta que en el caso de la lavandina, otro
de los productos útiles contra el COVID-19, la aplicación es similar.
“Las que más
se ven en el mercado tienen una concentración de 25 gramos por litro. Esto
diluido alcanza una solución que está entre 200 y 400 partes por millón, y que
es la concentración que recomienda la FDA (la agencia de control de Estados
Unidos) para desinfectar superficies”, cuenta Degrossi.
¿Sirve la versión en gel de la lavandina? “Va a tener
sentido para algunas superficies como los pisos. Para lo que son superficies de
contacto donde luego apoyo cosas como alimentos, o lo tocamos
todo el tiempo me parece más efectivo contar con lavandina común, que además es
más económica. En tanto, si se pretende preparar una solución con lavandina en
gel siempre hay que chequear antes el principio activo, que debe ser el
hipocloroso de sodio, y la concentración de este principio en la fórmula”,
indica.
Por la
composición que se informa en sus envases, este desinfectante que también tiene
sus versiones perfumadas tiene
la misma concentración de cloro por litro que la opción
tradicional, por lo que las proporciones necesarias para preparar un
concentrado anti coronavirus (y otros agentes de contagio), es idéntica. En lo
que habrá que ser más preciso es en cómo medir las cantidades.
¿Y las toallitas
desinfectantes? Las que
contienen cloruro de benzalconio en su composición sí, porque según explica Degrossi
“es inhibidor de la actividad viral”. “El
agua oxigenada al 3% también puede ser útil para destruir el
virus que (bien vale repetirlo) no es nada resistente a ningún agente de
limpieza”, suma la doctora, y recomienda mantener una rutina de aseo diaria en
casas y oficinas donde no hay amenaza de contacto directo. En cambio, en
espacios u hogares donde uno o más miembros de la familia estuvieron en
contacto con potenciales portadores del virus, las medidas deben ser más
intensas.
“Es igual de
importante respetar
los tiempos de contacto, porque nada es instantáneo. El alcohol
en gel hay que dejarlo secar en las manos, y si me paso una toallita
son requeridos unos minutos de contacto antes de, por ejemplo, empezar a
utilizar el teclado”, especifica Degrossi.
Fórmulas contra el COVID-19
En su sitio de
Facebook Cazabacterias, De Grossi y sus dos colegas, Mariana Koppmann y Roxana
Furman, detallan cómo
y con qué desinfectar superficies de uso común: “En primer
lugar siempre la superficie debe estar limpia y esto se realiza con trapo o
esponja, y detergente o limpiador, para luego pasar a la desinfección o
saneamiento”, encabeza el posteo. Lo que sigue son dos ‘recetas’ de
fórmulas de limpieza anti coronavirus:
Lavandina comercial (común): Colocar un pocillo de café (100 ml) en
un balde con 10 litros de agua. O colocar una cuchara sopera (10 ml) de
lavandina en 1 litro de agua
Alcohol líquido: Colocar 7 partes
de alcohol y 3 partes de agua en un recipiente limpio o en un rociador. Tener
en cuenta que es inflamable y tiene que estar alejado del fuego, por lo que en
espacios como la cocina se desaconseja su uso. Al contrario, esta solución
desinfectante puede, e idealmente debe mantenerse sobre mesas de trabajo,
escritorios, salas de espera y en todos los ambientes de la casa donde los
integrantes compartan tiempo y espacio. VF
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