Diversas
investigaciones analizaron los efectos del uso del móvil, un hábito común que
puede provocar obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares, entre otros.
Cómo puedes evitar caer en esta trampa.
Los
dispositivos inteligentes acompañan a las personas en cualquier actividad
cotidiana, y comer frente al teléfono se ha vuelto una práctica común. Excepto
consideraciones sobre modales, ningún resultado negativo o efecto secundario se
le asociaba. Sin embargo, los datos de diversas investigaciones encontraron una
consecuencia poco favorable para la salud respecto al uso de celulares mientras
comemos.
Uno
de los resultados más notables es el cambio del ritmo con que se ingiere a
largo plazo: la presencia de un celular en esta hora del día podría aumentar la
velocidad con la que se consumía la comida. También se observó un cambio en las
señales que el cerebro manda mientras el sistema digestivo recibe los platillos
y nutrientes, según un estudio de la Universidad
de Bristol (UoB) publicado en The
American Journal of Clinical Nutrition.
Otra
institución que investigó el tema del uso del celular en las horas de comida es
la Universidad Notre Dame de Kioto
(KNDU), y halló una correlación con el aumento de peso. El estudio liderado por
el profesor Tomoko Fujiwara reclutó a un grupo de 213 estudiantes japonesas que
fueron divididas en dos grupos. El primero consumió una comida sin
distracciones, mientras que el segundo grupo comió la misma comida frente a sus
dispositivos móviles, navegando en redes sociales, mirando videos o jugando en
videogames.
Antes
y después de comenzar, las chicas fueron pesadas para comparar los resultados
luego de comer. Este experimento duró tres años y los resultados, publicados en
2016, indicaron que las chicas con el celular entre sus dedos mientras comían
aumentaron tres kilos más en comparación con las otras. Las principales
razones, como explicó Fujiwara, se debían a que los ojos se distraían del
plato, lo que interrumpía la forma en que el cerebro percibía la ingesta. Al
retrasar esta sensación, las personas comían más, de acuerdo con los resultados
del estudio publicado en Integrative
Food, Nutrition and Metabolism.
Las personas que comen frente
a las pantallas lo hacen más rápido
Del
mismo modo, el estudio de Bristol sugirió que las distracciones digitales
durante las comidas podían alterar la percepción de saciedad de una persona.
Concentrados en las pantallas, se tiende más a ignorar las señales del cuerpo
que indican saciedad. Esto se había observado en las personas que comen
mientras ven la televisión. Los resultados podrían llevar a un exceso en la
ingesta, contribuir al aumento de peso y alterar la regulación del apetito,
como explicó uno de los autores de la investigación, el doctor Jeff Brunstrom.
Además,
había otro efecto secundario: la cantidad que una persona se lleva a la boca si
se enfocaba más a la pantalla, en especial, en las de los videojuegos. En las
principales observaciones de la Unidad de
Nutrición y Comportamiento de esta institución, destacó la ingesta rápida
como derivado de las distracciones. Al final del día, una persona podría comer
el doble de raciones. Este aumento en el ritmo de consumo suele ligarse a la
distracción a la que se expone una persona. Incluso, los participantes del
estudio que prestaron menos atención a los platillos, olvidaron qué habían
comido.
Estos
hallazgos tienen implicaciones para la salud de las personas: el aumento de
peso no es solo una cuestión estética, sino que está asociado a problemas como
la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y los problemas
articulares.
Otra
de las consecuencias negativas que se identificó fue una digestión lenta.
Podría deberse al exceso de aire al masticar de forma incorrecta. Por último,
también podría aumentar la preferencia por los alimentos chatarra sobre los
saludables, como las frutas y verduras, de acuerdo con la Universidad Internacional de Cataluña.
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