jueves, 5 de septiembre de 2024

Nuevo estudio afirma que las tasas de demencia están disminuyendo...

La demencia afecta a millones de familias en todo el mundo. Es una condición desafiante en la que las personas que envejecen pierden gradualmente recuerdos y habilidades. Ante este preocupante deterioro de la salud, las familias hacen todo lo posible para brindar atención, pero se trata de una tarea costosa y a menudo infructuosa. De todos modos, la demencia es un campo de investigación médica de alta prioridad.
Afortunadamente, hay motivos para tener esperanza. Un nuevo estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, encontró una caída significativa en las tasas de demencia entre las personas de 65 años o más, a pesar de las persistentes inconsistencias.
El equipo de investigación utilizó datos de un grupo de más de 20.000 adultos para analizar pruebas cognitivas y tasas de demencia diagnosticadas clínicamente. Después de analizar las tendencias de 2000 a 2016, descubrieron una disminución significativa en las tasas de prevalencia de demencia ajustadas por edad, que cayeron del 12,2% al 8,5%.
Esta caída del 3,7% es una mejora significativa y será una buena noticia para la gran parte de la población mundial de más de 65 años. Es interesante observar que el descenso más rápido se produjo en los primeros cuatro años estudiados, entre 2000 y 2004. Aunque ha habido una mejora en todas las razas, géneros y clases, no todos los grupos han experimentado el mismo nivel de progreso.
A pesar de una disminución más pronunciada en las tasas de prevalencia entre las mujeres, todavía mantienen tasas más altas en general. De manera similar, los hombres negros experimentaron una mayor disminución en las tasas de prevalencia que los hombres blancos, pero su prevalencia general se mantuvo alta. Básicamente, las desigualdades sociales parecen reflejar diferencias en las tasas de demencia. Se cree que una mejor educación, menores tasas de tabaquismo y una mejor salud cardiovascular ayudan a reducir la incidencia de la demencia.
Los investigadores encontraron que el 40% de la mejora entre los hombres se atribuyó a una disminución sustancial en la población con educación universitaria que tenía más de 65 años en el momento del estudio. Las mujeres también experimentaron un aumento y representaron el 20% de la caída en la prevalencia de la demencia.
“Cerrar la brecha educativa entre grupos raciales y étnicos puede ser una herramienta poderosa para reducir las desigualdades en salud en general y las desigualdades en materia de demencia en particular, un objetivo importante de la política de salud pública”, escribió el autor.
La mayoría de las personas de 65 años o más durante el período de estudio probablemente pertenecían a la Generación Silenciosa o a los Baby Boomers mayores, grupos donde aproximadamente el 15% y el 24%, respectivamente, obtuvieron títulos universitarios. En contraste, los millennials tuvieron una tasa más alta, alcanzando el 39% en 2018. A diferencia de las generaciones anteriores, como la Generación X, las mujeres son cada vez más prominentes en la educación superior.
A pesar de las persistentes discrepancias, el número de personas de color matriculadas en la universidad ha aumentado en las últimas décadas. Queda por ver cómo estos cambios demográficos pueden afectar la prevalencia decreciente de la demencia en investigaciones y años futuros. JQR

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