domingo, 22 de septiembre de 2024

La Oración Dominical – 22 de Septiembre…

Ofrecemos estos breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la misa del domingo 22 de septiembre de 2024.
Se dividen en tres partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta; y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
                  “Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?» Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos». Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a Aquel que me ha enviado»” (Mc 9,33-37).
                  “Donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz. ¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones” (Sant 3,16-4,3).
Reflexión
“Si habéis escuchado con atención la lectura evangélica habréis podido comprender el respeto que se debe a los ministros y sacerdotes de Dios y la humildad con que los mismos clérigos deben prevenirse unos a otros. En efecto, preguntado el Señor por sus discípulos quién de ellos sería el más grande en el reino de los cielos, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: El que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. De donde deducimos que por la humildad se llega al reino, por la sencillez se entra en el cielo.
Por tanto, quien desee escalar la cima de la divinidad esfuércese por conseguir los abismos de la humildad; quien desee preceder a su hermano en el reino debe antes anticipársele en el amor, como dice el Apóstol: Estimando a los demás más que a uno mismo. Supérele en obsequiosidad, para poder vencerle en santidad. Pues si el hermano no te ha ofendido es acreedor al don de tu amor; y si te hubiere tal vez ofendido, es mayormente acreedor al regalo de tu superación. Esta es efectivamente la quintaesencia del cristianismo: devolver amor por amor y responder con la paciencia a quien nos ofende.
Así pues, quien más paciente fuere en soportar las injurias, más potente será en el reino. Porque al imperio de los cielos no se llega mediante una brillante ejecutoria avalada por la fastuosidad de las riquezas, sino mediante la humildad, la pobreza, la mansedumbre” (San Máximo de Turín, Sermón 48).
Nosotros le hablamos
                  “Dios mío, sálvame por tu Nombre, defiéndeme con tu poder” (salmo 53)
                  “Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu Nombre, porque es bueno” (salmo 53)
                  Dios nuestro, que estableciste el fundamento de la ley divina en el amor a ti y al prójimo, concédenos que, cumpliendo lo que mandas, merezcamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
                  ¿Trato de vivir la humildad ante Dios, sabiendo que todo lo he recibido de Él y que Él siempre me sostiene? ¿Qué dependo de Dios?
                  ¿Trato de vivir la humildad en el trato con los demás?

1 comentario:

  1. Con humildad mi SEÑOR te suplico que nos des discernimiento para tomar buenas decisiones, sabiduria para,alejarnos del peligro y un espiritu noble y sincero para,actuar segun tus designios. AMEN. ML

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