Christian Espinoza, director de operaciones de una red
de clínicas de tratamiento del sur de California, comenzó recientemente a
emplear un nuevo asistente poderoso: un algoritmo de inteligencia artificial
(IA) que puede realizar exámenes de la vista con imágenes tomadas por una
cámara retinal.
Sus clínicas, Tarzana Treatment Centers, son de las
primeras en adoptar un sistema de IA que promete expandir drásticamente la
detección de retinopatía diabética, la principal causa de ceguera entre adultos
en edad laboral y una amenaza para muchos de los cerca de 38 millones de
estadounidenses con diabetes.
“Ha sido una bendición para nosotros”, dijo Espinoza,
citando los beneficios de un examen rápido y fácil que puede realizarse con
poco entrenamiento y que brinda resultados inmediatos.
Y a sus pacientes también les gusta. Joseph Smith,
quien tiene diabetes tipo 2, recordó la engorrosa tarea de tomar el autobús
hasta el oftalmólogo, dilatar sus pupilas, y luego esperar una semana por los
resultados. “Era horrible”, dijo. “Ahora, toma solo unos minutos”.
En medio de todo el revuelo en torno a la inteligencia
artificial en la atención médica, la tecnología de exámenes de la vista está
surgiendo como uno de los primeros casos de uso probados de diagnósticos
basados en IA en un entorno clínico.
Si bien la Administración de Drogas y Alimentos (FDA)
ha aprobado cientos de dispositivos médicos basados en la IA, la
adopción ha sido lenta mientras los proveedores navegan por el proceso
regulatorio, la cobertura del seguro, los obstáculos técnicos, las
preocupaciones sobre la equidad y los desafíos de integrarlos en los sistemas
de proveedores.
Los exámenes de la vista muestran que la capacidad de
la IA para proporcionar resultados inmediatos, así como el ahorro de costos y
la conveniencia de no necesitar hacer una cita adicional, pueden tener grandes
beneficios tanto para los pacientes como para los proveedores.
De unos 700 exámenes de la vista realizados durante el
último año en las clínicas de Espinoza, casi una cuarta parte detectaron
retinopatía, y los pacientes fueron remitidos a un especialista para recibir
atención adicional.
La retinopatía diabética se produce cuando
el alto nivel de azúcar en la sangre daña los vasos sanguíneos en la retina. Si
bien el control de la diabetes de un paciente a menudo puede prevenir esta
afección, y existen tratamientos para etapas más avanzadas, los médicos dicen
que las evaluaciones regulares son cruciales para detectar los síntomas
temprano.
Las tres compañías con exámenes de la vista con IA
aprobados por la FDA para retinopatía diabética —Digital Diagnostics, con sede
en Coralville, Iowa; Eyenuk, de Woodland Hills, California; y la empresa de
software israelí AEYE Health— han vendido sistemas a cientos de consultorios en
todo el país.
Unas pocas docenas de compañías han realizado
investigaciones en este campo específico, y algunas han obtenido autorización
regulatoria en otros países, incluyendo gigantes tecnológicos como
Google.
Digital Diagnostics, antes Idx, recibió la aprobación
de la FDA para su sistema en 2018, después de décadas de investigación y un
ensayo clínico que involucró a 900 pacientes diagnosticados con diabetes. Fue
el primer sistema de IA totalmente autónomo en cualquier campo médico, lo que
hizo que su aprobación fuera “un momento histórico en la historia de la
medicina”, dijo Aaron Lee, especialista en retina y profesor asociado de la
Universidad de Washington.
Al sistema, utilizado por Tarzana Treatment Centers,
puede operarlo alguien con un diploma de escuela secundaria y unas horas de
entrenamiento, y solo lleva unos minutos generar un diagnóstico, sin dilatación
de los ojos la mayoría de las veces, dijo John Bertrand, CEO de Digital
Diagnostics. Se puede instalar en cualquier habitación poco iluminada, y los
pacientes apoyan su barbilla en un soporte, y miran fijo a la cámara mientras
un técnico toma imágenes de cada ojo.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA) recomienda
que las personas con diabetes tipo 2 se hagan exámenes de la vista cada uno o
dos años; sin embargo, solo alrededor del 60% de las personas con diabetes se
los realizan cada año, dijo Robert Gabbay, director científico y médico de la
ADA.
Las tasas pueden ser tan bajas como el
35% para los menores de 21 años con diabetes. En grandes áreas del país, la escasez
de optometristas y oftalmólogos puede dificultar la programación de citas,
por las que a veces hay que esperar meses. Además, las barreras de viajar a una
cita adicional para dilatar los ojos —lo que significa tomar tiempo libre del trabajo
o la escuela, y tener transporte— pueden ser particularmente difíciles para
pacientes de bajos ingresos, quienes también tienen un mayor riesgo de
diabetes tipo 2.
“El 90% de nuestros pacientes son trabajadores
manuales y de fábricas”, dijo Espinoza sobre sus clínicas del sur de
California, que atienden principalmente a poblaciones minoritarias. “Si no
trabajan, no comen”.
Un posible inconveniente de no tener un médico que
realice el examen es que el algoritmo solo busca retinopatía diabética, por lo
que podría pasar por alto otras enfermedades de cuidado, como el melanoma
coroideo, dijo Lee. También los algoritmos generalmente “pecan de precavidos” y
mandan demasiado a los pacientes a ver a especialistas.
Pero esta tecnología ha mostrado un gran beneficio: es
tres veces más probable que el paciente haga un seguimiento después de un
resultado positivo con el sistema de IA, según un estudio
reciente realizado por las universidades de Stanford y Duke.
Eso se debe a la “proximidad del mensaje”, dijo David
Myung, profesor asociado de Oftalmología en el Instituto de Ojos Byers en
Stanford. Cuando el resultado se entrega de inmediato, en lugar de en semanas o
incluso meses, es mucho más probable que el paciente tome acciones.
Myung lanzó el programa de
teleoftalmología automatizado de Stanford en 2020, enfocándose
originalmente en telemedicina y luego cambiando a IA en sus clínicas del área
de la Bahía.
Ese mismo año, el National Committee for Quality
Assurance amplió su estándar de detección de retinopatía diabética para incluir
los sistemas de IA. Myung dijo que llevó alrededor de un año filtrar los
sistemas de ciberseguridad y TI del sistema de salud de Stanford para integrar
la nueva tecnología.
También se aprendió a tomar fotos de calidad que la IA
pueda descifrar, dijo Myung. “Incluso alcanzando nuestro ritmo, siempre hay
algo que mejorar”, agregó.
La prueba de IA ha sido reforzada por un código de
reembolso de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), que puede
ser difícil y llevar mucho tiempo obtener para dispositivos innovadores. Pero
los proveedores de atención médica necesitan esa aprobación gubernamental para
obtener reembolsos.
En 2021, los CMS establecieron la tasa de pago
nacional para exámenes de retinopatía diabética con IA en $45,36: bastante por
debajo de la tasa promedio negociada de manera privada, que es de $127,81,
según un estudio reciente del New England Journal of Medicine sobre
IA.
Cada empresa tiene un modelo de negocio ligeramente
diferente, pero en general cobran a los proveedores tarifas de suscripción o
licencia por su software. Las compañías no quisieron compartir cuánto cobran
por el programa.
Las cámaras pueden costar hasta $20.000 y se
compran por separado o se alquilan como parte de la suscripción del software.
El mayor cumplimiento de las recomendaciones, junto
con las referencias a especialistas, hace que valga la pena, dijo Lindsie
Buchholz, líder de informática clínica de Nebraska Medicine, que a mediados de
diciembre comenzó a usar el sistema de Eyenuk. “De alguna manera, ayuda a que
la cámara se pague por sí sola”, dijo.
Hoy en día, el sistema de Digital Diagnostics se
encuentra en alrededor de 600 sitios en todo el país, según la compañía. AEYE
Health dijo que a su examen de la vista lo utilizan cientos de proveedores en
el país. Eyenuk se negó a compartir detalles sobre su alcance.
La tecnología continúa avanzando, con estudios
clínicos para cámaras adicionales —incluyendo un dispositivo portátil que puede
examinar a los pacientes fuera de las clínicas— y diagnosticar otras
enfermedades oculares, como el glaucoma.
Estas innovaciones ponen a la oftalmología, junto con
la radiología, la cardiología y la dermatología, como especialidades en las que
la innovación en IA está ocurriendo rápidamente.
“En un futuro cercano va a haber cámaras que se pueden
usar en la medicina de calle, y van a ayudar a mucha gente”, dijo Espinoza. HN
Que buena información ,la inteligencia artificial y sus beneficios para la salud es impresionante ,algunos le temen a esta inteligencia por el avance en lo laboral ,que supone va suplantar al hombre en muchas actividades ,algo que los países creo no tienen en cuenta ,en cuanto la medicina estoy sorprendida por todo lo que se viene haciendo .
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