miércoles, 9 de octubre de 2019

¿Quieres un matrimonio feliz y para siempre?

En el matrimonio pueden crearse trampas disfrazadas de silencio que apartan a la pareja y crean abismos en su comunicación. Tal es el caso de una televisión prendida permanentemente; la puerta de la habitación conyugal que nunca se cierra para los niños; una agenda repleta de actividades sociales y profesionales.
Pero además existen reglas de oro que siempre deben tenerse en cuenta si se trata de luchar por un matrimonio feliz y una relación sana con nuestro cónyuge. He aquí algunas:
1.- No dejarse vencer por la ira
Tener la fortaleza y dominio para controlar la ira que sentimos cuando estamos discutiendo.

2.- Nunca gritarse

Moderación, educación y respeto ante todo. El grito es una agresión, independiente de lo que se diga.

3.- Pedir disculpas y admitir los errores

Para muchos el pedir disculpas equivale a una humillación, pero es grande el que reconoce que es un ser humano con debilidades y defectos y que lucha cada día por superarse.

4.- Señalar las faltas con amor

Si resulta doloroso aceptar los propios defectos, más difícil es que nos los señalen. Es por eso que debemos ser delicados y compresivos para criticar o decir algo negativo al otro.

5.- No dar cabida al descuido o apatía

En el amor debe existir una sana exigencia. Tenemos que buscar lo mejor para la persona que amamos, aunque a veces sea necesario exigirle. Cuando no amamos, nos da igual si la persona se supera o no.

6- No dejar un problema sin resolver

Humildad para hablar, para aceptar la culpa que nos corresponde en cada desacuerdo. Olvidar los resentimientos y rencores, confiar en la pareja y prepararse para el perdón.

7.- Todos los días decirle algo cariñoso a su cónyuge

Cuidar los detalles, los mismos que a veces se pierden con los años. Si ellos faltan, el matrimonio comienza a vivir según las circunstancias y no por el amor.

8.- Orar juntos, involucrar a Dios en su relación

Participar de la celebración de la Santa Misa juntos y en familia, orar todos los días el uno por el otro, cultivar su vida sacramental (confesión y comunión frecuente), leer juntos la palabra de Dios.
Esperamos que estas sencillas reglas te ayuden a ser más feliz en tu matrimonio y a vivir plenamente tu unión con la persona que más amas.

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