lunes, 4 de abril de 2016

Siembra


Un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
-¿Señor, que se vende aquí?
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-¿Cuánto cuestan? volvió  a preguntar
-No cuestan nada ¡Aquí todo es gratis!
El hombre contempló el local y vio que había jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió: 
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los fardos de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquete que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo: 
-¿Pero, como puede estar aquí todo lo que pedí?
Sonriendo, el señor le respondió:
-En el local de Dios no vendemos frutos. Solo semillas. ¡SIEMBRALAS!

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