Capuchino, 08
de Junio
Martirologio Romano: En Cagliari, Cerdeña, Italia, beato Nicolás de Gésturi, religioso de
la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, el cual, siempre preparado para
atender a los pobres, con el ejemplo de su virtud y de su benignidad incitó a
muchos al amor hacia los más necesitados. († 1958)
Fecha de beatificación: 3 de octubre de 1999 por S.S.
Juan Pablo II.
Juan Medda, en religión «Fray Nicolás», nació en
Gésturi, provincia de Cagliari y archidiócesis de Oristano (Italia), el 5 de
agosto de 1882, en una familia de humilde condición social, muy honrada y
religiosa. Fue bautizado al día siguiente de nacer en la iglesia parroquial de
Santa Teresa de Ávila. El 2 de junio de 1886 recibió el sacramento de la
confirmación. Muy pronto quedó huérfano de padre y madre. Fue acogido en casa
de su hermana mayor, ya casada. Después de concluir los estudios primarios,
comenzó a trabajar en el campo. Recibió la primera comunión el 18 de diciembre
de 1896.
Desde muy joven sintió que tenía vocación
religiosa, pero la pobreza le impidió seguirla. La curación de una dolorosa
enfermedad reumática fue la ocasión para poder hacer realidad ese sueño. En
1911, a los 29 años, a impulsos del párroco de Gésturi, entró como terciario
oblato en el convento capuchino de San Antonio de Cagliari. El 30 de octubre de
1913 vistió el hábito y tomó el nombre de fray Nicolás. Terminado el año de
noviciado, emitió la primera profesión el 1 de noviembre de 1914, y el 16 de
febrero de 1919 hizo la profesión solemne. Sus diez primeros años de vida
religiosa los pasó en distintos conventos de Cerdeña, en los que desempeñó
principalmente el oficio de cocinero. En 1924 fue trasladado a Cagliari, donde
permaneció 34 años, cumpliendo el oficio de «limosnero». Muchísimos, al
encontrarse con él, le hacían confidencias, le pedían consejo y oraciones para
conseguir favores espirituales o materiales; nació así la costumbre de llamarlo
junto al lecho de los enfermos, tanto en casa como en los hospitales.
Sucedieron curaciones extraordinarias, que
mostraban la mano de Dios a través del pobre hermano. Se extendió rápidamente
su fama de santidad y su poder taumatúrgico. Su vida constituía para todos una
llamada a la conversión, a la oración, al amor y al servicio del Señor y de los
hermanos. Fray Nicolás se caracterizó por el silencio, la fidelidad
inquebrantable, la piedad, el celo por las almas y la caridad hacia los
necesitados que encontraba en su itinerario diario al pedir la limosna.
Supo afrontar todas las dificultades con admirable
paciencia y caridad, actuando con rectitud, valor y perseverancia. El eje
fundamental de su personalidad moral y espiritual era su profundo espíritu de
oración, que se manifestaba en su actitud contemplativa habitual, incluso en
medio de las ocupaciones diarias. En su comportamiento se reflejaba la
presencia de Dios y una constante unión con el Señor. Cada uno de sus actos y
palabras se transformaba en oración ardiente y continua.
Murió el 8 de junio de 1958, a los 76 años de edad,
tras varios días de enfermedad. Con ocasión de su muerte aumentó la fama de
santidad que por decenios lo había acompañado.
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