Suele decirse que entre las cuatro paredes de una
casa suelen ocurrir los accidentes más ‘tontos’, impredecibles y potencialmente
peligrosos.
Muchas veces la emergencia no da tiempo a acudir a
un servicio de salud, como es el caso de un atragantamiento, y otras, como
lo que ocurre con algunos tipos de golpes o quemaduras, que no merecen una
consulta médica. Sea por uno o por lo otro, estar preparados para responder a un accidente doméstico puede ser la
diferencia entre poder asistir a una persona o causarle un mal mayor.
Por definición, “el primer auxilio tiene que ver
con una acción concreta. Se trata de la toma de decisiones correctas en momentos
críticos, de ser específicos y puntuales en la resolución inmediata de un
problema serio”, apuntó a Infobae Santiago Camino,
coordinador de capacitación interna de Cruz Roja Argentina.
Y tras asegurar que en la atención de una emergencia
debe evaluarse la relación “costo beneficio”, esto es, “si algo tiene un gran
beneficio sobre un leve riesgo y conviene hacerlo”, el especialista destacó que
“los primeros auxilios se tratan de recomendaciones que todos puedan seguir”.
Camino enumeró los mitos más comunes que circulan
en torno a esa primera atención de una emergencia, que generalmente suele
ocurrir en el hogar.
– Para desinfectar lastimaduras, nada como el alcohol
Error: el alcohol no se recomienda en la limpieza de
lesiones de la piel, ya que no tiene una acción desinfectante específica. Si
bien se utiliza en tratamientos médicos, el alcohol no está recomendado para
los primeros auxilios.
La herida debe lavarse con agua y jabón neutro en lo posible (blanco de lavar la
ropa o de glicerina) con una esponja o cepillo de cerdas blandas.
Los antisépticos podrían usarse, pero no es que
deban utilizarse, ya que no se obtendrían mayores beneficios que sólo limpiando
con agua y jabón.
Si la herida es grande y sangra, se debe apretar -y
no dejar de apretar- con lo que se tenga a mano (remera limpia, toallita
femenina, gasas).
Finalmente, cubrir con una gasa o similar.
– El dentífrico alivia las quemaduras
Error: para la primera atención de las quemaduras no se
recomienda nada que no sea agua.
Se debe colocar la zona bajo la canilla y someterla a un flujo constante de agua
natural (no sumergir), entre 15 a 30 minutos, que es el tiempo que tarda
en bajar la temperatura de la quemadura.
Después de enfriar, cubrir con film de cocina o
venda y trasladar a un servicio de emergencia en caso de que se vea que es
profunda. En general, el criterio es ‘si te parece que es para ir al hospital,
es para ir al hospital’.
Las pomadas tienen acciones inhibidoras del dolor y
se procura que sean utilizadas únicamente por un profesional de la salud, según
el tipo de quemadura.
– Ante un atragantamiento, una palmada en la espalda puede trasladar el
cuerpo extraño hacia la vía aérea en lugar de expulsarlo.
Error: al contrario, es el método número uno, primero
porque es fácil de realizar, segundo porque es instintivo y tercero porque es
efectivo.
Si bien los golpes en la espalda combinados con
compresiones en el abdomen (lo que se conoce como Maniobra de Heimlich) aumentan
la eficacia de la técnica, los golpes ayudan a desatragantar a una persona. No hay evidencia que diga que un golpe en la
espalda atraganta más.
Si la persona no puede toser, no puede hablar (por
ende respirar) y se lleva las manos a la garganta (signo universal de
atragantamiento), lo primero que hay que hacer es tranquilizarla y realizarle
cinco golpes con el talón de la mano, entre los omóplatos. Y si eso no
funciona, cinco compresiones por encima del ombligo rodeando a la persona con
los brazos por atrás.
– Si una persona se golpea en la cabeza, no debe dormirse por dos horas
Correcto: evitar que, sobre todo los niños, se queden
dormidos tiene que ver con que se debe evaluar que no haya pérdida de
conciencia.
Lo más difícil en esos momentos es mantener la
calma. Pero hay que conocer señales ante las que no debe preocuparse, o sí.
Si el niño llora, pide por su mamá, señala que se
golpeó, etc., es positivo.
Lo recomendado en estos casos es colocar hielo por
no más de 10 minutos en la zona del golpe y no medicar con analgésicos salvo
recomendación profesional, dado que éstos pueden enmascarar algún síntoma de
alarma que convenga observar.
La consulta al médico o
el llamado al servicio de emergencia deben darse ante vómitos, adormecimiento,
o cualquier comportamiento anormal (y en este
punto nada mejor que cada madre, padre o cuidador para saber qué es anormal y
ante cualquier comportamiento fuera de lo normal se debe consultar).
– El barro es lo mejor para aliviar las picaduras de insectos
Error: el concepto de aplicar barro es aplicar frío. En
vez de barro, lo recomendable es hacer
compresas de agua para bajar la inflamación.
Se podría raspar con el borde de una tarjeta si es
de abeja para retirar el aguijón: eso ayuda a que el nivel de inflamación sea
menor y que la persona deje de recibir toxinas.
No debe intentar sacarse
el aguijón con pinza de depilar porque es
más difícil y hay más riesgo de lastimar.
Ante cualquier reacción (enrojecimiento,
inflamación local excesiva, inflamación de los labios o párpados, picazón
excesiva, aumento de la frecuencia respiratoria, agitación, etc.) se debe
llamar al médico o trasladarse a un centro hospitalario.
– Inclinar la cabeza hacia atrás ayuda a detener una hemorragia nasal
Error: llevar la
cabeza para atrás no detiene el sangrado; lo que hace es que la sangre, en vez
de salir, se la trague, lo que genera sensación de vómito y se empeora el
cuadro.
La recomendación es llevar la cabeza hacia adelante
y apretar las aletas nasales (la parte más blanda de la nariz) durante diez
minutos, ya que un gran porcentaje de los sangrados son por rotura de pequeñas
venas que están en esa zona. No es necesario poner un tapón.
Si el sangrado persiste
más allá de los diez minutos consultar al médico.
Camino señaló que en el país existe un gran temor a
las consecuencias legales de hacer algo por ayudar a una persona y hacerlo mal,
según surgió de un reciente relevamiento. “La ley argentina no pena hacer algo y hacerlo mal, pena no hacer y dejar
abandonado a alguien, es lo que se conoce como omisión de auxilio”.
El primer auxilio no se refiere únicamente a la
atención de heridas o lesiones de emergencias, sino también a la contención emocional
de quienes fueron víctimas directas o indirectas
“El primer auxilio es la ayuda que se proporciona a
una persona enferma o lesionada repentina hasta la llegada de la asistencia
médica profesional; no se refiere únicamente a la atención de heridas o
lesiones de emergencias, sino también a la contención emocional de quienes
fueron víctimas directas o indirectas”, especificó el referente de Cruz Roja
Argentina, para quien “llamar al 911 es
lo mínimo que se tiene que hacer, y acompañar hasta que llegue la ambulancia,
siempre y cuando no haya peligro potencial para la propia vida, por
ejemplo un choque en una autopista, lugar donde no conviene detenerse”.
En ese sentido, Camino aportó un ítem más del que
conviene estar informado y sobre el que también circula mucha desinformación: si alguien tiene una convulsión, hay que
agarrarle la lengua o ponerle algo en la boca para que no se atragante.
Error: la lengua no debe agarrarse nunca, primero porque es difícil, segundo
porque la persona puede morder y tercero porque no trae ningún beneficio.
Al contrario, conviene tenerle la boca lo más
despejada posible para que pueda respirar, ponerle algo bajo la cabeza (bolso,
abrigo) para que no se golpee y una vez que termina la convulsión, si es
posible, ponerlo de costado. Y dar aviso al servicio de emergencias. VCh
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