Obispo, 17
de Noviembre
Martirologio Romano: En Neocesarea, del Ponto, -en la actual
Turquía-, san Gregorio, obispo, que, siendo aun adolescente, abrazó la fe
cristiana, fue progresando en las ciencias divinas y humanas, y, ordenado
obispo, brilló por su doctrina, virtudes y trabajos apostólicos. († c.
270).
Se llama “taumaturgo” al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese
nombre porque según indica la tradición popular, desde tiempos de Moisés, no se
había visto a un hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo San
Gregorio.
Cuando era
joven tuvo que viajar a Cesarea, en Palestina, a acompañar a una hermana;
estando allá, conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes quien
había puesto una escuela de teología en esa ciudad.
Al estallar la
persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se
escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por
temor a los tormentos. Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la
frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: “¿Cuántos
infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?” Le
respondieron: “Quedan diecisiete”, y él exclamó gozoso: “Gracias Señor: ese era
el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar
aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17
paganos”.
Las gentes lo
invocaban después cuando hubo inundaciones y terremotos, y es que San Gregorio
con sus oraciones y sacrificios logró detener terribles inundaciones que
amenazaban acabar con todos los cultivos y casas de la ciudad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario