Vivir con un perro o gato es bueno para nuestra
salud cardiovascular, en todos los sentidos. No hay nada mejor que un animal
para alegrar la vida de todos. Los animales juegan un papel vital en la vida
cotidiana de los humanos. Te lo resumimos de la siguiente manera:
Niños sanos con un perro al lado
Una investigación realizada en Suecia reveló que
crecer con un perro o un gato es muy beneficioso para la salud de los más
pequeños. Así, los bebés que están en contacto diario con un animal tienen un
33% menos de probabilidades de desarrollar alergias, un 30% menos de
probabilidades de sufrir infecciones respiratorias y un 15% menos de
probabilidades de sufrir asma. Hay que saber que si el niño ya padece algún
tipo de alergia, la adopción de un animal no es una solución.
Un perro es bueno para el corazón
Los perros proporcionan una forma alternativa de
apoyo social y aumento de la actividad física, hecho que reduce el riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares en un 11% y el riesgo de padecer muerte
prematura en un 33%.
Tener un animal y especialmente un perro nos hace
más activos y, como resultado, nuestra salud mejora. Los propietarios hacen más
ejercicio: pasean a su perro, juegan con él y algunos incluso participan en
las, cada vez más populares en España, canicross.
Conviene saber que las enfermedades
cardiovasculares son, hoy, la principal causa de fallecimiento en todo el
mundo: cada año mueren más personas por alguna patología relacionada con la
salud cardiovascular que por cualquier otra causa.
En España, la enfermedad cardiovascular también es
la primera causa de muerte, por delante incluso del cáncer y las enfermedades
respiratorias, según datos de la Fundación
Española del Corazón y la World Heart
Federation.
Mejora la salud de las personas mayores
¡La compañía de un perro es rejuvenecedora! Los
dueños de perros caminan un promedio de 30 minutos más a la semana que los que
no tienen perro. Dicha actividad es suficiente para cumplir con las recomendaciones
de la OMS para obtener importantes
beneficios. Y es que, los propietarios de un can, mayores de 65 años han
demostrado que son, un 12% más activos que los que no poseen un can.
Hacer amigos es más fácil
Tener un perro pero también un gato, en menor
medida, promueve y crea lazos sociales. El 80% de los propietarios conocen a
las personas de su vecindario gracias o a través de su mascota. Y es que, no es
ningún secreto que paseando a tu perro puedes conocer a los vecinos, sobre todo
si estos también tienen uno.
Durante las caminatas, ¡no menos del 37% de los
propietarios han tenido un encuentro romántico gracias a su perro! Pero los
dueños de gatos también, el 20% de ellos tuvieron ‘un acercamiento especial’
gracias a su gato. El gato, en menor medida, también facilita las conexiones
sociales. Pongamos por ejemplo el típico caso en el que un vecino alimenta el
minino de otro vecino que se ha ido de fin de semana.
Nos ayudan a aliviar la ansiedad y el estrés
El 68% de las personas mayores se sienten mejor,
mental y físicamente gracias a su animal de compañía. La presencia del animal
como mediador social en residencias de ancianos es cada vez más frecuente. La
terapia con mascotas, cada vez más desarrollada en países como Francia, ayuda a
reducir considerablemente los trastornos mentales, físicos o sociales al
reducir el estrés y brindar afecto a las personas que se sienten solas.
Fuente inagotable de cariño
Cuando acarician a sus animales, los humanos
producen oxitocina, lo que les permite estar más relajados y tener una mayor
sensación de bienestar. Un estudio realizado en Francia asegura que el 40% de
los propietarios encuestados tienen un animal porque se sienten menos
estresados.
Nos aumenta la autoestima
Nos hace sentir acompañados y queridos. Su efecto
en nuestra salud mental es obvio: nos dan afecto y nos brindan consuelo. Con
todo el cariño y los beneficios que nos procuran, no es de extrañar que el 62%
de los propietarios aseguren haber decidido tener un animal porque los hace más
felices. YTL
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