La
pandemia por COVID-19 está afectando seriamente los sistemas de salud y
causando ‘daños colaterales’ en la salud de pacientes con cáncer pediátrico. Si
bien los niños parecen ser afectados con menor severidad por el COVID-19, los
niños con cáncer y aquellos que recibieron un trasplante de médula tienen mayor
riesgo de padecer una evolución más severa y potencialmente fatal.
En
ese sentido, es posible que el efecto negativo que está teniendo la pandemia en
los sistemas de salud, en especial en países en desarrollo, pueda tener un
impacto aún mayor en la sobrevida de los niños y adolescentes con cáncer.
En
un reciente estudio realizado por la Sociedad Latino Americana de Oncología
Pediátrica (SLAOP.org) y publicado en la prestigiosa revista especializada The Lancet Oncology que evalúa
todos los países de la región que cuentan con programa de cáncer infantil, se
demuestra que aún en la fase inicial de la pandemia el impacto en la atención
de los niños con cáncer es muy alto, implicando reprogramación de cirugías,
demora en la aplicación de la quimioterapia, falta de hemoderivados necesarios
para transfusiones, faltantes de drogas quimioterápicas, reprogramación de
tratamientos radiantes, etc.
Además,
el estudio da cuenta que el staff médico y de enfermería, dedicado a la
atención de estos pacientes está sufriendo un daño por la relocalización hacia
otras áreas y el ausentismo causado por la enfermedad o los contactos. El
estudio incluso detectó centros que han tenido que cerrar su atención a
pacientes pediátricos con cáncer, en especial cuando eran programas pequeños
insertados en hospitales de cáncer de adultos.
El
cierre del transporte dentro de los países ha causado también que los pacientes
que se enferman de cáncer infantil en una zona remota que normalmente son
derivados a centros distantes de mayor complejidad no puedan hacerlo o lo hagan
tardíamente con el riesgo de sufrir mayores complicaciones o poner en riesgo su
supervivencia.
Las
restricciones a la movilidad afectaron también el envío de muestras biológicas
hacia laboratorios de referencia que muchas veces están situados en las
capitales de las ciudades y ponen en situación desfavorecida a los que viven en
zonas más distantes. El estudio demostró también que estos efectos son mayores
en países con menor gasto en salud y en aquellos con una prevalencia de la
infección por COVID-19 proporcionalmente más alta.
En
algunos países de la región, gran parte de los fondos que se obtienen para el
tratamiento de pacientes proviene de donaciones voluntarias que por la crisis
generada han disminuido sustancialmente recortando aún más los exiguos
presupuestos para el cáncer infantil en la región. Las restricciones
mencionadas han aumentado los requerimientos de herramientas informáticas para
la comunicación entre el equipo de salud y también hacia los pacientes, aunque
en un alto porcentaje en la región, los hospitales no cuentan con las
herramientas adecuadas y seguras.
Incluso
en países de Europa se han visto casos presentándose con enfermedad avanzada ya
que las familias optaban por no llevar al niño/a a control. La comunidad
oncológica pediátrica internacional se ha organizado para ayudar a mitigar
todos estos riesgos y ha puesto a disposición herramientas informáticas de uso
gratuito para el equipo de salud, así como asesoramiento para el manejo de
casos y de la protección del personal creando un observatorio de la infección
COVID-19 en el cáncer pediátrico.
El
Hospital Garrahan continúa brindando atención a los pacientes con cáncer
pediátrico de todo el país y cuenta con herramientas de telemedicina que
permiten una conexión con los centros más lejanos para su apoyo. El Instituto
Nacional del Cáncer ha publicado una guía de manejo de COVID-19 en el cáncer
infantil y apoya las acciones de los distintos centros del país.
Los
oncólogos pediatras nos sentimos preocupados por el efecto que esta pandemia
pueda tener en nuestros pacientes y nos ponemos a disposición para facilitar el
diagnóstico de casos nuevos sin demora y el tratamiento de los niños sin
afectar su pronóstico, brindando en el marco de un cuidado interdisciplinario
la adecuada contención y apoyo a las familias. Dr. GCh
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