La vitamina D es un nutriente que se necesita
para mantener una buena salud. Ayuda al cuerpo a absorber calcio, uno de
los principales actores de la formación de huesos fuertes, la mejor manera de
prevenir la osteoporosis. Es el motor de la movilidad muscular y hasta los
nervios la necesitan ya que funciona como mensajero entre el cerebro y el
cuerpo. Y ayuda al sistema inmune a combatir virus y bacterias.
Pero, en los últimos años, investigaciones han
revelado nuevos aportes de la vitamina D, que la vuelven aun más
necesaria.
Una de las más novedosas es que la suplementación con
vitamina D puede reducir las emociones negativas, y que su deficiencia
puede aumentar el riesgo de depresión.
Otro trabajo comprobó que las personas con obesidad
extrema que tomaban suplementos de vitamina D, además de realizar una
dieta, perdían más peso que los que solo seguían la
dieta.
En ambos casos, son vínculos que necesitan de más
investigaciones, no solo las observacionales, para definir una causalidad.
Un estudio que analizó la deficiencia de vitamina D a
nivel mundial observó que se trata de un problema de salud pública serio,
especialmente en zonas frías, en países de bajos ingresos, y en mujeres en
general.
La prevalencia de la deficiencia de vitamina D en
Sudamérica es muy alta. En los Estados Unidos, el 42%
de los adultos tiene deficiencia de vitamina D. A nivel mundial, mil
millones de personas tienen déficit de vitamina D.
La vitamina D es un nutriente que se encuentra en
alimentos, suplementos, y en los rayos ultravioletas del sol. Junto con su
primo hermano el calcio ayuda a que los huesos crezcan y se mantengan fuertes.
El aceite de merluza, el pez espada, el
atún y los lácteos fortificados son de los alimentos que más
contienen vitamina D. También se obtiene en forma de suplementos.
La deficiencia de vitamina D —es decir que
no haya suficiente de este nutriente en el organismo— puede causar
debilitamiento de los huesos y osteoporosis. También puede quitarle
fortaleza al sistema inmune, abriendo la puerta a muchas enfermedades y
condiciones crónicas.
Si vives al norte de una línea imaginaria que una, San
Francisco con Philadelphia, o no estás al sol al menos 15 minutos por día, es
probable que tengas el nivel de vitamina D por debajo de lo normal. A
la inversa, las personas que viven en zonas cálidas, suelen tener más tiempo en
el año para absorber vitamina D de manera natural.
El cuerpo produce vitamina D cuando la piel está
expuesta al sol. La mayoría de las personas obtienen al menos algo de vitamina
D de esta manera. Sin embargo, las nubes, el smog, ser mayor, y tener la piel
oscura reducen la cantidad de vitamina D que produce la piel. Además, contra lo que se cree, la piel no produce vitamina D a
partir de la luz solar que entra por una ventana.
Aunque sea la forma natural de obtener vitamina D, los
expertos recomiendan limitar el tiempo al sol, o usar protector solar, por el
riesgo de cáncer. HD
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