Llegó una de las estaciones más
agradables del año: el frío se diluye poco a poco para disfrutar de días cada
vez más cálidos y largos. El humor de la gente cambia. Pero no todo el mundo
tiene la misma concepción de la primavera, ya que más de la mitad de la
población mundial se ve afectada por alergias y enfermedades que alteran el
cuerpo en su totalidad.
Los cambios estacionales
-principalmente invierno o primavera- son un claro peligro para la salud. ‘El
sistema inmune formado por células, tejidos y órganos trabaja para protegernos
frente a los patógenos o sustancias perjudiciales para nuestra salud. Cuando
una infección nos ataca nuestras defensas se ponen en marcha para poder
identificar el peligro y eliminar a los causantes de una posible enfermedad’.
El médico e investigador Ernesto Crescenti aseguró que “la astenia primaveral
es una de las afecciones más frecuentes, produce gran cansancio y fatiga en
quienes la sufren”.
El director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto
Crescenti destacó que “se trata de un trastorno temporal, común en poblaciones
de entre 20 y 50 años, que afecta especialmente a las mujeres”.
“Los principales
síntomas son agotamiento físico y mental a través de la desmotivación o la
ansiedad excesivas -puntualizó-. En ocasiones está relacionada con otras
dolencias como infecciones, anemia, celiaquía, trastornos del sueño o déficit
de vitaminas”.
Si la persona se nota débil
durante la primavera debe acudir a una consulta médica para realizarse en
primer lugar un análisis de sangre, de no observarse una baja o alteración en
los valores se recomienda seguir una serie de pautas que reforzarán el sistema
inmunológico y nos permitirán atravesar la primavera con la salud intacta.
En ese sentido, el Dr. Crescenti
dio una serie de consejos para preparar el cuerpo para la primavera:
Hacer actividad física: una de las mejores opciones para subir las defensas y además aumentar
la vitalidad del cuerpo es hacer ejercicio físico. El buen ambiente que se
respira en el exterior puede ser un estímulo para practicar algún tipo de
deporte al aire libre. Lo recomendable sería al menos tres veces por semana
durante 30 o 60 minutos. Sin duda, esto aumentará la energía y fortalecerá la
salud.
Mantener una alimentación balanceada: la alimentación es otro punto básico para tener en
cuenta en la preparación frente a la nueva estación. Se trata de un aspecto muy
importante a la hora de aumentar nuestras defensas o también debilitarlas, la
falta de nutrientes como vitaminas o minerales puede ocasionar que las defensas
caigan frente a ataques a nuestro organismo.
Asegurarse un buen descanso: tampoco hay que olvidarse de una actividad fundamental para
nuestro organismo, el sueño. Dormir repara los daños celulares sufridos durante
el día, por lo que el descanso nocturno ayudará a nuestro sistema inmune a
recuperarse y aumentar sus fuerzas. Lo recomendable es seguir pautas correctas
de sueño, evitar trasnochar en exceso y llevar un ritmo de sueño de entre seis
y ocho horas diarias.
Evitar tabaco, alcohol, cafeína y azúcares: son debilitantes del sistema inmune, ya que se trata
de sustancias inmunosupresoras que pueden comprometer nuestro bienestar sin
motivo.
Tener cuidado con el estrés: la ansiedad no es amiga del sistema inmune, por lo que
debemos intentar mantener la calma, relativizar y no darle importancia a
cualquier problema. En caso de que haya una situación que ponga en juego el
bienestar mental se deberá pedir ayuda a un profesional.
Tomar agua: tener siempre a mano una botella de agua para estar
hidratados, así se ayudará al cuerpo a eliminar las toxinas más rápido. BP
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