Uno de los
principales campos de trabajo de la bioética (no el único) es el de la
medicina. Al hablar de
medicina a algunos nos viene a la mente diversas imágenes: el médico de familia
(donde todavía exista), el cirujano, el dentista, el pediatra, el farmacéutico.
Recordamos a aquel doctor que nos libró de la bronquitis, o al que nos operó de
un cáncer de piel, o al que nos aconsejó una alimentación más equilibrada.
Todos, más o
menos, tenemos nuestra pequeña historia médica, y agradecemos a tantos alumnos
de Hipócrates (o de las modernas escuelas) sus atenciones y sus aciertos.
También, alguna vez, les perdonamos sus errores, si fueron sin culpa y con la
mejor voluntad del mundo...
Al hacer este
recuerdo agradecido podemos caer en un error: creer que el protagonista de la
medicina es el médico. La verdad es un poco más complicada, pues el médico es
sólo un “servidor”, una persona que pone toda su ciencia y su buena voluntad
(esperamos) para que el enfermo se cure o, al menos, esté muy bien atendido.
En otras
palabras, el verdadero protagonista de la medicina es el enfermo con su
enfermedad. Esto no significa que el médico sea una especie de esclavo que hace
todo lo que pida su paciente, sobre todo cuando éste exige algo injusto o
contra las reglas de la ética. El protagonismo y la libertad del paciente
terminan allí donde también el médico tiene que respetar unas reglas éticas que
valen para todo ser humano.
La medicina es
un actuar de un hombre libre sobre otro hombre libre. Por lo mismo, necesita
una ética propia, se desarrolla según principios de comportamiento. Esta ética
es recogida, normalmente, en documentos que reciben el nombre de “códigos
deontológicos” (o códigos éticos).
Existen
códigos de deontología médica que sirven para un país, y otros que tienen un
valor internacional. Podemos ver, por ejemplo, algunas partes de un código
reciente:
* La Medicina
es una profesión al servicio del ser humano y de la salud pública, debiendo ser
ejercida en el respeto de la vida y de la persona, sin discriminación de
ninguna naturaleza.
* El médico
debe prestar su concurso a la acción llevada a cabo por las autoridades
competentes en vista de proteger la salud y el medio ambiente.
* El médico
debe ejercer la Medicina con diligencia, honra y dignidad.
* El médico,
al encontrarse en presencia de un enfermo o de un herido en peligro, debe
prestarle su asistencia asegurándose que reciba los cuidados de que disponga en
el lugar y en el momento.
* El médico
debe tratar con la misma conciencia a todos sus enfermos, cualesquiera que sea
su condición, su nacionalidad, su credo religioso, su reputación o cualquier
sentimiento que le inspire.
Desde luego,
el hecho de que exista un ‘Código deontológico’ no garantiza automáticamente
que el médico actúe siempre bien. FP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario