Hay muchas tradiciones respecto a este tema, pues
una tradición que en sus inicios fue eminentemente cristiana (fue san Francisco de Asís quien puso el
primer pesebre viviente, en la Navidad de 1223), se ha ido
comercializando. De esto tenemos que muchos empiezan a decorar para la Navidad
incluso desde septiembre. Hoy me quiero concentrar en el árbol de Navidad: ¿Cuándo
se debe colocar? ¿Cuándo se debe quitar?
Primero, debemos notar que se llama “árbol de Navidad”, no “árbol de Adviento”, es decir que
lo propio sería que éste se coloque durante dicho tiempo litúrgico (que
estrictamente hablando comienza en las primeras vísperas de Navidad -24 de diciembre
en la tarde- y termina con la Fiesta del Bautismo del Señor, el domingo
posterior al 06 de enero).
Ahora bien, hay que aclarar que precisamente el
Tiempo de Adviento (que inicia 4 semanas antes de Navidad) es una preparación
para esa magna celebración. Por lo que, como sacerdote, y siguiendo la
tradición cristiana, veo muy apropiado
que se coloque el árbol de Navidad desde el primer domingo de Adviento,
y así poco a poco irnos preparando hacia el nacimiento de Jesús. Esto en el
caso que dicho árbol sea artificial, porque de ser natural, lo más probable es
que no permanecería verde todo el tiempo debido.
Algunos sugieren, cosa que me parece muy adecuada
-sobre todo si es un árbol natural-, que se coloque una semana antes de
Navidad. De hecho, el Adviento se divide en dos grandes partes: las primeras
dos semanas se enfocan en los profetas que anuncian la llegada del Mesías,
mientras que del 17 de diciembre en adelante se concentra más en los personajes
cercanos al nacimiento de Jesús. Por lo que una buena opción también puede ser
colocarlo del 17 de diciembre en adelante.
Respecto a la fecha en la que se debe quitar el
árbol de Navidad, no hay mucho que discutir, pues es claro que cuando termina el tiempo de Navidad, es el
momento para quitarlo. La Navidad -como ya esbozamos arriba- comienza el
24 de diciembre en la tarde (primeras vísperas) y concluye el domingo siguiente
al 06 de enero, esto es el domingo posterior a la Epifanía (dicho domingo se
celebra la Fiesta del Bautismo del Señor). El lunes que sigue al domingo en el
que se ha celebrado dicha Fiesta, se continúa con el Tiempo Ordinario, por lo
que ya no tiene sentido tener elementos de Navidad, entre ellos, el árbol, pues
cada Tiempo Litúrgico tiene sus propios elementos, colores, etc.
Debemos resaltar que esta fiesta es eminentemente
cristiana, pues recordamos el acontecimiento en el cual Dios se hizo carne (lo
que conocemos como Encarnación y/o Navidad), por lo que animo con ahínco a que no nos la dejemos robar, no permitamos que se
comercialice, que se paganice. Es la fiesta del cumpleaños de Jesús, por
lo que no tendría sentido celebrar un cumpleaños si olvidamos al cumpleañero.
El centro debe ser Cristo, en la humildad de un niño.
Un detalle que también debemos recalcar es que el
árbol de Navidad es sólo uno de los elementos de todo el pesebre, éste no
tendría sentido si no se coloca el nacimiento (María, José, el niño Dios, los
reyes Magos, la estrella, los pastores, la mula y el buey, etc.), todo debe
estar centrado en el evento central: el Nacimiento de Jesús; todos los
elementos apuntan a ello.
En síntesis, es correcto colocar el árbol de
Navidad a partir del primer Domingo de Adviento (4 semanas antes del 24 de
diciembre), pero no tendría mucho sentido colocarlo antes de esa fecha. Y se
quita el domingo posterior al 06 de enero.
Vivamos bien esta Navidad, preparémonos para ella.
Y que el color verde del árbol nos recuerde la esperanza, nos recuerde que nos
estamos preparando para la Venida de Jesús. Celebremos la Navidad, pero no la
celebremos sin Jesús. SB
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