El colesterol es ampliamente conocido como uno de los
enemigos de la salud cardiovascular. A pesar de su popularidad, existen muchas
creencias erróneas a su alrededor. Esto puede llevar a que no se lo controle o
trate como corresponde, aumentando así el riesgo de diferentes afecciones
cardiovasculares. Conoce aquí los mitos más comunes sobre el colesterol y las
respuestas de los expertos.
Mito
1: Todo el colesterol es malo
Esta es una creencia muy extendida pero no por ello
cierta. El colesterol es una sustancia que se parece a la grasa, se encuentra
en todas las células del cuerpo y lo necesitamos para producir vitamina D,
hormonas y compuestos que facilitan la digestión.
Aunque el organismo puede generarlo por su cuenta,
también lo obtiene de diferentes alimentos, principalmente de origen animal,
como quesos o carnes.
La sangre transporta el colesterol a las células a
través de partículas llamadas lipoproteínas. Dos de las más importantes son la
de baja densidad (LDL) también conocidas como colesterol ‘malo’ (transporta el
colesterol desde el hígado hasta las células, donde se utiliza en varios
procesos), y las de alta densidad (HDL) o colesterol ‘bueno’ (transporta el
colesterol de regreso al hígado para luego ser eliminado).
Mito
2: No se puede hacer nada para reducir los niveles de colesterol
Afortunadamente, la hipercolesterolemia, es decir, los
niveles elevados de colesterol en sangre, se puede prevenir adoptando un estilo
de vida saludable. Esto incluye mantener un peso sano, incluir frutas,
vegetales, cereales y legumbres en la dieta, hacer ejercicio regularmente, no
fumar, evitar o limitar el consumo de alcohol y, si es necesario, tomar los
medicamentos que receten los profesionales de la salud.
Mito
3: Solo se debe controlar el colesterol a partir de los 40 años
Las autoridades sanitarias coinciden en que se deben
analizar los niveles de colesterol una vez entre los 9 y 11 años, nuevamente
entre los 17 y 21 años, y luego cada cuatro o seis años. Estos lapsos pueden
ser más cortos en el caso de niños, jóvenes o adultos que presenten factores de
riesgo o historial familiar de enfermedad cardíaca temprana.
Mito
4: Solo los hombres deben preocuparse por los niveles de colesterol
Si bien la ateroesclerosis (acumulación de grasas,
colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias) suele afectar más
a los hombres que a las mujeres, la enfermedad cardiovascular sigue siendo la
principal causa de muerte en las mujeres. Según explican los profesionales de
la salud, las mujeres, después de perder los efectos protectores de los
estrógenos, comienzan a acelerar su riesgo de enfermedad cardiaca y desarrollan
el mismo riesgo que los hombres. Debido a que las mujeres desarrollan
enfermedades cardíacas a una edad más avanzada y viven más, se registran más
ataques cardíacos anualmente en las poblaciones femeninas que en las
masculinas.
Mito
5: Los niños no necesitan preocuparse por el colesterol
Aunque es más común que los niveles elevados de colesterol
se vean en los adultos, los niños también pueden padecerlos. Incluso existe una
afección llamada hipercolesterolemia familiar, en la que los niños pueden
heredar altos niveles de colesterol de su madre, padre o ambos. Estos niños
tienen un riesgo elevado de sufrir ataques al corazón o derrames cerebrales a
edad temprana.
Mito
6: No debo preocuparme por el colesterol si tengo un peso saludable
Las personas con cualquier tipo de cuerpo pueden tener
niveles elevados de colesterol. Aunque tener sobrepeso u obesidad aumenta las
probabilidades de hipercolesterolemia, ser delgado no es garantía de
protección. Esto se debe a que los niveles de colesterol también se ven
afectados por otros factores, como genética, alimentación, estilo de vida,
nivel de actividad física, función tiroidea y uso de medicamentos.
Mito
7: Si tengo colesterol alto presentaría síntomas
En la mayoría de los casos el colesterol alto no
causa síntomas, excepto en etapas tardías, cuando la acumulación en las
arterias es excesiva y provoca obstrucción del corazón y los vasos sanguíneos. Por
ello, la mejor manera de conocerlos es mediante análisis de sangre frecuentes.
Como señalamos, estos pueden ser menos constantes cuando la persona es joven,
pero a medida que envejecemos se deben volver parte de nuestros chequeos de
rutina.
Mito
8: Solo comer grasas aumenta los niveles de colesterol
Aunque las grasas saturadas y trans son las
principales apuntadas por los aumentos de los niveles de colesterol, no son las
únicas responsables. Las personas que tienen dietas ricas en azúcares
o carbohidratos simples también pueden experimentar
hipercolesterolemia.
Mito
9: Si tomo medicamentos, como estatinas, no es necesario hacer ejercicio o
mantener una dieta saludable
Si bien es importante tomar los medicamentos cuando
los recomienda un médico, esto no significa que se puede descuidar otros
aspectos del estilo de vida. Por ejemplo, tomar estatinas ayuda a reducir los
niveles de colesterol ‘malo’ en sangre, pero no ayuda a controlar o perder
peso. Si no se mantiene una dieta saludable, rica en vegetales, frutas,
cereales y legumbres, y a su vez se lo complementa con un estilo de vida
sedentario, aumentará el riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad, y con ello las
probabilidades de padecer otras afecciones.
Mito
10: Todos tenemos los mismos objetivos de colesterol
Para conocer y determinar si los niveles de colesterol
o triglicéridos en sangre son saludables o no, se determinaron ciertos valores
que se miden en miligramos (mg) por decilitro (dl) de sangre. Sin embargo, no
significa que todos debemos tener como objetivo encontrarnos dentro de esos
valores.
Por ejemplo, en las personas que no tienen ningún
problema cardiovascular, el colesterol ‘malo’ debe ser inferior a los 100
mg/dl. Sin embargo, quienes tienen diabetes o una enfermedad cardíaca o
vascular, el colesterol ‘malo’ debe ser inferior a los 70 mg/dl. HD
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