De
los buenos sentimientos que han brotado, a partir de la contemplación del Niño
Jesús, pasemos ahora a los compromisos para mantenernos en lo que Dios nos ha
señalado.
Si
Dios nos ha hecho ver lo esencial, no nos quedemos en cosas accesorias; si Dios
nos ha hecho ver las urgencias, no pospongamos los aspectos más apremiantes de
nuestra vida; si Dios ha iluminado nuestra vida, no regresemos a la oscuridad;
si Dios nos ha sorprendido, no perdamos la capacidad de asombro dejándonos
atrapar por la indiferencia.
Decía
el Cardenal Gianfranco Ravassi que: “Mirar el mundo con asombro es un acto que
nosotros, consumidores de tecnología, ya no experimentamos. ¿Somos todavía
capaces de «ver un mundo en un grano de arena, un cielo en una flor silvestre,
el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora», como cantaba
William Blake?”.
La
Navidad ha despertado nuestra capacidad de asombro. Benedicto XVI insistía que
la fe nunca pierda esa capacidad de fascinación que ha tenido a lo largo de los
siglos. Refiriéndose a la visión y a la emoción que transmite la fe,
Dostoievski hace decir a uno de sus personajes: “¡Qué cosa más bella es la
ciencia! (…) Sin embargo, echo de menos a Dios”.
Por
su parte, Mons. Tonino Bello se explaya en este aspecto diciendo: “El secreto
del asombro, del enamoramiento de las cosas es este: la edad más bella de la
vida es la edad que tienes... Estoy convencido que si escuchamos al Señor, si
nos fiamos de Él, si confiamos en Él, Dios es capaz de darnos la frescura de
los veinte años incluso a los ochenta”.
Por
lo tanto, en nuestra lista de propósitos no nos quedemos únicamente con
cuestiones estéticas y monetarias, no solo cuidemos el cuerpo y la salud, sino
también la fe y la vida espiritual a fin de que nunca perdamos la capacidad de
asombro y nos dejemos sorprender por el Señor que siempre irrumpe en la noche
más cerrada, en los momentos más críticos de la vida.
Por
eso, al estilo de las campanadas cuando termina la nochevieja, quisiera sugerir
doce reflexiones que nos ayuden a completar la lista de propósitos para este
nuevo año y nos hagan intuir lo más esencial que debe prevalecer
Que,
como los pastores, vayamos a nuestras ocupaciones habituales alabando y
glorificando a Dios, y, como los Reyes Magos, regresemos por otro camino, por
el camino que nos ha señalado la estrella para que cuidemos el don de la fe y
nunca perdamos la capacidad de asombro de los misterios de Dios.
1.
Estos días de Navidad hemos regresado a las raíces y en las raíces hay
seguridad, hay futuro, hay esperanza. No olvides que Dios nos espera siempre
donde están las raíces.
2.
Estos días probamos buenos sentimientos y queremos ser mejores. No hay que
echar estos buenos deseos por el caño de las supersticiones, sino por el camino
de la fe.
3.
Todos tenemos problemas y necesidades. Pero que tus carencias y necesidades no
eclipsen tu mirada para agradecer lo que sí funciona, lo que ha llegado a tu
vida incluso sin haberlo pedido y trabajado.
4.
Hay muchas señales, como la estrella, que Dios dispensa para que regresemos a
Él y veamos su gloria. Ahí están los Reyes Magos que conociendo tantas
estrellas se maravillaron por una que no esperaban y que era más brillante y
apasionante que todos sus conocimientos.
5.
No te quejes ni te extrañes que ahora que sigues a Dios te pasen cosas o
enfrentes dificultades. ¡Qué esperabas! El mundo no te está esperando para
aplaudirte, promoverte y motivarte en tu vida cristiana.
6.
No pierdas tu esencia y haz siempre el bien. No esperes que tus papás se
conviertan para seguir a Dios; no esperes que tus hijos sean buenos para venir
a darle gracias a Dios; no esperes que el mundo se lo merezca para que se asome
tu alma más noble; no esperes que el otro tome la iniciativa para comenzar a
amarlo; no esperes que el prójimo cambie para comenzar a hacerle el bien; no
esperes que la Iglesia sea perfecta para comenzar a amarla.
7.
Si algún día aumenta la ansiedad porque no llega la felicidad, consideren que
Dios los llama a las raíces. Y si la ansiedad nos hace temer mucho el futuro,
como es el caso presente ante el panorama político que agudiza la crisis,
recuerden que Dios ya está ahí en el futuro esperándonos.
8.
No esperen que este retorno a Dios sea fácil. El enemigo nos intenta separar de
Dios y vendernos otros conceptos de felicidad. Pero, “La felicidad suprema en
la vida es tener la convicción de que nos aman por lo que somos, o mejor dicho,
a pesar de lo que somos” (Víctor Hugo).
9.
Haz tu lista de propósitos para el nuevo año. Pero en tu tiempo de oración
déjale a Dios que te haga la lista, que te susurre lo que conviene hacer.
Déjate iluminar, pregúntale qué quiere de ti y qué puedes hacer tú por Él.
10.
Tenemos que ser congruentes al pedir el don de la paz porque quien pide la paz
ardientemente, se hace más capaz para acogerla en su corazón. Más aún, quien
ora así a Dios está haciendo ya la paz en su interior. No podrá “orar contra
nadie”, sino contra su propio pecado, su ceguera, su egoísmo e intolerancia,
sus reacciones de odio y venganza
11.
Cuando se termina el canto de los ángeles, cuando se apaga la estrella del
firmamento, cuando los reyes vuelven a sus palacios, cuando los pastores se
reúnen con sus rebaños, entonces empieza la tarea de Navidad: encontrar al
perdido, curar al decaído, alimentar al hambriento, liberar al prisionero,
reconstruir las naciones, llevar la paz a los hermanos, hacer música con el
corazón.
12.
En estos momentos especiales y sintiendo el gozo que ha traído el Niño Jesús a
nuestros corazones, hay que esforzarse por estar en paz y desear la dicha a
nuestros semejantes. Pero no dejemos las cosas a la suerte. Al desear lo mejor
hagamos lo que nos corresponde. Yo, por lo menos, quisiera felicitarlos así: No
sólo te deseo que seas feliz en este año, sino que haré todo lo que pueda para
que lo seas de verdad. Te comprenderé, te apoyaré, multiplicaré mis gestos de
ayuda. Me esforzaré para que nuestra convivencia sea más feliz.
En
fin, me apropio las palabras de San Charles de Foucauld: “Que Jesús te guarde,
querido hermano. Que te dé un Santo año, Santa vida y el cielo”. JJSJ
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