Corazones
‘desmilitarizados’ y lenguaje ‘desarmado’
En
el texto, una reflexión sobre el papel fundamental de la comunicación en el contexto
de guerra actual.
¡Cuántos
conflictos hoy en día, en lugar de ser extinguidos por el diálogo, son
alimentados por noticias falsas o declaraciones incendiarias en los medios de
comunicación! Por eso es tanto más importante que ustedes, fuertes en sus
raíces cristianas y en la fe vivida cotidianamente, ‘desmilitarizados’ en el
corazón por el Evangelio, apoyen el desarme del lenguaje.
Francisco
ofrece indicaciones prácticas para esta misión: “Fomentar tonos de paz y
comprensión, construir puentes, estar disponibles para escuchar, ejercer una
comunicación respetuosa hacia el otro y sus razones. Hay una necesidad urgente
de esto en la sociedad, pero la Iglesia también necesita una comunicación que sea
a la vez amable y profética”, subraya el Pontífice.
El
papel fundamental de los comunicadores católicos en el camino sinodal alemán
El
Papa también hizo referencia al camino sinodal iniciado en 2018 en Alemania,
sobre el que él mismo expresó su preocupación e intervino en más de una
ocasión. La más reciente en una carta de noviembre dirigida a cuatro teólogas,
antiguas delegadas del Synodale Weg, en la que advertía del riesgo de “alejarse
cada vez más del camino común de la Iglesia universal”. En el discurso
pronunciado ante los periodistas alemanes, Jorge Mario Bergoglio recuerda
su Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania,
publicada el 29 de junio de 2019, en la que llamaba a la cúpula de la Iglesia
en Alemania a recorrer el camino correcto, el del Evangelio, sin trascender a
derivas funcionalistas o reduccionismos ideológicos.
El
deseo del Papa, expresado hoy, es que esta carta “sea más conocida, meditada y
puesta en práctica, ya que expresa dos aspectos que considero fundamentales
para no descarriarse”. En primer lugar, afirma, “el cuidado de la dimensión
espiritual, es decir, la adaptación concreta y constante al Evangelio y no a
los modelos del mundo, el redescubrimiento de la conversión personal y
comunitaria a través de los Sacramentos y la oración, la docilidad al Espíritu
Santo y no al espíritu de los tiempos”. Y luego “la dimensión universal,
católica, para no concebir la vida de fe como algo relativo sólo al propio
ámbito cultural y nacional”.
Hace
bien, desde este punto de vista, la participación en el proceso sinodal
universal. Los comunicadores católicos tienen un valioso papel que desempeñar
en estas situaciones: proporcionando una información correcta, pueden
contribuir a aclarar malentendidos y, sobre todo, a evitar que surjan, ayudando
a la comprensión mutua y no a las oposiciones.
No
permanecer 'neutrales', dar protagonismo a los pobres
En
cualquier caso, subraya el Papa, “es importante no tener una actitud
introvertida, sino ‘salir’ para llevar el mensaje cristiano a todos los ámbitos
de la vida, utilizando los medios y las posibilidades disponibles hoy”. Porque,
reitera, “una Iglesia preocupada sobre todo por sí misma se enferma de
autorreferencialidad”. La Iglesia, en cambio, ‘es misión’ y los comunicadores
católicos “no pueden dejar de implicarse y permanecer, por así decirlo, ‘neutrales’
respecto al mensaje que transmiten”.
De
ahí la invitación a centrar la atención, a través de su trabajo, en las capas
sociales más débiles: “Ustedes proceden de un país próspero y desarrollado
-señala el Papa-, pero incluso allí encuentran, a veces escondidas, no pocas
penurias. Pienso en el fenómeno de la pobreza infantil, en las familias que no
saben cómo pagar sus facturas y en la situación de tantos emigrantes y
refugiados, que Alemania ha acogido en gran número”. En estas periferias
humanas “el Dios del amor está esperando la buena noticia de nuestra caridad:
está esperando que los cristianos salgamos y vayamos hacia la gente de los
márgenes”. Y para ello “hacen falta también comunicadores que den relieve a las
historias y a los rostros de aquellos a los que pocos o nadie presta atención”.
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