Estamos
comenzando el primer periodo del tiempo ordinario de este año litúrgico y
muchas veces nos cuesta trabajo adaptarnos ya que hemos pasado varias fiestas
desde la Navidad, por lo que nuestro ritmo de vida se vio modificado, pero en
nuestras manos está retomarlo y hacer que sea algo extraordinario, por eso aquí
te dejo mis 5Tips para lograrlo.
PRIMERO. Retoma el horario cotidiano
lo más pronto posible.
La
Navidad y las vacaciones que vienen con ella nos generan un descontrol en
nuestro día cotidiano, pero es necesario hacer un alto y tratar de volver a
nuestro horario y retomar las actividades que día a día tenemos que realizar.
Ahora
que nuestros hijos han regresado a la escuela (hemisferio norte) será más
sencillo ordenarnos y retomar rutinas y buenos hábitos.
Aunque
a nuestros hijos a veces les cuesta trabajo retomar el ritmo de la escuela y
las actividades, en nuestras manos está que nosotros pongamos orden en las
actividades familiares para que nuestros hijos aprendan a ordenar su vida.
SEGUNDO. Apóyate de los propósitos
para este año.
Otra
forma de fortalecer nuestra voluntad es haciendo propósitos y luego cumplirlos.
Estos
propósitos deben ser medibles, simples, concretos y reales para que así podamos
alcanzarlos paso a paso, de otra forma, si nos ponemos algo muy grande o muy
general, será difícil de medir y alcanzar y seguro que nos desanimaremos en el
intento.
Es
muy bueno hacer un plan de vida que nos ayude a cumplir estos propósitos y que
nos de soporte para alcanzar nuestras metas.
También
debo decir que es bueno tener propósitos familiares que nos ayuden a crecer
como familia y que le den sentido de trascendencia a nuestra vida.
Podemos
anotarlos en una libreta para después ir anotando también los avances y logros
que tenemos para alcanzarlos. Nuestros hijos que no saben escribir pueden hacer
dibujos para que también participen de la dinámica familiar.
TERCERO. Haz una lista de las cosas
que te cuestan más trabajo.
Sabemos
que hay cosas que son difíciles y dentro de esas hay algunas otras que nos
cuestan mucho trabajo por lo que es bueno hacer conciencia de ello y ponerlas
en una lista.
Así
podremos implementar acciones que nos ayuden a superarlas, haciendo
extraordinario los esfuerzos ordinarios. La lista puede ser personal y también
podemos hacer una familiar.
CUARTO. Procura ofrecer tu día.
Ya
conscientes de lo que tenemos y somos, es momento de ofrecer nuestro día y sus
afanes a Dios para que sea Él quien de los frutos a nuestro trabajo y esfuerzo.
Esto
no siempre es sencillo ya que cuando vienen los momentos difíciles, a veces se
nos olvida voltear los ojos a Dios y darle gracias por todo y ofrecerlo todo.
Es
en estos momentos cuando más podemos ofrecer ya que casi siempre brinca
nuestras carencias, nuestras debilidades y nuestros puntos flacos y si los
ofrecemos, le estamos dando el control de nuestra vida a Dios para que sea Él
quien nos fortalezca y nos de las virtudes que necesitamos para salir adelante,
haciendo su Voluntad.
Claro
que esto es un proceso y que es muy normal si no siempre logramos hacerlo o si
de pronto se nos olvida hacer el ofrecimiento.
Lo
importante es que nos demos cuenta y que volvamos a ofrecerle a Dios todo lo
que hacemos en cada día.
Y QUINTO. Esmérate por hacer con amor
lo cotidiano.
Y
es que sólo así logramos hacer que nuestra voluntad se alinee con la de Dios.
Solo
por amor podemos hacer nuestras labores bien, solo por amor podemos pasar los
tragos amargos de la mano de Dios, solo por amor podemos cumplir con nuestras
labores en casa de la mejor manera y sin renegar, solo por amor podemos
estudiar y trabajar extraordinariamente.
Llevar
una vida extraordinaria no solo depende de nuestros esfuerzos sino que depende
de que pongamos todo en manos de Dios y hagamos lo que nos toca de la mejor
manera.
En
los pequeños detalles está la diferencia y lo que hace extraordinario el día a
día.
¿Estamos
dispuestos a hacer de lo ordinario algo extraordinario? SdelV
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