Una
sustancia llamada ácido valproico (VPA) se puede encontrar en muchos
medicamentos neuroterapéuticos utilizados para tratar una variedad de
enfermedades, incluida la fase maníaca del trastorno bipolar, convulsiones e
incluso migrañas. Pero cuando se toma durante el embarazo, tiene consecuencias
que alteran la vida del feto en evolución. Esto ha sido ampliamente conocido
por los investigadores desde hace bastante tiempo, pero hasta ahora, la razón
seguía sin estar clara. Investigadores del Instituto de Genética y Biología
Molecular y Celular en Francia se propusieron encontrar por qué el VPA tiene
efectos negativos tan graves en el desarrollo fetal.
¿Qué es
el VPA?
El VPA
también se usa para tratar la depresión y la esquizofrenia y es el medicamento
más recetado para la epilepsia. Se sintetizó por primera vez en 1882 para
usarse como un solvente no reactivo, pero en 1962, el investigador Pierre
Eymard descubrió sus propiedades antiepilépticas. Poco después de este
descubrimiento, el VPA fue aprobado para un amplio uso farmacéutico. Su
actividad bloquea ciertas vías de neurotransmisores en el cerebro, eliminando o
aliviando los síntomas de enfermedades neurológicas.
Hay
muchos casos documentados de mujeres embarazadas que usan VPA y que dieron a
luz a bebés que sufren varias anomalías congénitas, como espina bífida (una
afección que afecta la columna vertebral y puede causar discapacidades físicas
e intelectuales que van de leves a graves), cambios faciales y malformaciones
cardíacas. Las anomalías congénitas menos frecuentes incluyen el deterioro
cognitivo y el trastorno del espectro autista.
Hallazgos
de la investigación
Los
investigadores descubrieron que las células madre responsables de construir el
sistema nervioso central fetal experimentan un envejecimiento celular prematuro
después de la exposición al VPA. Los investigadores también pudieron identificar
la molécula específica que causó el envejecimiento celular prematuro. Sin
embargo, el VPA siguió provocando diferentes anomalías congénitas incluso en
ratones de laboratorio que no tienen el gen que responde a la molécula
problemática específica.
Este envejecimiento
celular prematuro se conoce como senescencia. “La senescencia celular se ha
asociado durante mucho tiempo con el envejecimiento y las enfermedades
relacionadas con la edad”, dice Muriel Rhinn, la primera autora del estudio. “Ahora
demostramos que la inducción aberrante de la senescencia también puede
contribuir a los defectos del desarrollo”. JQR
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