Ofrecemos estos
breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación
individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la
misa del domingo 26 de enero de 2025.
Se dividen en tres
partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a
comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta;
y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a
muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
•
“Muchos han tratado de relatar ordenadamente los
acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron
transmitidos por aquéllos que han sido desde el comienzo testigos oculares y
servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo
desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo
Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas
que has recibido. Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se
extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre
en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del
profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me
envió a llevar la Buena Noticia los pobres, a anunciar la liberación a los
cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar
un año de gracia del Señor». Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se
sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a
decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír»” (Lc 1, 1-4; 4, 14-21).
•
“El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la Asamblea… desde el
alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta
del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían
entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley…
Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las
manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Luego se inclinaron y se postraron delante
del Señor con el rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la Ley de
Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la
lectura” (Esd 8,2ss)
•
“En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por
Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en
tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de
hacer milagros, el don de sanar, el don de socorrer a los necesitados, el don
de gobernar y el don de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas?
¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de sanar? ¿Todos
tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?” (1 Cor 12,28-30).
Reflexión
“Cuando lees: Enseñaba
en las sinagogas y todos lo alababan, cuida de no juzgarlos dichosos
únicamente a ellos, creyéndote privado de doctrina. Porque si es verdad lo que
está escrito, el Señor no hablaba sólo entonces en las sinagogas de los judíos,
sino que hoy, en esta reunión, habla el Señor. Y no sólo en ésta, sino también
en cualquiera otra asamblea y en toda la tierra enseña Jesús, buscando los
instrumentos adecuados para transmitir su enseñanza” (Orígenes, Homilía 32 sobre el
evangelio de san Lucas).
Nosotros le hablamos
•
“¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca, y lleguen
hasta ti mis pensamientos, Señor, mi Roca y mi redentor!” (Salmo 18)
•
Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según tu
voluntad para que, en el nombre de tu Hijo amado, podamos dar con abundancia
frutos de buenas obras. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Nuestra vida cambia
•
¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en nuestra vida? ¿La
conocemos, leemos, meditamos y vivimos?
•
¿Tenemos momentos generosos de oración para escuchar a Jesús?
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