domingo, 20 de octubre de 2024

Autopsias cerebrales encuentran una nueva causa del Alzheimer…

Una investigación reciente encabezada por la Universidad de Washington ha arrojado nueva luz sobre el papel de la microglía en la enfermedad de Alzheimer, sugiriendo que estas células inmunitarias del cerebro podrían no sólo reaccionar a la patología de la enfermedad sino que también podrían contribuir activamente a su progresión. Este estudio, realizado por los neurocientíficos Katherine Prater y Kevin Green, junto con colegas de varias instituciones estadounidenses, ha identificado nuevos estados microgliales que podrían servir como nuevos objetivos para el tratamiento del Alzheimer.
La microglia son células inmunes especializadas que residen en el cerebro y la médula espinal. Son esenciales para mantener la salud del cerebro, ya que eliminan los desechos, las células muertas y respaldan la arquitectura de la red neuronal del cerebro. En condiciones normales, la microglia actúa como la primera línea de defensa inmune del cerebro. Sin embargo, su papel en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer ha sido menos claro y es un punto focal para la investigación en curso.
En su estudio, Prater, Green y su equipo utilizaron técnicas científicas avanzadas para profundizar nuestra comprensión de la participación de la microglía en el Alzheimer. Empleando métodos mejorados de secuenciación de ARN de un solo núcleo, analizaron tejido cerebral de personas fallecidas: 12 diagnosticadas con Alzheimer y 10 sin enfermedad neurológica. Este enfoque les permitió examinar los perfiles de expresión genética de la microglía con una resolución sin precedentes.
Los investigadores lograron identificar diez grupos distintos de microglía en función de su actividad genética. Sorprendentemente, tres de estos grupos no habían sido identificados previamente. La presencia de estos nuevos estados microgliales resalta la complejidad celular dentro del cerebro afectado por la enfermedad de Alzheimer y abre nuevas vías para comprender cómo las funciones microgliales podrían verse alteradas en la enfermedad.
Un grupo, en particular, se encontró predominantemente en personas con Alzheimer. Este grupo se caracteriza por genes asociados con la inflamación y la promoción de la muerte celular, factores que podrían contribuir a la neurodegeneración observada en el Alzheimer. Esto sugiere que, en el contexto del Alzheimer, la microglía puede exacerbar la progresión de la enfermedad al volverse demasiado inflamatoria, en lugar de protectora.
Este descubrimiento es importante porque sugiere un cambio en nuestra comprensión de cómo se desarrolla el Alzheimer. En lugar de ser meros espectadores que responden al daño cerebral, la microglía en los pacientes con Alzheimer parece estar en un estado preinflamatorio con más probabilidades de dañar que curar. Este estado los hace menos efectivos en sus funciones habituales de limpieza de escombros y puede convertirlos en agentes de inflamación y daño.
Las implicaciones de estos hallazgos son profundas. Históricamente, los tratamientos para el Alzheimer se han centrado en gran medida en atacar las placas amiloides, un sello distintivo de la enfermedad. Sin embargo, estos tratamientos no han demostrado ser eficaces para alterar significativamente la trayectoria de la enfermedad. La identificación de estados microgliales dañinos ofrece un nuevo objetivo terapéutico. Si los investigadores pueden encontrar formas de modificar estas microglías de un estado dañino a uno protector, podría ser posible ralentizar o detener la progresión del Alzheimer.
Además, el estudio sugiere que el comportamiento de la microglía puede cambiar con el tiempo, lo que añade otra capa de complejidad a su papel en el Alzheimer. El seguimiento de estos cambios a lo largo del tiempo podría proporcionar información fundamental sobre cómo progresa la enfermedad y cómo se podrían adaptar las intervenciones tempranas a cada paciente.
El equipo de la Universidad de Washington es optimista sobre las posibles aplicaciones de su investigación. “Ahora que hemos determinado los perfiles genéticos de estas microglías, podemos intentar descubrir exactamente qué están haciendo y, con suerte, identificar formas de cambiar sus comportamientos que pueden estar contribuyendo a la enfermedad de Alzheimer”, afirmó Katherine Prater. Esto podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos que se dirijan específicamente a las células microgliales, ajustando su actividad para evitar que causen daño.
Los hallazgos del estudio, publicado en Nature Aging, representan un avance fundamental en el campo de la investigación de enfermedades neurodegenerativas. Al centrar la atención en las células inmunitarias del cerebro, esta investigación no sólo amplía nuestra comprensión de la patología del Alzheimer, sino que también subraya el potencial de los enfoques inmunológicos para tratar o prevenir la enfermedad. JQR

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