Permitidme que como
felicitación navideña, brevemente, os haga unas sugerencias que os puedan
ayudar a comprender, o al menos, a descubrir la esencia de la Navidad.
1. Navidad es un misterio de Amor
En ella descubrimos
‘un nuevo Dios’, el Dios amor, el Dios cercano, lleno de ternura y mansedumbre,
un Dios distinto al que los filósofos nos han enseñado. Dios se ha acercado a
los hombres, ha descendido hasta ellos y se ha situado al nivel de su vida y
condición humana. Sólo desde la fe y un poco de locura es esto comprensible.
Dios que nace niño
pequeño nos manifiesta así su amor a los hombres. Nosotros estamos llamados a
participar de ese amor de Dios, a fomentar el amor cristiano, el amor fraterno
que engendra la paz. El abrazo de amor que Dios Padre da al Hijo es el abrazo
de amor que Jesús nos da a cada uno de nosotros, y nosotros los cristianos
debemos dar a cada persona.
2. Navidad es la fiesta de la humanidad de
Dios
En Belén nació el
‘hombre nuevo’. Cuando Jesús apareció en las manos de su Madre, acababa de
revolucionar el mundo. Por ello no es una metáfora decir que ‘todos nacimos en
Belén’. El don de Dios que fue la entrega de su Hijo, es el mayor regalo que
jamás han hecho a la humanidad. Desde Belén la condición humana ya no es una
triste aventura llena de incertidumbres, sino de profunda esperanza.
Navidad es, en
efecto, la fiesta de la humanidad de Dios, de un Dios que ha querido hacerse
hombre, participar de la condición humana, ponerse así al lado del hombre y en
favor del hombre. Esa es la razón última que nos impide a los cristianos ser
pesimistas ante el hombre y la historia humana.
3. Navidad es la fiesta del Asombro y de la
Adoración
Navidad es la
fiesta del ‘asombro’ y de la ‘adoración’ porque desde ese día no solo está Dios
con nosotros, sino también está ‘en nosotros’ y ‘entre nosotros’. Nosotros
tenemos que descubrir en cada ser humano la oculta presencia de Cristo,
especialmente en los que sufren, en los más pobres y necesitados. Y esta es
nuestra tarea y la tarea de los miembros de los centros de Cáritas en los que
se atiende a las familias que padecen la situación económica y del paro, a los
marginados de cualquier tipo, a los enfermos, a los que sufren, etc.
4. Navidad es la fiesta del gozo y la
alegría
¡Alegraos! El Señor
está cerca. El ángel que comunicó a los pastores el nacimiento del Mesías les
dijo que esa noticia les iba a llenar a todos de alegría. Es un mensaje que
vale la pena vivir y comunicar. Nuestra alegría es participación de la alegría
de Dios. No es una alegría superficial, basada en las cosas materiales. Es la
alegría profunda, arraigada en la fe y en la presencia de Jesús en medio de
nosotros. ¡Alegraos!, os lo repito ¡Alegraos!
5. Navidad es la fiesta de la esperanza
Cada Navidad
relanza nuestra esperanza y nosotros tenemos el deber de sembrar y comunicar
esperanza en derredor nuestro.
Las luces de
Navidad van a brillar estremecidas de esperanza en los países, en donde la
Iglesia y la conciencia religiosa están estrenando libertad recobrada. No
podemos dejar de alegrarnos por ello porque ‘los gozos y las esperanzas, las
tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y
angustias de los cristianos’.
¡Os deseo a todos una Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo con un abrazo de paz y alegría en el Señor Jesús! ACA
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