Ofrecemos estos
breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación
individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la
misa del domingo 1 de diciembre de
2024.
Se dividen en tres
partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a
comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta;
y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a
muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
•
“Llegarán los días -oráculo del Señor- en que Yo cumpliré la
promesa que pronuncié acerca de la casa de Israel y la casa de Judá: En
aquellos días y en aquel tiempo, haré brotar para David un germen justo, y él
practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días, estará a
salvo Judá y Jerusalén habitará segura. Y la llamarán así: «El Señor es nuestra
justicia»” (Jer 33,14-16).
•
“Que el Señor… fortalezca sus corazones en la santidad y los
haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida del
Señor Jesús con todos sus santos” (1Tes
3,13).
•
“Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la
embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de
improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres
en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo
de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del
hombre” (Lc 21,34-36).
Reflexión
“Justo es, hermanos,
que celebréis con toda devoción el Adviento del Señor, deleitados por tanta
consolación, asombrados por tanta dignación, inflamados con tanta dilección.
Pero no penséis únicamente en la primera venida, cuando el Señor viene a buscar
y a salvar lo que estaba perdido, sino también en la segunda, cuando volverá y
nos llevará consigo. ¡Ojalá hagáis objeto de vuestras continuas meditaciones
estas dos venidas, rumiando en vuestros corazones cuánto nos dio en la primera
y cuánto nos ha prometido en la segunda!” (San
Bernardo de Claraval, Sermón 4 en el
Adviento del Señor).
Nosotros le hablamos
•
“A ti, Señor, elevo mi alma” (Antífona del salmo)
•
“¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación!” (Antífona del Aleluya).
•
“Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame
por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador” (Salmo 24).
•
“A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, yo pongo en ti mi
confianza. Que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí mis enemigos. Ninguno
de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse” (Antífona de entrada).
•
“Dios todopoderoso y eterno, te rogamos que la práctica de
las buenas obras nos permita salir al encuentro de tu Hijo que viene hacia
nosotros, para que merezcamos estar en el Reino de los cielos junto a Él. Que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos
de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
•
¿Cómo vamos a prepararnos para celebrar la Navidad? ¿Para
recibir una vez más al Niño Dios?
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