jueves, 31 de mayo de 2018

Creyendo y haciendo 1 - En las Manos de Dios


La Visitación de la Santísima Virgen María


Retirarse o esperar...


Leer y andar mucho...


El arrepentimiento...


Abundancia en poesía...


01 de Junio - Teobaldo Roggeri

Teobaldo Roggeri, Beato
Laico, 01 de Junio

Martirologio Romano: En la ciudad de Alba, en el Piamonte, beato Teobaldo, que por amor a la pobreza dio todo su dinero para socorrer a una viuda y, trabajando como mozo de cuerda, por humildad llevó las cargas de los demás. (1150)
Fecha de beatificación: Culto Confirmado por el Papa Gregorio XVI en el año 1841.

A Teobaldo Roggeri se le honra en todo el Piamonte como patrón de los zapateros remendones y los cargadores, pero con particular devoción en Vico, el lugar donde nació, y en Alba, la población donde pasó la mayor parte de su vida. Sus padres eran personas acomodadas que le dieron una buena educación; pero el respeto que se dispensaba a la buena posición de su familia, le parecía a Teobaldo incompatible con las condiciones de humildad que debe observar todo buen cristiano. Por ese motivo abandonó el hogar y fue a vivir en la ciudad de Alba, donde fue admitido en el taller de un zapatero para aprender el oficio. Se desempeñó con tanta honradez y destreza, que su amo, en el lecho de muerte, le pidió que se casara con su hija única y siguiera al frente del negocio como dueño. Como Teobaldo no quería apenar a un anciano con sus horas contadas, le dio una respuesta rápida y evasiva que él pudiera tomar como afirmativa; pero no eran esos los planes del piadoso joven que había hecho votos de guardar la castidad y, tan pronto como su amo fue sepultado, se despidió de la viuda, entregándole todas sus ganancias para que las distribuyera entre los pobres, y partió.
Sin ningún bien en este mundo, atenido a las limosnas que recibía, emprendió una peregrinación a Santiago de Compostela. De regreso en Alba, no trató de reanudar su oficio de zapatero, sino que buscó la labor más penosa y dura que pudiera realizar y se ofreció a cargar las bolsas de cereales y otras mercancías. Desde entonces vivió en las calles y las plazas, junto a los mendigos y los menesterosos de toda especie, para quienes era como un ángel de consuelo. Invariablemente, las dos terceras partes de todo lo que ganaba, eran para sus pobres. A pesar de la naturaleza agobiante de su trabajo, practicaba con frecuencia ayunos y otras austeridades; hasta el día de su muerte, durmió siempre sobre el duro suelo. A fin de expiar la culpa de haber proferido una maldición cuando otro hombre lo provocó, se propuso barrer todos los días las naves de la iglesia de San Lorenzo y mantener ardiendo sus lámparas. Se afirma que en su tumba se obraron muchos milagros, lo que dio enorme incremento a su culto.

Trastorno bipolar: Qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

QUÉ ES
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que causa cambios de humor extremos. Otros nombres que recibe son depresión maníaca o enfermedad maníaco-depresiva. Las personas de todas las edades, hombres o mujeres, pueden tenerlo.
Hay diferentes tipos de trastorno bipolar. Varían en función de sus síntomas y la frecuencia y cómo de repente usted tiene cambios de humor, o episodios.

SÍNTOMAS
La mayoría de las personas con cambios de humor no tienen trastorno bipolar. Sin embargo, los cambios de humor intensos son el signo principal que muestra en alguien lo sufre. A veces, usted se puede sentir muy feliz, lleno de energía, y es capaz de hacer cualquier cosa. Esto puede hacer que esté entusiasmado y no pueda descansar. Esto se llama manía.
En otras ocasiones, usted se puede sentir muy triste y solo. Esto puede ser doloroso y hacer que usted no quiera hacer nada. Esto se llama depresión.
Las personas que tienen un trastorno bipolar alternan entre la manía y la depresión. Es posible tener síntomas de ambos al mismo tiempo. Sus cambios de humor pueden ser frecuentes y cortos, o extenderse y durar un tiempo.

Otros signos de manía incluyen:
·         Sentirse poderoso e importante.
·         Sentirse excitado o nervioso.
·         Sentirse irritado o sensible.
·         Tener problemas para concentrarse.
·         No dormir bien o del todo.
·         Ser más activo de lo habitual.
·         Gastar mucho dinero.
·         Abusar del alcohol y drogas.
·         Hacer cosas arriesgadas o temerarias, incluidos actos sexuales.
·         Pensar y hablar tan rápido que otras personas no pueden seguir sus pensamientos.

Otros signos de depresión incluyen:
·         Perder interés o placer en cosas que solía disfrutar, incluido el sexo.
·         Sentirse triste o de mal humor.
·         Llorar fácilmente o sin ninguna razón.
·         Sensación de lentitud.
·         Sensación de cansancio.
·         Sentirse inútil, sin esperanza o culpable.
·         Perder o aumentar de peso.
·         Tener problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
·         Tener dolores de cabeza, dolores de espalda o problemas digestivos.
·         Tener problemas para conciliar el sueño o querer dormir todo el tiempo.
·         Tener pensamientos acerca de la muerte y el suicidio.

CAUSAS
El trastorno bipolar puede ser causado por un desequilibrio químico en el cerebro. La genética puede ser un factor. Usted tiene una mayor probabilidad de sufrir un trastorno bipolar si es un rasgo familiar.

DIAGNÓSTICO
Hable con su médico si cree que sufre de trastorno bipolar. El médico puede hacer un examen físico y una evaluación mental. Las personas con trastorno bipolar buscan atención cuando están deprimidas más a menudo que cuando están maníacas. Esto puede hacer que sea difícil diagnosticar la afección correctamente. Prepárese para compartir todos sus síntomas, salud, y antecedentes familiares. Usted puede considerar llevar a un familiar o ser querido. Un diagnóstico correcto le da la mejor oportunidad de recibir un tratamiento útil. El trastorno bipolar no se puede prevenir.

TRATAMIENTO
Algunas personas que tienen trastorno bipolar no quieren recibir tratamiento o no piensan que lo necesitan. Algunas personas creen que pueden mejorar por su propia cuenta. A menudo, no se dan cuenta de cuánto afecta a sus vidas y las vidas de las personas que los rodean.
Usted y sus médicos pueden trabajar juntos para crear un plan de tratamiento. El objetivo es equilibrar sus emociones y ayudarlo a conservar la salud. El trastorno bipolar se trata con medicamentos para detener los cambios de humor. Los estabilizadores del humor pueden nivelar los altibajos en su estado de ánimo.
El medicamento antidepresivo puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión. Hable con su médico si está tomando un medicamento de venta libre. El médico puede decirle si el medicamento va a afectar a sus antidepresivos.
Su médico puede añadir otros medicamentos, en función de sus otros síntomas o según los necesite. Los medicamentos pueden no comenzar a hacer efecto de inmediato. Usted debe comenzar a notar una diferencia en su estado de ánimo después de unas semanas.
Siga tomando sus medicamentos según las indicaciones de su médico. Es importante ser constante con el fin de obtener el mejor resultado.
Es importante obtener asesoramiento si tiene un trastorno bipolar. Esta es una parte importante del tratamiento. Puede ayudarlo con el estrés, las preocupaciones y los problemas afectivos.

VIVIR CON TRASTORNO BIPOLAR
Es probable que usted siempre tenga algún grado o alguna forma de trastorno bipolar. El tratamiento puede ayudar a reducir sus síntomas. Otras cosas que usted puede hacer incluyen:
·         Investigue y aprenda sobre el trastorno bipolar. Pregúntele a su médico por recursos. Involucre a su familia y cuénteles acerca de la afección.
·         Siga una rutina regular. Vaya a la cama y despiértese aproximadamente a la misma hora todos los días. Ingiera alimentos que sean buenos para usted. Haga ejercicio a la misma hora.
·         Tome sus medicamentos todos los días. No deje de tomarlos incluso si comienza a sentirse mejor. El medicamento y la terapia pueden tardar en tener un efecto en su vida. Trate de ser paciente y mantener la concentración en sus objetivos.
·         Pregúntele a su médico si puede beber cafeína o alcohol con su medicamento.
·         Aprenda las señales de alerta temprana de su enfermedad. Informe a su médico cuando note cambios en su estado de ánimo, pensamientos o comportamiento.
·         Únase a un grupo de apoyo. Usted y su familia pueden compartir información y experiencias con el grupo de apoyo. NIH

Demacrada por la injusticia

La mujer de aspecto delicado y como “de buena familia”, está sentada junto a la puerta de una casa, muy desarreglada y demacrada.
Hace tiempo que no consigue trabajo y vive en la calle, porque no puede viajar a la ciudad todos los días desde su casa que ya no sabe cómo está. La calle y el hambre corroen su aspecto delicado, y cuánto más por dentro se irá derrumbando el ánimo por no encontrar trabajo. Con todo esto, su mismo aspecto exterior va cambiando, y este mismo aspecto exterior desarreglado y demacrado por el hambre le impide conseguir trabajo como en un círculo que se va cerrando sobre su vida. Es cada vez más difícil que la escuchen, que la atiendan, que la entiendan, que no la crean loca.
El amor, la caridad cristiana, no son algo secundario, algo lindo, algo más..., el amor y la caridad cristiana son algo necesario, algo necesario para poder vivir. ¿Qué será de nosotros? ¿Cómo haremos entre nosotros, si no tenemos caridad?
El mínimo de caridad es la solidaridad. Esa solidaridad con la que nos ayudamos unos con otros. ¿Quién puede valerse absolutamente solo en la vida? Qué pasa si no nos ayudamos unos con otros, qué pasa si no tenemos en cuenta el problema, la dificultad del otro... La vida se hace dura, difícil, y vemos cómo algunos pocos viven bien y muchos viven mal, porque nos falta caridad.
El Señor, que nos ha dado el mandamiento del amor, nos dice también que pidamos al Padre, en su nombre, lo que necesitamos. Pidamos que el mismo Señor nos abra y nos ensanche el corazón para ser solidarios y buenos con los demás. “Amaos los unos a los otros”, es el mandamiento de Jesús, y lleva ya 2000 años.
Cuando la tecnología nos permite reciclar todo, no consideremos descartables a los seres humanos. CN

Evangelio del Viernes 01 de Junio

Día litúrgico: Viernes VIII (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 11,11-25): En aquel tiempo, después de que la gente lo había aclamado, Jesús entró en Jerusalén, en el Templo. Y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!». Y sus discípulos oían esto.
Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: ‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?’. ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!». Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.
Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste está seca». Jesús les respondió: «Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas».

«Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido»

Comentario: Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)

Hoy, fruto y petición son palabras clave en el Evangelio. El Señor se acerca a una higuera y no encuentra allí frutos: sólo hojarasca, y reacciona maldiciéndola. Según san Isidoro de Sevilla, “higo” y “fruto” tienen la misma raíz. Al día siguiente, sorprendidos, los Apóstoles le dicen: «¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste está seca» (Mc 11,21). En respuesta, Jesucristo les habla de fe y de oración: «Tened fe en Dios» (Mc 11,22).
Hay gente que casi no reza, y, cuando lo hacen, es con vista a que Dios les resuelva un problema tan complicado que ya no ven en él solución. Y lo argumentan con las palabras de Jesús que acabamos de escuchar: «Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Tienen razón y es muy humano, comprensible y lícito que, ante los problemas que nos superan, confiemos en Dios, en alguna fuerza superior a nosotros.
Pero hay que añadir que toda oración es “inútil” («vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo»: Mt 6,8), en la medida en que no tiene una utilidad práctica directa, como —por ejemplo— encender una luz. No recibimos nada a cambio de rezar, porque todo lo que recibimos de Dios es gracia sobre gracia.
Por tanto, ¿no es necesario rezar? Al contrario: ya que ahora sabemos que no es sino gracia, es entonces cuando la oración tiene más valor: porque es “inútil” y es “gratuita”. Aun con todo, hay tres beneficios que nos da la oración de petición: paz interior (encontrar al amigo Jesús y confiar en Dios relaja); reflexionar sobre un problema, racionalizarlo, y saberlo plantear es ya tenerlo medio solucionado; y, en tercer lugar, nos ayuda a discernir entre aquello que es bueno y aquello que quizá por capricho queremos en nuestras intenciones de la oración. Entonces, a posteriori, entendemos con los ojos de la fe lo que dice Jesús: «Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).

miércoles, 30 de mayo de 2018

Lugares - Escaleras del Mundo 28


Lugares - Escaleras del Mundo 27


Lugares - Escaleras del Mundo 26


La senda de la virtud...


El que no sabe...


Celos y temores...


Hacer bien a villanos...


San Padre Pio de Pietrelcina... 07


31 de Mayo - Jacobo Salomoni

Jacobo Salomoni, Beato
Presbítero, 31 de Mayo

Martirologio Romano: En Forlì, la Emilia, Italia, beato Jacobo Salomoni, presbítero, que, siendo aún adolescente, fallecido su padre e ingresada su madre en las monjas cistercienses, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en la Orden de Predicadores, donde resplandeció durante cuarenta y cinco años como amigo de los pobres y hombre de paz, dotado de insignes carismas. (1314)
Fecha de beatificación: Culto confirmado en el año 1526 por el Papa Clemente VII.

Jacobo Salomoni, hijo de una noble familia, nació en Venecia, en 1231. Jacobo, que era muy joven cuando murió su padre, fue educado por su madre y por su abuela, y aquella se retiró, al cabo de algún tiempo, a un convento cisterciense. A los diecisiete años, Jacobo, que había sido siempre muy piadoso, distribuyó sus bienes entre los pobres e ingresó en la Orden de Santo Domingo. Muy contra su voluntad, tuvo que ejercer el cargo de prior en los conventos de Forlì, Faenza, San Severino y Ravena. Después se retiró al convento de Forlì, donde llevó una vida de gran austeridad, dedicado a la oración, a la lectura y al cuidado de los enfermos, por quienes tenía especial cariño. Estudiaba continuamente la Biblia y el martirologio, y afirmaba que el ejemplo de los mártires le daba abundante materia de meditación.
El santo fraile fue arrebatado en éxtasis en varias ocasiones; poseía, además, el don de profecía y curó milagrosamente a varios paralíticos y otros enfermos. Durante cuatro años sufrió de un cáncer muy doloroso, pero llevó la enfermedad con paciencia y alegría. Se dice que el cáncer desapareció poco antes de su muerte, ocurrida el 31 de mayo de 1314, cuando el beato tenía ochenta y dos años de edad. Dios obró, por su intercesión, numerosos milagros. Un año después de la muerte del beato, se formó una cofradía para promover su culto. Clemente VII lo aprobó para Forlì, en 1526; Paulo V lo extendió a Venecia y Gregorio XV, con bula del 22 de septiembre de 1621, a toda la Orden de Santo Domingo.

El Hipotiroidismo afecta más de 2 millones de argentinos

Si bien no hay cura para este mal funcionamiento del organismo, sí hay tratamientos para mantenerlo controlado y no afectar la calidad ni la longitud de vida de quienes lo padecen.
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de adelante del cuello. Su trabajo es formar las hormonas tiroideas, volcarlas al torrente sanguíneo y entregarla a todos los tejidos del cuerpo. Estas hormonas ayudan al cuerpo a utilizar energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente.
Los desórdenes tiroideos forman parte de las patologías más prevalentes, alcanzando entre el 30 y el 40% de las consultas en el consultorio médico. Sus manifestaciones varían considerablemente en las diferentes partes del mundo aunque se relacionan principalmente con la disponibilidad de iodo en la dieta, necesidad que va cambiando a medida del paso del tiempo y en el caso de embarazadas y lactantes.
A pesar de que la deficiencia de iodo es la primera causa de discapacidad prevenible, estadísticas internacionales demuestran que 800 millones de personas están en riesgo por no tener acceso. En la Argentina, la yodación de la sal es obligatoria a través de la Ley 17259/67.

Hipotiroidismo y el lento funcionamiento del organismo
Cuando la glándula tiroides no es capaz de producir suficiente hormona tiroidea para mantener el cuerpo funcionando de manera normal se produce Hipotiroidismo. Esto puede darse por diferentes razones como padecer enfermedades autoinmunes, haber sufrido la eliminación quirúrgica de la tiroides y/o el haber tenido exposición a tratamientos radiactivos en la zona del cuello.
En la actualidad, según cifras oficiales se estima que unos 2 millones de argentinos sufren de esta enfermedad. Si bien es más común en mujeres, también se da en hombres y aumenta con la edad. Alrededor de los 50 años es cuando se evidencian más casos, afectando a 1 de cada 10 mujeres.
A pesar de no tener cura, sí existen tratamientos que permiten regular su actividad para obtener un correcto funcionamiento del organismo y, en consecuencia, mantener una vida normal.

¿A qué síntomas estar atentos?
“Cuando los niveles de hormona tiroidea están bajos las células del cuerpo no pueden recibir suficiente hormona tiroidea y los procesos corporales comienzan a funcionar con lentitud. A medida que esto sucede el paciente comienza a sentir más frío y se fatiga con mayor facilidad, se le reseca la piel y padece estreñimiento. También puede verse afectado a nivel neurológico, presentando olvidos e incluso cuadros depresivos”, explica la Dra. Sandra Licht, médica endocrinóloga de INEBA.
“Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las enfermedades tiroideas pueden afectar a varios miembros de la familia por lo que es muy importante comentarle a los seres queridos sobre el Hipotiroidismo para que puedan hacerse las pruebas de sangre correspondientes y confirmar o descartar si ellos también lo padecen”, agrega la especialista.
No es menor esta consideración si se tiene en cuenta que el hipotiroidismo en mujeres embarazadas puede causar abortos espontáneos y en menor medida otras complicaciones como preeclampsia, anemia, hemorragias postparto y nacimientos pretérmino.
A su vez, el hipotiroidismo congénito puede afectar a uno de cada 3.500 recién nacidos causándole un retardo mental que es irreversible si se demora su tratamiento. Es por esto que en nuestro país, al momento del nacimiento, a los bebés se les realiza la pesquisa de este tipo de hipotiroidismo sacándole sangre del talón.

Tratamiento farmacológico y vida normal
Si bien no hay cura para el Hipotiroidismo y a la mayoría de las personas las acompaña de por vida, asumiendo un tratamiento farmacológico correcto los pacientes pueden regular el funcionamiento de su organismo y hacer una vida totalmente normal. Los síntomas desaparecen y los efectos de este bajo funcionamiento disminuyen.
“La meta del tratamiento es mantener la hormona en el rango normal. Una vez ajustada la dosis de tiroxina – una droga que contiene la misma hormona T4 que el cuerpo produce - a las necesidades del paciente, el control es simple y se realiza una o dos veces al año, salvo que algún síntoma reaparezca o empeore, se produzcan cambios bruscos en el peso o si la persona comienza a tomar algún medicamente que pueda interferir en el proceso regulador”, comenta la Dra. Licht.

Embriones humanos y toros de lidia

Una manifestación de cientos o miles de personas no refleja la mentalidad de un pueblo. Pero puede ser una señal indicativa de los valores aceptados por algunos (o por muchos) miembros de la sociedad.
Ocurre, en algunos lugares del planeta, que se concentran centenares de personas para protestar contra las corridas de toros o contra el modo de tratar a los animales en algunas granjas.
En esos mismos lugares, y a veces cerca de donde pasa la manifestación antitaurina, hay edificios en los que se practica el aborto de embriones y fetos humanos. Frente a esos edificios son escasas, y a veces están prohibidas, las manifestaciones de los grupos pro vida que buscan salvar a seres humanos muy pequeños y desprotegidos.
Como quedó dicho al inicio, la presencia de gente en la calle no refleja la mentalidad de un pueblo. La vistosidad de una manifestación en favor de los animales no es sinónimo de que, para la mayoría, sea más importante la vida de un animal que la vida de los seres humanos.
Pero surge la pregunta: ¿no merecerían los embriones humanos un esfuerzo constante y eficaz por parte de todos los defensores de la justicia para que no se llegue nunca a la opción de abortar a un hijo? ¿No falta una auténtica movilización de las conciencias para contrarrestar la muerte de tantos miles y miles de seres humanos por culpa del aborto?
Para tranquilidad de quienes defienden de modo correcto lo que merecen los animales, el esfuerzo en favor de los embriones humanos no implica despreocuparnos de las palizas que puedan sufrir los perros callejeros, ni tampoco desinteresarnos ante algunos sistemas de explotación excesiva en los que viven animales en las “granjas industriales”.
Pero a la hora de actuar, hace falta descubrir, desde una simple reflexión sobre la dignidad humana, que primero están los seres humanos, y luego los animales. No sólo porque también los seres humanos son “animales” dignos de respeto (aunque, por desgracia, hay quien prefiere estar entre gatos que entre hombres), sino porque en cada hombre y en cada mujer se esconde un tesoro de riquezas y de posibilidades por su apertura al conocimiento y su capacidad de amar.
Una de las urgencias de nuestro mundo consiste en tutelar la vida de los embriones humanos. No es justo ningún pueblo que permite cercenar en sus inicios la existencia de miles de hijos. La vida de esos seres humanos en pequeño merece ser tutelada, acogida, ayudada. Así algún día también ellos podrán tender su mano a otros seres humanos, y aprenderán que el respeto a la vida implica un trato adecuado (aunque nunca igual al que se ofrece a los hombres y mujeres que conviven con nosotros) a los animales que embellecen nuestras ciudades y nuestros campos. FP

Evangelio del Jueves 31 de Mayo

Día litúrgico: Jueves VIII (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 1,39-56): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

«Saltó de gozo el niño en mi seno»

Comentario: Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)

Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.
El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).
A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».
Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

martes, 29 de mayo de 2018

Creyendo en voz alta 33


Lugares - Escaleras del Mundo 25


Lugares - Escaleras del Mundo 24


Lugares - Escaleras del Mundo 23


Lugares - Escaleras del Mundo 22


Lugares - Escaleras del Mundo 21


Solo con planear...


La vida te da la oportunidad...


¿Cuánto has vivido?


¿Cómo lograr el equilibrio interno?


Santísimo Sacramento... 08


30 de Mayo - Dimpna

Dimpna, Santa
Virgen y Mártir, 30 de Mayo

Martirologio Romano: En Gheel, de Brabante, en Austrasia, en territorio de la moderna Bélgica, santa Dimpna, virgen y mártir (s.VII)
Etimológicamente: Dimpna = ciervo pequeño, venadito. Viene de la lengua irlandesa.

La devoción a Sta. Dimpna se hizo muy popular a causa de las curaciones de epilépticos y lunáticos con sus reliquias. Desde entonces se le considera patrona de los enfermos mentales. En el siglo XIII se construyó en Gheel una enfermería para enfermos mentales que hoy en día es un moderno hospital psiquiátrico. Allí se veneran las reliquias de la santa.
Dimpna es la hija única de un rey pagano irlandés. Era bellísima y muy parecida a su madre. Cuando esta murió el rey viudo quedó desconsolado hasta el punto de quedar mentalmente perturbado. Sus cortesanos le sugirieron que se vuelva a casar. El aceptó pero buscaba a una mujer que fuera una réplica exacta de su difunta esposa. Al no encontrarse, un consejero le sugirió que se case con su hija que tanto se parecía a su madre. Aunque al principio el rey rechazó la idea, por su estado de obsesión, terminó aceptando.
La hija rehusó y se mantuvo firme como una roca. “Definitivamente no. Si tuvieras algo de decencia no me propondrías esta unión. Sabes que soy cristiana. Tú te atas a tus creencias paganas. Al menos permíteme vivir según mis propias convicciones”.
El trató de convencerla con halagos, peticiones... cuando eso no dio resultado, la amenazó y juró hacerla pagar por su rechazo. Dimpna logró una prórroga de 40 días. En ese tiempo fue a dirigirse con el Padre Gereberto quien le aconsejó guardar su distancia. Después de pensarlo más, el padre le aconsejó que huyera del palacio.
El Padre Gereberto, Dimpna junto con otros cruzaron el mar y llegaron a Antwerp, en la costa de Bélgica. Se asentaron en el pueblo de Gheel, cerca de un santuario dedicado a San Martin de Tours. Por tres meses vivió entre ellos. Pero el rey por medio de espías logro conocer su paradero y fue en persona Gheel.
Trató una vez mas de atraerla, con promesas, ofreciéndole dinero y prestigio. Dimpna sabía que aquella propuesta ofendía a Dios. Además, con el consentimiento del Padre Gereberto, había hecho un voto de virginidad.
Para aislarla de su apoyo moral, el rey mandó a matar al Padre Gereberto. Pero Dimpna aun se mantuvo firme: “Nada, nada me inducirá a ofender a Jesucristo”. Enfuriado, el rey mandó a sus vasallos a que la maten. Pero ellos, por primera vez, rehusaron obedecerle. Ellos conocían que la princesa era virtuosa y la respetaban. No podían disponerse a matarla. Entonces el rey con su propia arma cortó la cabeza de su hija. Dimpna muere mártir a los 15 años de edad.
Además de los patronatos ya señalados, también es la patrona de los sonámbulos, de las víctimas de incesto y de las víctimas de violación.

¿Caminar entre nieblas?

Es inevitable, ha escrito Rosario Bofill, que a veces tengamos que caminar entre nieblas. En cierta manera, la fe es la capacidad de soportar la duda.
Y de vez en cuando, una persona, una reflexión, o una lectura nos hacen atisbar un poco de ese misterio por el que uno ha optado. Cada creyente sabe que alguna vez ha tenido evidencias de la existencia de Dios, pequeñas pruebas que quizá vistas por otro, fuera de su contexto, le harían sonreír displicente...
Y a lo largo de los siglos la mayoría de los hombres han experimentado esa necesidad de Dios. ¿Es esto una prueba de que existe? Pienso que sí, invocado de distinta forma en las distintas religiones y en los distintos siglos.
Si me repugna creer que el mundo está abocado al absurdo, debo creer que más allá de la muerte hay algo, que tendremos otra vida distinta a la de ahora. Hay una razón de justicia que me parece imperiosa: ¿cómo Dios no va a dar a los pobres, a los desheredados, a los que viven en la miseria, a los que sufren tanto en esta vida, su parte de felicidad? Ha de haber algo que restablezca el orden y dé a los que aquí no han tenido nada, la plenitud. Y que los que aquí han amado no vean acabado su amor.
Siento una voz íntima, un grito interior que me hace creer que es imposible un mundo sin Dios, un mundo del absurdo. Porque un mundo sin Dios me parece un absurdo total. ¿A qué esa sed interior, esa angustia, ese deseo de vida del hombre? Ese amasijo de sentimientos, inteligencia, deseos, nostalgias, que somos las mujeres y los hombres, cada uno a su manera, ¿qué sentido tienen perdidos en el cosmos sin un Dios que al fin dé respuesta a tanto deseo, tanto vacío, tanto anhelo?
He tenido que madurar mi educación religiosa de la infancia y la juventud, pero recibí unos principios básicos a los que he sido fiel. Hay gente que cuando se hace adulta rechaza lo que le enseñaron y cómo le educaron. Sin duda al hacerse adulto uno tiene que reflexionar sobre su fe y madurar, pero creo que es una suerte haber vivido rodeada de gente que ha vivido a fondo su fe, y también haberse encontrado con personas críticas, buenos creyentes, que son los que más me han ayudado.
“La fe es como una herencia que no quisiera echar por la borda y a la que en lo más hondo de mí estoy muy agradecida”.

—A veces lo que plantea dudas no es la fe, sino la práctica de la fe: lo difícil no es creer, sino vivir lo que se cree.
Todo el mundo siente esa tensión en su interior. Todo hombre se siente atraído por extremos diferentes, y experimenta el tirón de lo que sabe que va contra sus convicciones. Pero eso no significa una rotura.
De vez en cuando pueden surgir dudas sobre la propia capacidad de vivir la fe. Se nos puede hacer un poco más cuesta arriba. Es preciso entonces seguir esforzándose por mejorar, con la confianza de que precisamente gracias a esa fe, iremos recibiendo más luz y más fortaleza, profundizaremos más en esa fe y la viviremos mejor. La fe ayuda a vivir con coherencia de vida, sin que esas tensiones tengan por qué producir frustración o ruptura.

—Pero muchos, en esa cuesta arriba, abandonan la práctica religiosa.
Suele suceder cuando se ve la práctica religiosa como un fin y no como un medio. Por eso es importante levantar la vista por encima del acontecer diario para atisbar la meta a la que nos dirigimos. Ser buen cristiano puede a veces resultar costoso, pero merece la pena. Además, esos momentos de cuesta arriba siempre brindan al hombre una oportunidad de dar lo mejor de sí mismo. Son la piedra de toque que identifica la calidad del edificio que estamos construyendo con nuestra vida.
“El ser humano -escribe Javier Echevarría- posee una capacidad de infinito que solo el Infinito, Dios mismo, puede saciar. Hay en nosotros un fondo que nada ni nadie, excepto Dios, logra llenar; y, en consecuencia, existe -incluso en las más grandes amistades y en los más grandes amores- una cierta experiencia de límite, de soledad no superada. En ocasiones, esa experiencia engendra miedo, repliegue sobre sí mismo para conservar un reducto de intimidad en el que nadie entre; en otras, impulsa hacia adelante, a buscar algo más. De este modo se encauza una inquietud del espíritu que solo en Dios puede encontrar finalmente reposo”. AA