Pocos
temas de salud suscitan tanto debate como el valor de la báscula de baño.
Algunos expertos recomiendan el pesaje diario para ser responsable en el
control del peso, especialmente cuando se sigue una dieta y un programa de
ejercicios para perder peso.
Otros
sugieren evitar los pesajes propios, argumentando que pueden desencadenar
respuestas psicológicas negativas y comportamientos poco saludables si no nos
gusta o no entendemos bien el número de la báscula.
Muchos,
recomiendan pesarse semanalmente, incluso si no están intentando perder peso.
Este es el por qué.
Pesarnos semanalmente
ayuda a controlar el peso
Las
investigaciones confirman que pesarnos con regularidad es eficaz para perder y
controlar el peso, ya que aumenta la conciencia sobre nuestro peso actual y sus
cambios. Una revisión sistemática de 12 estudios encontró que los participantes
que se pesaron semanalmente o diariamente durante varios meses perdieron entre
1 y 3 unidades de IMC (índice de masa corporal) más y recuperaron menos peso que
aquellos que no se pesaron con frecuencia. El pesaje semanal proporcionó el
beneficio de pérdida de peso, el pesaje diario no ofreció ninguna ventaja
adicional.
Pesarnos
es esencial para controlar el peso a medida que envejecemos. Los adultos
tienden a ganar peso progresivamente hasta la mediana edad, normalmente entre
0,5 y 1 kg por año, lo que puede provocar obesidad con el tiempo. Los
resultados de pesaje y seguimiento semanales ayudan a evitar un aumento de peso
innecesario.
El
seguimiento del peso también puede ayudar a identificar problemas médicos de
manera temprana. Los cambios dramáticos en el peso pueden indicar afecciones
como problemas de tiroides, problemas digestivos y diabetes.
El
pesaje semanal tiene en cuenta las fluctuaciones normales
El peso
corporal puede fluctuar dentro de un día y a lo largo de la semana. Los
estudios muestran que el peso corporal fluctúa un 0,35% durante la semana,
normalmente más después del fin de semana. Las fluctuaciones diarias de peso
suelen estar relacionadas con el contenido de agua del cuerpo.
Las
causas comunes incluyen:
Tipo de
alimento consumido: las cenas
altas en carbohidratos pueden aumentar el peso al día siguiente debido a la
retención temporal de agua. Los alimentos con alto contenido de sal también provocan
retención de agua ya que el cuerpo equilibra los niveles de sodio y agua.
Ingesta
de alimentos: todo lo que comemos y bebemos tiene peso,
aumentando temporalmente el peso corporal durante la digestión y el
metabolismo. El peso tiende a ser menor por la mañana después de la restricción
de la ingesta de alimentos durante la noche y mayor por la noche después del
consumo diario.
Ejercicio: los pesajes posteriores al entrenamiento pueden mostrar menos peso
debido a la pérdida de líquido inducida por el sudor, lo que varía según la
intensidad del entrenamiento, la duración, la temperatura, la humedad, la tasa
de sudoración y la hidratación. En promedio, se pierde 1 litro de sudor por
hora de ejercicio de intensidad moderada.
Cambios
hormonales: las fluctuaciones del ciclo menstrual pueden
provocar retención de líquidos y un aumento de peso temporal de 0,5 a 2 kg,
especialmente durante la fase lútea, cuando el líquido pasa del plasma
sanguíneo a las células, provocando hinchazón.
Deposiciones: la eliminación de desechos conduce a una pequeña pérdida de
peso inmediata, normalmente alrededor de 100 gramos diarios.
Estas
fluctuaciones son normales y no indican cambios significativos en la grasa
corporal o la masa muscular. Sin embargo, pueden provocar estrés innecesario y
fijación por el peso.
Pesarte semanalmente
evita la obsesión por la báscula y el sabotaje en la pérdida de peso. Pesarte
con demasiada frecuencia puede crear una obsesión malsana con el número en la
báscula, lo que potencialmente puede causar más daño que beneficio.
Cuando
el número no avanza como se esperaba, podríamos reaccionar restringiendo aún
más la ingesta de alimentos o recurriendo a dietas de moda. Estas dietas suelen
ser insostenibles y con el tiempo pueden provocar un aumento de peso en lugar
de una pérdida.
Un
estudio a largo plazo con más de 4.000 gemelos encontró que aquellos que hacían
dieta para perder 5 kg o más tenían más probabilidades de tener sobrepeso a los
25 años. Esto sugiere que hacer dieta frecuente aumenta la susceptibilidad al
aumento de peso y a futuros desafíos de peso.
Entonces,
¿qué deberías hacer?
Pesarte semanalmente
proporciona una medida más precisa de las tendencias de peso a lo largo del
tiempo. Trata de pesarse el mismo día, a la misma hora y en el mismo
entorno cada semana, por ejemplo, a primera hora de los viernes por la mañana,
después de ir al baño y antes de comer o beber cualquier cosa.
Utiliza básculas
de la mejor calidad que puedas pagar, cambia las baterías con regularidad
y verifica su precisión con un peso conocido, como un plato de pesas de 10
kg. Asegúrate de que la lectura de la báscula coincida con el peso
conocido.
Recuerda,
el número en la báscula es sólo un aspecto de la salud y el control del peso.
Centrarte únicamente en ello puede eclipsar otros indicadores importantes, como
por ejemplo cómo te queda la ropa. También es fundamental prestar atención
a cómo te sientes física y emocionalmente.
Deja de
pesarte si te causa ansiedad o estrés y consulta a un profesional de la
salud para analizar tus inquietudes.
En
conclusión, pesarte semanalmente puede ayudar a controlar el peso de manera
efectiva sin los inconvenientes psicológicos de pesarte diariamente. Este
enfoque equilibrado puede favorecer la salud y el bienestar a largo plazo. JQR
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