domingo, 19 de enero de 2025

La Oración Dominical - 19 de Enero…

Ofrecemos estos breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la misa del domingo 19 de enero de 2025.
Se dividen en tres partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta; y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
                  “Hermanos: Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A este se le da el don de sanar, siempre en ese único Espíritu; a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas. Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como Él quiere” (1 Cor 12,4-11).
“Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde.
«Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él” (Jn 2,1-11).
Reflexión
“Oportunamente comienza Cristo a realizar milagros, aun cuando la ocasión de iniciar su obra de taumaturgo parezca ofrecida por circunstancias casuales. Pues como se celebraban unas bodas —castas y honestas bodas, es verdad—, a las que está presente la madre del Salvador, vino también él con sus discípulos aceptando una invitación…
Era efectivamente muy conveniente que quien venía a renovar la misma naturaleza humana y a reconducirla en su totalidad a un nivel más elevado, no se limitara a impartir su bendición a los que ya habían nacido, sino que preparase la gracia también para aquellos que habían de nacer, santificando su nacimiento. Con su presencia cohonestó las nupcias, él que es el gozo y la alegría de todos, para alejar del alumbramiento la inveterada tristeza. El que es de Cristo es una criatura nueva. Y Pablo insiste: Lo antiguo ha cesado, lo nuevo ha comenzado…
En eso, comienza a faltar el vino de los convidados, y su madre le ruega quiera poner en juego su acostumbrada bondad y benignidad. Le dice: No les queda vino. Le exhorta a realizar el milagro, dando por supuesto que tiene el poder de hacer cuanto quisiera.
Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Respuesta del Salvador perfectamente calculada. Pues no era oportuno que Jesús se apresurara a realizar milagros ni que espontáneamente se ofreciera a hacerlos, sino que el milagro debería ser fruto de la condescendencia a una petición, teniendo en cuenta, al conceder la gracia, más la utilidad real, que la admiración de los espectadores. Además, las cosas deseadas resultan más gratas, si no se conceden inmediatamente. De esta suerte, al ser diferida un tanto la concesión, la esperanza sublima la petición. Por otra parte, Cristo nos demostró con su ejemplo el gran respeto que se debe a los padres, al acceder, en atención a su madre, a hacer lo que hacer no quería” (San Cirilo de Alejandría, Comentario sobre el evangelio de san Juan (Lib 2).
Nosotros le hablamos
                  “Toda la tierra se postra ante ti, Señor, y canta en tu honor, en honor de tu nombre” (Antífona de entrada).
                  “Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas el cielo y la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo y concédenos tu paz en nuestro tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
                  ¿Intercedo por la salvación de los demás, como intercedió la Virgen en las bodas de Caná?
                  ¿Reconozco los dones que Dios me ha dado y los pongo al servicio del Reino de Dios?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario