domingo, 23 de febrero de 2014

23 de Febrero - Rafaela Ybarra de Villalonga

Rafaela Ybarra de Villalonga, Beata
Fundadora del Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios, 23 de Febrero 

Martirologio Romano: En Bilbao, del País Vasco, en España, beata Rafaela Ybarra de Villalonga, la cual, siendo madre de siete hijos y con el consentimiento de su marido, hizo profesión religiosa y fundó el Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios, para la protección de las jóvenes y para enseñarles el camino de los preceptos del Señor (1900). 
Fecha de beatificación: 30 de septiembre de 1984 por el Papa Juan Pablo II. 
Nace en Bilbao en 1843 en el seno de una familia profundamente cristiana donde le inculcan las virtudes humanas que fueron la base de una vida excepcional. Se casó joven con D. José Villalonga y fue madre de siete hijos, supo hacer compatibles sus obligaciones familiares con una vida llena de caridad y riqueza espiritual.
Su unión con Dios alcanzó los niveles propios de los santos. Los escritos sobre sus experiencias espirituales, así como su numerosa correspondencia, reflejan a una mujer llena de amor a Jesucristo y a sus semejantes. Su actividad caritativa, dedicada al principio a remediar todo tipo de necesidades, se orientó, en la plenitud de su madurez, a proteger y cuidar de las niñas y jóvenes que, en el Bilbao industrial de finales del siglo XIX, estaban expuestas a los daños de la pobreza y la ignorancia.
Surge entonces la figura de Rafaela Ybarra, que se rebela contra la injusticia, los abusos y los vicios creados por la prepotencia de la prosperidad. Con gran sensibilidad cristiana y social se entrega completamente a las principales víctimas de aquella sociedad: las jóvenes y niñas. Recoge de las calles a las más desfavorecidas creando Instituciones de acogida donde les proporciona todo aquello que la sociedad les niega: cariño, alimentación, educación, salud y amor. Promovió pisos para acogerlas y talleres para su formación y sustento; al mismo tiempo, impulsó la creación en Bilbao de numerosas Instituciones de protección a la mujer.
Con las primeras voluntarias comprometidas con esta tarea, creó la primera residencia-taller, a la que imprimió su propio carisma y estilo: "dulzura en los medios y firmeza en los fines" "lo que no alcance el amor, no lo conseguirá el temor". Era el 8 de diciembre de 1894, cuando en un pequeño piso de Bilbao, Rafaela Ybarra junto a tres jóvenes entusiastas de la obra que Rafaela iba a realizar, comenzaron su aventura de ser madres y educadoras de aquellas niñas y jóvenes que iban a necesitar ayuda en aquellos difíciles años de finales de siglo.
En su misión se asemejaría a los Ángeles Custodios, cuyo nombre tomaría para su fundación, y cuyas actitudes habría de imitar. Unidas a Dios por la oración y el apostolado, llevarían el anuncio del amor de Dios, al mundo de la niñez y de la juventud. El acontecimiento cumbre en la vida de Rafaela y en la de la obra por ella iniciada, se produjo el 2 de Agosto de 1897, fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, fecha en que se puso la primera piedra del Colegio Ángeles Custodios de Zabalbide en Bilbao, para quedar inaugurado definitivamente el Colegio el 24 de marzo de 1899. La Congregación de los Santos Ángeles Custodios, tiene por fin Casa Madre, que podrá servir de modelo a las que más tarde se levantarán. Rafaela Ibarra fallece el 23 de febrero del año siguiente, 1900, a los 57 años, sin poder ver consolidada su fundación. El Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios, hoy hacen vivo y presente, con más de 35 casas repartidas por España y América, uno de sus grandes mensajes «nunca os canséis de hacer el bien».

ORACIÓN
Beata Rafaela,
que supiste conciliar de forma admirable
tu papel de esposa y madre ejemplar
con una vida llena de amor a Dios,
caridad con los pobres
y solicitud por la educación de la mujer.
Concédenos que, a imitación tuya,
elijamos para nuestra vida
la práctica de la caridad y el desprendimiento,
asumir las dificultades y renuncias
de todo compromiso cristiano y vivir la alegría
de ser fieles a la voluntad de Dios y testigos
de su amor con todos los que nos rodean.
Alcánzanos del Señor la gracia que ahora
le pedimos por tu intercesión.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

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