Etimológicamente significa “roca”. Viene de la lengua hebrea.
Hoy día, debido al terrorismo, hay mucha gente que lleva guardaespaldas. Eso mismo le propusieron a Pedro.
Nació en Aragón en 1441. Fue uno de los chicos de aquel tiempo que tuvo la oportunidad de irse a estudiar Derecho a la prestigiosa universidad de Bolonia.
Pronto se hizo amigo de todos. Quien derrama a su derredor el perfume de la amabilidad, de la acogida y del buen trato, se gana amistades en cualquier sitio.
Una vez que terminó su doctorado en Derecho civil y canónico, se vino de nuevo a España. Ya por entonces le rondaba por la mente la idea de ser sacerdote. Y efectivamente, debido a sus cualidades pronto lo eligieron canónigo de Zaragoza.
Había algunos herejes en la ciudad que se la tenían jurada. Buscaban la ocasión de acabar con su vida, ya que nunca cedió a promesas de dinero y otras lisonjas que suelen hacerse para ganarse a alguien.
Por eso, temiendo por su vida, alguien le dijo que llevase guardaespaldas.
¿Sabéis lo que les contestó?
"¿Para qué? Si muero asesinado, muero por defender la fe católica. ¿Qué mayor honor puedo esperar?".
Y estas palabras tuvieron fiel cumplimiento cuando los judíos y los herejes se juntaron en la catedral. En un momento en que estaba sumido en la plegaria, se le acercaron y le dieron muerte.
Los mismos autores, sobre todo el cabecilla, al ver lo que había hecho se suicidó en la cárcel. A los demás se les sentenció a muerte.
El día de su funeral, el pueblo entero participó de sus honras fúnebres. Era el 14 de setiembre de 1485.
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