domingo, 8 de junio de 2014

Libertad genuina

Libertad genuina (09-06-14)

En una asoleada mañana, dos alondras subían volando a lo alto.
La alondra padre hablaba con su polluelo, haciéndole ver lo maravilloso que es tener alas y poder volar hasta las alturas.
Pero el pequeño, en su inexperiencia, escuchaba sólo a medias, pues su atención se fijaba en el tintinear de una campanita, que llegaba a sus oídos desde la tierra.
El pajarillo, curioso, bajó al campo de donde provenía el sonido que tanto le atraía, y vio a un hombrecillo que guiaba un carro mientras gritaba: "¡Vendo lombrices! ¡Dos lombrices por una pluma!"
A la pequeña alondra le encantaban las lombrices; ya al nombrarlas se le hacía agua el pico. Y sin pensar más se decidió: arrancó una pluma de sus alas y la cambió por dos lombrices. Cuando se las hubo comido volvió junto a su padre, muy satisfecha.
Al día siguiente la alondra esperó ansiosamente el sonido de la campanita, y al oírla bajó a realizar nuevamente su extraño negocio, dando otra pluma a cambio de dos lombrices. Esto lo repitió día tras día.
Una vez ofreció al hombrecillo cinco plumas por diez lombrices. El vendedor aceptó entusiasmado y, desde entonces, por espacio de varios días más, continuó el intercambio.
Al cabo la alondra batió sus alas inútilmente: ¡ya no podía volar! ¡Estaba atada a la tierra y condenada a arrastrarse en lugar de volar! ¡Había cambiado sus alas, su libertad, por un puñado de lombrices!
No vendas tu primogenitura por un plato de lentejas. No regales tu libertad por vanos y baratos placeres que luego te dejaran sin fuerza y sin libertad. Recuerda, Jesús ha venido para darte libertad genuina.
Jacob le dio entonces pan y guiso de las lentejas. Esaú comió y bebió; después se levantó y se fue. Así menospreció Esaú el derecho que le correspondía por ser el hijo primogénito. Génesis 25:34
Que no haya ningún impúdico ni profanador, como Esaú, que vendió su derecho a la primogenitura por un plato de comida. Hebreos 12:16

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