lunes, 16 de febrero de 2015

La intolerancia que nos separa

La intolerancia que nos separa

De la incapacidad de aceptar nuestros sentimientos, ciertas actitudes, nuestros 'errores', nace la dificultad de aceptar los 'errores', los pensamientos o formar de actuar y comportarse de los otros seres que nos cruzamos por la vida. A esto algunos pueden denominarlo intolerancia, o dificultad para tolerarse a sí mismos y a los otros, quienes muchas veces funcionan como nuestros reflejos en el planeta de los espejos.
El hecho de sentir ira o enojo por determinada situación o hecho, puede que no sea bien recibido por quien lo siente, y mucho menos por quienes se encuentran frente a este sujeto y su sentimiento. Muchas de las veces es más bien enjuiciado tarde o temprano, por sí mismo y por los otros.
Perfectamente podemos emitir juicio sobre una conversación que vemos se está llevando a cabo en la vereda de enfrente, bastante lejos nuestro, mientras de por medio hay un ruido ensordecedor de colectivos y autos, y donde las mujeres parecen estar agrediéndose de lo enfadadas que se las ve; pero puede que nos estemos equivocando y simplemente se estén contando lo que sucedió en la telenovela de anoche.
Esto de alguna manera sucede en la vida cotidiana al momento de interpretar al otro por lo que vemos u oímos. De la misma manera criticamos lo que alguna persona siente frente a determinado hecho, sabiendo poco o nada sobre su historia de vida y demás que seguramente lo condicionaron para hoy estar sintiendo aquello que siente. La capacidad de ser flexible y esperar a recabar suficientes datos para emitir juicio (ni bueno ni malo, sino como crítica) sobre algo o alguien, puede que sea a mi manera de ver una explicación breve del concepto 'tolerancia'.
El interpretar y evaluar rápidamente puede ser sinónimo de la intolerancia de un sujeto para con los demás y para consigo mismo, dejando de lado la compasión. Al hablar de tolerancia me comienza a resonar a su vez la palabra 'paciencia', un atributo infaltable a la hora de practicar la tolerancia, ya que el tiempo puede resultar un ingrediente clave para entender una determinada situación o un determinado sentimiento. A menudo me sucede que me enfurece quien no deja prioridad al auto que aparece por la derecha, y al rato soy yo quien no da prioridad al peatón. En ese preciso instante comienzo a practicar la tolerancia para con el otro, ya que otro la debe practicar para conmigo.
Teniendo en cuenta que la tierra es llamada 'la escuela de las emociones', bienvenidos sean aquellos sentimientos que hacen que aquella experiencia con cierta carga emocional no sea simplemente una experiencia más y podamos así dejarla archivada en nuestro historial de recuerdos. MML

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