viernes, 3 de octubre de 2014

Reflexiones de oro

Reflexiones de oro (04-10-14)

El hombre puede vivir por unos cuarenta días sin alimento, por unos tres días sin agua, por unos ocho minutos sin aire... pero solo por un segundo sin esperanza.
O tomamos control del día o el día tomará el control de nosotros.
La vida es como una bicicleta de diez velocidades. La mayoría de nosotros tiene engranajes que nunca usamos.
Una vida vivida con integridad -aún si le faltan los atavíos de la fama y la fortuna- es una estrella brillante a cuya luz otros podrán ser guiados en años por venir.
La motivación nos ayuda a andar, pero el hábito nos lleva al final.
Cambiemos lo cambiable, aceptemos lo incambiable, y apartémonos de lo inaceptable.
Nosotros somos el único problema que jamás tendremos y también somos la única solución.
Descubriremos, cuando miremos atrás en nuestras vidas que los momentos que realmente disfrutamos fueron aquellos en los que hicimos cosas en el espíritu del amor.
Mi padre me dio el mejor regalo que alguien nos puede dar: creyó en mí.
A veces, el hombre más pobre les lega a sus hijos la herencia más rica.
El fracaso no es un único evento cataclísmico. Uno no puede fracasar de la noche a la mañana. Por lo contrario, el fracaso consiste en unos pocos errores de juicio, repetidos diariamente.
Nuestras dudas son traidoras que nos hacen perder lo bueno que pudiésemos frecuentemente ganar por temer a intentarlo.
Todos somos confrontados con una serie de grandes oportunidades brillantemente disfrazadas como situaciones imposibles.
La diferencia entre perseverancia y obstinación es que la primera a menudo se origina en una fuerte voluntad de hacer y la otra en una fuerte objeción.
La auto-estima y el amor a uno mismo son los opuestos del temor; entre más nos gustamos, menos tememos a las cosas.
Pero por encima de todas las Reflexiones, las que más nos dirigen a la eternidad son las reflexiones de la Palabra de Dios. Nunca dejemos de alimentar el espíritu con la Palabra Divina.
He aquí, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las buenas palabras que el SEÑOR vuestro Dios habló acerca de vosotros ha faltado; todas os han sido cumplidas, ninguna de ellas ha faltado. Josué 23:14
El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. Salmo 18:31

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