Se denomina hipotensión ortostática a una bajada de la tensión arterial que apenas dura unos pocos segundos o minutos y que se produce generalmente al cambiar de forma súbita la posición del cuerpo (estar acostado o sentado e incorporarse rápidamente).
Afecta habitualmente a las personas mayores hipertensas y también es frecuente en personas con enfermedad de Parkinson. Si se produce después de haber comido, se la denomina hipotensión ortostática postprandial.
Afecta habitualmente a las personas mayores hipertensas y también es frecuente en personas con enfermedad de Parkinson. Si se produce después de haber comido, se la denomina hipotensión ortostática postprandial.
Causas de la hipotensión ortostática
Las causas de este trastorno puntual pueden ser muy diversas:
• Neurogénicas: entre ellos destacan los trastornos del sistema nervioso autónomo, alteraciones asociadas a la enfermedad de Parkinson, atrofia multisistémica, etc. No obstante, también puede ser secundaria a un síncope vasovagal, diabetes, alcoholismo, degeneración senil, neuropatías, etc.
• Otras: hay otros trastornos que no son de origen neurogénico y que pueden causar la hipotensión ortostática: hemorragias; quemaduras; vasodilatación originada por el consumo de alcohol, el calor o la fiebre; enfermedades cardiacas como las arritmias o la insuficiencia cardiaca; gastroenteritis aguda; o el consumo de determinados fármacos.
Muchas de estas circunstancias se dan de forma específica en las personas mayores, por lo que este grupo de población es el más proclive a sufrir este tipo de caídas repentinas de la tensión arterial, provocadas por un cambio brusco de la posición del cuerpo, lo que hace que la sangre acumulada en las piernas vea complicado su retorno al corazón y por tanto que llegue menos sangre al resto de los tejidos y los diferentes órganos, incluido el cerebro.
Esto supone una isquemia cerebral que apenas dura unos segundos, pero lo suficiente para generar los síntomas característicos de la hipotensión ortostática:
• Mareo.
• Inestabilidad con posible riesgo de caída.
• Vértigo.
• Visión borrosa o percepción visual de manchas negras.
• Acúfenos.
• Palidez.
• Taquicardia.
• Desmayo o pérdida de la consciencia.
• También puede provocar una angina de pecho.
• Inestabilidad con posible riesgo de caída.
• Vértigo.
• Visión borrosa o percepción visual de manchas negras.
• Acúfenos.
• Palidez.
• Taquicardia.
• Desmayo o pérdida de la consciencia.
• También puede provocar una angina de pecho.
Tratamiento de la hipotensión ortostática
Al ser la hipotensión ortostática un problema transitorio, el tratamiento se centra en la recuperación del paciente y no en el control de la tensión arterial, De ahí que la educación de las personas mayores que sufren este tipo de episodios con cierta asiduidad sea la parte esencial del tratamiento, aprendiendo a adoptar una serie de precauciones:
• Incorporarse lentamente cuando se está acostado o sentado, especialmente si es después de comer.
• Evitar estar inmóvil y de pie demasiado tiempo.
• No realizar esfuerzos físicos intensos.
• No comer demasiado.
• Evitar aquellos lugares con condiciones ambientales de calor y humedad.
• Pasear con asiduidad para mejorar la circulación de la sangre.
• Evitar los fármacos que favorecen la hipotensión ortostática (informar a su médico de que se sufren este tipo de trastornos).
• Dormir con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
• Utilizar medias de compresión durante el día.
• Evitar estar inmóvil y de pie demasiado tiempo.
• No realizar esfuerzos físicos intensos.
• No comer demasiado.
• Evitar aquellos lugares con condiciones ambientales de calor y humedad.
• Pasear con asiduidad para mejorar la circulación de la sangre.
• Evitar los fármacos que favorecen la hipotensión ortostática (informar a su médico de que se sufren este tipo de trastornos).
• Dormir con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
• Utilizar medias de compresión durante el día.
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