lunes, 29 de febrero de 2016

Alimentación saludable: ¿Cuál es la realidad en el país?


La importancia de la alimentación saludable ha sido reconocida en diferentes partes del mundo donde algunas poblaciones exhiben un envejecimiento más saludable, por ejemplo, presentan menos discapacidades y son más activos físicamente, incluso cuando tienen más de 90 años. Grupos de población en Cerdeña (Italia), Península de Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (California) y Okinawa (Japón), tienen mayor expectativa de vida y menores tasas de enfermedades relacionadas con la edad, incluyendo las enfermedades cardiovasculares y la demencia. Estas áreas han sido designadas como las “zonas azules”. 
A pesar de sus diferencias raciales y socioeconómicas, los que viven en estas “zonas azules” comparten algunas características del estilo de vida común como una alimentación rica en alimentos de origen vegetal, especialmente verduras, frutas, legumbre (porotos, soja y lentejas), cereales integrales, pescados, aceites de oliva y un consumo bajo de carne roja. Este tipo de alimentación se vincula con un menor riesgo de mortalidad y enfermedades cardiometabólicas. 
Sin embargo, “la forma de alimentación occidental; como en Argentina, se caracterizan por el alto consumo de carnes rojas, harinas refinadas, sal y alimentos y bebidas ricas en azúcares simples (bebidas gaseosas, las galletas rellenas, los snacks empaquetados) que se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y mortalidad general” detalla la Dra. Cecilia Zeballos, Jefe de la Sección Rehabilitación Cardiovascular de ICBA. 

En Argentina
La tercera Encuesta Nacional de Factores de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en Argentina fue llevada a cabo por el Ministerio de Salud en el año 2013.
Las ECNT están representadas principalmente por las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Todas estas patologías se asocian con una serie de factores de riesgo comunes, dentro de los cuales los más importantes son: la alimentación inadecuada, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. 
Pero estas enfermedades en gran medida se pueden prevenir. Se estima que, en caso de eliminar o mejorar los principales factores de riesgo un 80% de las enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2 podrían evitarse, como así también un 40% de los cánceres. 
Argentina viene enfrentando un aumento significativo de sobrepeso y obesidad, 6 de cada 10 personas registraron exceso de peso y 2 de cada 10, obesidad. En 2013 aumentó un 42,5% la prevalencia de obesidad respecto del 2005 (14,6% a 20,8%). Según esta encuesta la obesidad resultó mayor entre varones y a menor nivel educativo. 
En cuanto a la forma en que se alimentaban se vio que el promedio diario de porciones de frutas o verduras consumidas fue de 1,9 por persona (se recomienda al menos 5 porciones al día), el consumo de Sal entre 2009 y 2013 disminuyó del 25,3% al 17,3%.

Consejos útiles para seguir una alimentación saludable
• Comer despacio, masticar bien y dejar los cubiertos entre bocado y bocado. Romper con conductas automáticas (comer viendo TV por ejemplo). 
• Dar tiempo a las señales de saciedad (tardan 30 minutos desde el momento que iniciamos una comida hasta sentirnos satisfechos). 
• Los alimentos que tienen muchas calorías comerlos poco y despacio. Hay que aprender a disfrutar de la moderación. 
• Preferir las preparaciones sencillas, por ejemplo: carne a la plancha, vegetales crudos o al vapor, pastas al filetto o con trozos de vegetales. 
• Asegúrese de preparar las cantidades justas de alimentos y llevar los platos servidos a la mesa. Evitar las fuentes en la mesa. Evite el pan en la mesa. 
• Si al terminar la porción servida cree que todavía tiene hambre, deje pasar algunos minutos distrayéndose con alguna actividad y lávese los dientes: dele tiempo a las señales internas de saciedad que tardan aproximadamente 25 a 30 minutos en actuar 
• A veces quedarse con un poco de apetito significa estar bajando de peso, pero quedarse con “mucha hambre” podría poner en peligro su tratamiento para adelgazar (puede llevar a la impulsividad (“atracón”) por las comidas. Por eso respete el desayuno, almuerzo, merienda y cena y si va a pasar más de 4 a 5 horas sin comer utilice una colación (alimento con pocas calorías). 
• Los vegetales y frutas son su mejor aliado, inclúyalos en todas las comidas. 
• Cuando quiera almorzar o cenar solamente una ensalada, además de una buena
cantidad de verduras incluya pequeñas porciones de proteínas: clara de huevo cocida, pollo (pechuga), carne magra, atún, kani kama, queso sin grasa. 
• Consuma siempre líquidos sin calorías: preferentemente agua o soda sola o con jugo de limón. 
• Las infusiones (té, café, mate) mejor si no tiene el agregado de endulzantes. El azúcar tienen muchas calorías: una cucharita tamaño té con azúcar tiene 20 calorías. 
• Si va a beber vino use el método de las 2 copas: una siempre llena de agua o soda que toma a grandes sorbos y la otra hasta la mitad con vino, evite beber en pequeños sorbos durante toda la comida. 
• Evitar distraerse con lecturas, computación o televisión mientras come, siempre coma sentado a la mesa. 
• Evitar comer directamente desde un envase. Sírvase la porción que va a comer en taza o plato. Hay que mirar la cantidad de lo que estamos comiendo. 
• Para cocinar elija el rocío vegetal. No consuma más de 2 cucharas chicas de aceite por día. 
• Preferir condimentar con vinagre, aceto balsámico, jugo de limón o salsa de soja. 
• Utilizar cortes magros de carne y recortar toda la grasa visible, preferentemente antes de la cocción. Quite la piel del pollo antes de cocinarlo. Utilice jugo de limón, condimentos (mostaza por ejemplo) e hierbas a gusto. Si usa carnes picadas, compre el trozo entero de carne magra y hágala picar. Para realizar hamburguesas caseras o pan de carne, utilice claras de huevo para unir, salvado de avena y condimentos a gusto. 
• La alimentación debe ser variada, baja en grasas, azúcares y almidones (pastas, pan, galletitas, arroz, (harinas en general) y rica en fibras (vegetales, frutas), los lácteos deben ser descremados y las carnes magras (sin grasa).

El desafío:
El gran desafío es que todas las personas reflexionen sobre la importancia que la alimentación tiene o puede tener para sus vidas dado que una adecuada alimentación se asocia con un aumento de la esperanza de vida y una marcada reducción del riesgo de muchas de las enfermedades (enfermedades cardiacas, diabetes, algunos tipos de cáncer, entre otras) no pierda esta oportunidad.

01 de Marzo - Félix III (II)

Félix III (II), Santo
XLVIII Papa, 01 de Marzo

Martirologio Romano: En la basílica de San Pablo de Roma, en la vía Ostiense, san Félix III (II), papa, que fue antepasado del papa san Gregorio I Magno (492).
Etimológicamente: Félix = Aquel que es feliz, es de origen latino.

Nace de una familia senatorial romana, y se dice que es descendiente de San Gregorio el Magno. Sobre la vida de Félix nada se conoce con certeza hasta que en 483 sucede a San Simplicito en la Cátedra de San Pedro. En este tiempo la Iglesia estaba en medio de su largo conflicto con la herejía de Eutiques. El año anterior el Emperador Zenón decreta el Henoticon (o instrumento de unión), donde declara que ningún símbolo de la fe debe de ser recibido, exceptuando el de Nicea con las adiciones del 381. Lo hizo según las sugestiones de Acacio, el perfidioso Patriarca de Constantinopla. El edicto trataba de sellar la reconciliación entre los católicos y los eutiquianitas, pero causa más conflictos que nunca y divide la Iglesia Oriental en tres o cuatro facciones.
Mientras los Católicos en todas partes rechazaban el edicto, el Emperador removía a los Patriarcas de Antioquia y Alejandría de sus Sedes. Pedro el Batanero, un notorio hereje, nuevamente infringe en la Sede de Antioquia, y Pedro III (“Peter Mongus”), quien era el verdadero causante de las dificultades durante el pontificado de Félix, tomaba la sede de Alejandría. En su primer sínodo Félix excomulga a Pedro el Batanero, al que Acacio ya había condenado en un sínodo en Constantinopla. En 484, Félix excomulga a Pedro III, acto que causa un cisma entre Occidente y Oriente que no fue sanado por treinta y cinco años. Este Pedro, siendo oportunista y de ingeniosa disposición, se congracia con el emperador y con Acacio, al suscribirse al Henoticon. Y para el desagrado de muchos obispos Acacio nuevamente lo admite en comunión.
Félix, habiendo convenido un sínodo, envía legados al emperador y a Acacio, pidiéndoles que expulsaran a Pedro III de Alejandría y que Acacio personalmente fuera a Roma a explicar su conducta. Los legados fueron detenidos y encarcelados. Posteriormente, incitados mediante amenazas y promesas, entran en comunión con los herejes al distintivamente mencionar el nombre de Pedro III en la lectura de los trisagios litúrgicos. Cuando Simeón, uno de los monjes de Acaemeti, informa en Roma la traición, Félix convoca un sínodo de setenta y siete obispos en la Basílica de Letrán, donde Acacio y los legados papales son excomulgados. Apoyado por el emperador, Acacio ignora la excomunión, remueve el nombre del Papa de los trisagios litúrgicos y permanece en su Sede hasta su muerte, evento que sucede uno o dos años después.
Flaviano, su sucesor, envía mensajeros a Félix asegurándole que no estaría en comunión con Pedro III. Pero al Papa percatarse que esto no era cierto, continua el cisma. Eutimio, el sucesor de Flaviano, al morir Pedro III también procura la comunión con Roma. Pero el Papa se rehúsa, ya que Eutimio no removía los nombres de sus dos predecesores de los trisagios litúrgicos. Este cisma, conocido como el cisma de Acacio, no fue sanado hasta el 518 durante el reino de Justiniano.
En África los vándalos arrianos, Genserico y su hijo Hunerico, han perseguido la Iglesia por más de 50 años y expulsan a muchos católicos al exilio. Cuando se restaura la paz, muchos de aquellos que por temor cayeron en la herejía y habían sido rebautizados por los arrianos deseaban retornar a la Iglesia. Al ser rechazados por los que estuvieron firmes, apelaron a Félix. En 487 este convoca un sínodo y envía una carta a los obispos de África estipulando las condiciones para el retorno de estos. Félix muere el 492, habiendo reinado ocho años, once meses y veintidós días.
Tradicionalmente se le da el número de orden III entre los papas llamados Félix, pero se trata en realidad del II, puesto que el antipapa Félix II (año 365) no tiene derecho a figurar en el número de la sucesión. Como al antipapa Félix II se lo ha retirado de las listas en fecha relativamente recientemente, se prefiere seguir nombrando a éste como Félix III (II) para evitar confusiones al consultar listados más antiguos.

Daniel 14


1 El rey Astiages fue a reunirse con sus padres y le sucedió Ciro, el Persa.
2 Daniel era comensal del rey y más estimado que ningún otro de sus amigos. Daniel y los sacerdotes de Bel
3 Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel, en el que se gastaban diariamente más de seiscientos kilos de flor de harina, cuarenta ovejas y más de doscientos litros de vino.
4 El rey también lo adoraba y todos los días iba a venerar al ídolo. En cambio, Daniel adoraba a su Dios
5 Le dijo el rey: «¿Por qué no adoras a Bel?» El respondió: «Porque yo no venero a ídolos hechos por mano del hombre, sino sólo al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y que tiene poder sobre todo viviente.»
6 El rey le dijo: «¿Crees que Bel no es un Dios vivo?, ¿no ves todo lo que come y bebe a diario?
7 Daniel se echó a reír y dijo: «No te engañes, rey; ese ídolo por dentro es de barro, y por fuera, de cobre, y no ha comido jamás.»
8 Al escucharlo el rey se enojó, mandó llamar a sus sacerdotes y les dijo: «Si no me dicen quién es el que come por todo este dinero, morirán; pero si demuestran que el que lo come es Bel, morirá Daniel, por haber blasfemado contra Bel.»
9 Daniel dijo al rey: «Que se haga como has dicho.» Los sacerdotes de Bel eran setenta, sin contar las mujeres y los niños
10 El rey se dirigió, pues, con Daniel al templo de Bel
11 y los sacerdotes de Bel le dijeron: «Nosotros vamos a salir de aquí; tú, rey, manda poner la comida y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo; si mañana por la mañana, cuando vuelvas, encuentras que Bel no se lo ha comido todo, moriremos; en caso contrario, morirá Daniel, que nos ha calumniado.
12 Ellos estaban tranquilos, porque se habían hecho una entrada secreta debajo de la mesa y por ahí penetraban siempre y venían a comerse las ofrendas.
13 En cuanto salieron y el rey mandó poner la comida ante Bel,
14 Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la desparramaran por todo el suelo del templo, sin más testigos que el rey. Luego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo real y se fueron.
15 Los sacerdotes vinieron por la noche, como de costumbre, con sus mujeres y sus hijos, y se lo comieron y bebieron todo
16 El rey se levantó muy temprano y Daniel también.
17 El rey preguntó a Daniel: «¿Están intactos los sellos?» «Intactos», respondió él.
18 En cuanto abrieron la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y en ti no hay engaño!»
19 Daniel se puso a reír y, deteniendo al rey para que no pasara más adentro, le dijo: «Mira, mira el pavimento y observa de quién son esas pisadas.»
20 Veo huellas de hombres, de mujeres y de niños», dijo el rey
21 Se enojó muchísimo y mandó detener a los sacerdotes con sus mujeres y sus hijos. Ellos le mostraron entonces las puertas secretas por las que entraban a apoderarse de lo que había en la mesa.
22 Entonces el rey mandó matarlos a todos y entregó Bel a Daniel, que lo destruyó juntamente con su templo.
23 Había también un gran dragón que los habitantes veneraban.
24 Y dijo el rey a Daniel: «Al menos de éste no dirás que es de bronce; mira, está vivo y come y bebe; no negarás que es un dios viviente.
25 Adóralo, pues.» Respondió Daniel: «Yo adoro al Señor, mi Dios, porque él es un Dios vivo. Dame autorización y yo mataré a este dragón sin espada ni palo.»
26 El rey le dijo: «Puedes hacerlo.»
27 Entonces Daniel tomó resina, grasa y pelos y lo coció junto, hizo unas bolas y las metió en el hocico de la serpiente, que reventó en cuanto las tragó. Y Daniel dijo: «Esto es lo que ustedes adoraban.
28 Al enterarse los babilonios de esto, se indignaron y se amotinaron contra el rey, diciendo: «El rey se ha hecho judío, destruyó a Bel, mató a la serpiente, y suprimió a los sacerdotes.»
29 Se presentaron luego al rey y le dijeron: «Entréganos a Daniel; si no, te mataremos a ti y a todos los tuyos.
30 Entonces el rey, al verse en peligro por su violencia, se vio obligado a entregarles a Daniel.
31 Ellos lo echaron en el foso de los leones, donde estuvo seis días.
32 En ese foso había siete leones a los que daban diariamente dos cuerpos humanos y dos ovejas; pero entonces no les dieron nada con el fin de que devoraran a Daniel
33 Vivía en ese tiempo en Judea el profeta Habacuq; éste acababa de preparar un guiso y de picar pan en un plato, y se dirigía al campo para llevárselo a los segadores.
34 Pero el ángel del Señor dijo a Habacuq: «Lleva la comida que preparaste a Babilonia, para Daniel, que está en el foso de los leones.
35 Habacuq dijo: «Señor, jamás he visto Babilonia y no sé dónde está el foso.»
36 Pero el ángel del Señor lo tomó por la cabeza y llevándolo de los cabellos lo puso en Babilonia, junto al foso, con la rapidez de un espíritu.
37 Habacuq gritó: «Daniel, Daniel, toma la comida que te manda Dios.»
38 Daniel exclamó: «Oh Dios, te acordaste de mí y no has desamparado a los que te aman.»
39 Luego se levantó y se puso a comer, mientras el ángel del Señor llevaba a Habacuq al lugar en que estaba primero.
40 El séptimo día vino el rey a llorar a Daniel; se acercó al foso, miró y vio a Daniel sentado allí.
41 Entonces gritó con entusiasmo: «Grande eres tú, Señor, Dios de Daniel, y no hay otro Dios fuera de ti.»
42 Y mandó sacar del foso a Daniel, y arrojar allí a los que buscaban su muerte, que en su presencia fueron devorados al instante.

Luchando por tus sueños


Todos en la vida tenemos sueños. Unos son realistas y alcanzables, otros no. Unos se logran, otros no. A veces soñamos despiertos, otras, dormidos. Hay sueños que nacen en el corazón de Dios, otros en nuestro propio corazón y con motivaciones personales. Y los que son nacidos en el corazón de Dios son transmitidos a aquellos que están en intimidad con Él y con un propósito específico de Dios.
Jeremías 29:11. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Dios, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Mantente luchando por tus sueños.
A principios del siglo XX, el industrial dinámico Henry Ford, se paró frente a sus empleados y prometió hacer posible que la familia estadounidense promedio accediera al transporte automotor. La gente se rió en voz alta, sin embargo 15 años más tarde, millones de automóviles Modelo T de Ford habían sido comprados y vendidos a un costo de $290 cada uno.
En la década de los 40 un joven evangelista llamado Billy Graham tuvo un sueño radical. El y unos cuantos compañeros de la universidad  imaginaron estadios repletos, donde la gente alejada de Dios pudiera oír la proclamación del evangelio. Millones de personas  han oído predicar en vivo a Billy Graham, y más de mil millones lo han escuchado presentar el evangelio por televisión y radio.
En el año 1963, el Dr. Martín Luther King, hijo, se puso de pie en los escalones del monumento a la memoria de Lincoln en Washington, D.C., y pintó un cuadro de un mundo sin prejuicios, odio o racismo. Tengo un sueño de que mis 4 hijos un día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter. Aun cuando el Dr. King fue cruelmente asesinado, su sueño continuó vivo. Casi 40 años después su pasión guía a la nación mientras caen las barreras raciales.
Todos estos personajes se mantuvieron luchando por sus sueños.
¿Estás luchando por tus sueños?
Es vital Escuchar a Dios. Él es el Dios de todo saber y Él te mostrará el camino que debas tomar para luchar por tus sueños. Además el buscar consejo es sabio, pues en la multitud de consejeros hay victoria.
Establece metas donde especifiques lo que quieres hacer, que pasos vas a dar, poniendo fechas, nombres de personas que te apoyarán, etc. Y comienza poco a poco, sin desesperarte y al final verás tu sueño realizado y te animo a que lo celebres con acción de gracias.
A los justos les será dado lo que desean. Proverbios 10:24, Cercano está El Señor a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. Salmos 145: 18,19.
Mantente luchando por tus sueños. Si estos vienen de Dios, lucha, visiona, prosigue a la meta, y camina con la seguridad de que Todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Habrá momentos difíciles pero verás con gozo el fruto de tu sueño. Jesucristo pagó un gran precio, fue maltratado, despreciado, herido, y murió, pero su sueño y obediencia al Padre, lograron comprar la salvación de la humanidad. Y al final podrás decir: Hasta aquí me ayudó Dios.
Dios te bendiga, AVdeC

Evangelio del Martes 01 de Marzo

Día Litúrgico: Martes III (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mt 18,21-35): En aquel tiempo, Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
»Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. 
»Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes’. Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: ‘Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré’. Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: ‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’. Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano».

«Movido a compasión (...) le perdonó la deuda»

Comentario: Rev. D. Enric PRAT i Jordana (Sort, Lleida, España)

Hoy, el Evangelio de Mateo nos invita a una reflexión sobre el misterio del perdón, proponiendo un paralelismo entre el estilo de Dios y el nuestro a la hora de perdonar.
El hombre se atreve a medir y a llevar la cuenta de su magnanimidad perdonadora: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» (Mt 18,21). A Pedro le parece que siete veces ya es mucho o que es, quizá, el máximo que podemos soportar. Bien mirado, Pedro resulta todavía espléndido, si lo comparamos con el hombre de la parábola que, cuando encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios, «le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes’» (Mt 18,28), negándose a escuchar su súplica y la promesa de pago.
Echadas las cuentas, el hombre, o se niega a perdonar, o mide estrictamente a la baja su perdón. Verdaderamente, nadie diría que venimos de recibir de parte de Dios un perdón infinitamente reiterado y sin límites. La parábola dice: «Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda» (Mt 18,27). Y eso que la deuda era muy grande.
Pero la parábola que comentamos pone el acento en el estilo de Dios a la hora de otorgar el perdón. Después de llamar al orden a su deudor moroso y de haberle hecho ver la gravedad de la situación, se dejó enternecer repentinamente por su petición compungida y humilde: «Postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión...» (Mt 18,26-27). Este episodio pone en pantalla aquello que cada uno de nosotros conoce por propia experiencia y con profundo agradecimiento: que Dios perdona sin límites al arrepentido y convertido. El final negativo y triste de la parábola, con todo, hace honor a la justicia y pone de manifiesto la veracidad de aquella otra sentencia de Jesús en Lc 6,38: «Con la medida con que midáis se os medirá».

domingo, 28 de febrero de 2016

Los lentes de sol adquiridos en la calle son perjudiciales


Son baratos y atractivos, pero desde el punto de vista de la salud, pueden acabar costando muy caro. Los lentes de sol que se compran en mercados callejeros no sólo no protegen la vista, sino que pueden aumentar el daño, advirtió recientemente el Consejo Argentino de Oftalmología. 
Los anteojos oscuros crean un efecto de cámara oscura que dilata la pupila y, al carecer de filtros para rayos ultravioletas, terminan haciendo que la vista sea más afectada por la radiación UV. 
Para entender este efecto, se puede “dar forma de tazas a ambas manos y colocarlas sobre los ojos”, explicó el oftalmólogo Dr. Ernesto Ferrer, ex-presidente y asesor del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino de Oftalmología. 
“Al abrir los ojos estará un espacio oscuro similar al que producen los lentes para sol no controlados. Esto produce dilatación de ambas pupilas, lo que produce mayor penetración de luz ultravioleta al interior del ojo”. 

Hasta tumores
“Los rayos ultravioletas afectan la piel y lógicamente los ojos, produciendo desde una irritación pasajera a tumores malignos”, señaló el Dr. Ferrer. 
“En el ojo esta radiación afecta la conjuntiva, produciendo irritación y tumores; la córnea, el cristalino y hasta la retina”. 
Ferrer aclaró que los niños también deben usar anteojos de sol adecuados cuando están en la playa, en el campo o andan por lugares expuestos a la radiación ultravioleta. 
“La irradiación requiere protección a toda edad y lógicamente a los más sensibles, los niños y las personas mayores”, afirmó el experto. 
Además, también debe tenerse en cuenta la coloración del lente, ya que no son lo mismo las gafas de sol para la nieve que las que se usan para la arena porque la radiación es diferente. 
Gran parte de los rayos UV son filtrados por la capa de ozono, por lo que daños en esta capa afectan la intensidad de la radiación que llega a la superficie. Los rayos UV también son filtrados también por la atmósfera por lo que la radiación aumenta a mayor altura. 
“No es lo mismo la irradiación a nivel del mar que a los 5.000 metros de altitud, y además se observa mayor concentración a medida que nos acercamos al Ecuador”, señaló. 
Entender de nanómetros
El oftalmólogo advirtió que “los anteojos de sol, aunque no tengan aumento, deben ser adquiridos en una óptica porque están hechos especialmente con los filtros de rayos UV adecuados”.
Ferrer recomienda tener la menor exposición solar posible, estar atentos a la información de los porcentajes de UV que se emite por los medios de comunicación, usar protectores solares del nivel indicado en cada zona y usar lentes de sol obtenidos en negocios de venta de productos de óptica. Algo fundamental, para el experto, es solicitar en estos comercios las garantías necesarias y exigir lentes de calidad sin aberraciones. 

¿En qué debemos fijarnos al comprar anteojos de sol?
La radiación es medida por su longitud de onda en nanómetros. Un nanómetro (nm) es la millonésima parte de un milímetro. La luz visible va aproximadamente de los 400 a los 700 nm y la ultravioleta de los 100 a los 400. 
Para que los anteojos protejan contra los tipos más dañinos de radiación ultravioleta, “los lentes deben tener constancias de protección UVB, UVC, entre 290-320 nm”, explicó Ferrer. 
“La gente desconoce la peligrosidad de los lentes que se venden en la vía pública. Creen que hacen un negocio pero están comprometiendo seriamente su vista”, advirtió el oftalmólogo.

28 (29) de Febrero - Hilario

Hilario, Santo
XLVI Papa, 28 (29) de Febrero

Martirologio Romano: En Roma, en la vía Tiburtina, sepultura de san Hilario, papa, que escribió cartas sobre la fe católica, con las que confirmó los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia, enalteciendo el primado de la Sede Romana (468).
En los años bisiestos se celebra el día 29 en lugar del 28.

Hilario, natural de Cerdeña. Cuando sólo era diácono tuvo una intervención muy especial en el concilio de Éfeso actuando como legado del papa San León Magno, en el 449. No firma la deposición de San Flaviano, patriarca de Constantinopla. Tan mal se pusieron las cosas en aquél concilio – el del latrocinio– que llegó a temer las iras de los adversarios y huyó llevando la apelación de Flaviano al papa. (Este texto se descubrió en el 1882). Desde Roma escribe a la emperatriz Pulquería dándole información precisa de lo ocurrido. También intervino en la cuestión controvertida entre griegos y latinos sobre la fijación de la fecha común para celebrar la fiesta de la Pascua.
Hilario sucedió al papa san León en la Sede de san Pedro a finales del 461. Y en los siete años que duró su pontificado gobernó la Iglesia dedicándose por entero y con firmeza a asentar principios teóricos y prácticos en materia de disciplina y jurisdicción. Era la puesta en marcha de ese funcionamiento interno que la Iglesia había de ir tejiendo en el tiempo buscando el bien de los pastores y de los fieles y para la mejor difusión del Evangelio. De modo especial hubo de intervenir en la corrección de abusos por parte de altos eclesiásticos en las Galias, como es el caso del obispo Hermes, usurpador de la sede narbonense, sin mediación del arzobispo Leoncio. También tomó decisiones en el caso de Mamerto, en Viena, que consagraba obispos sin conocimiento del metropolitano. Y para no ser menos, corrigió igualmente abusos cometidos en España, en la provincia Tarraconense, donde algún obispo abandonó a su grey y fijó arbitrariamente su residencia en lugar diferente, algún otro interfería en labores pastorales ajenas y además existían consagraciones ilegales de obispos. El deseo que el papa expresa en la carta dirigida a Leoncio es trabajar "en pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor, procuraré que nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se esfuercen en promover la causa de Cristo".
En estos asuntos solía usar una forma colegiada de gobernar inclinándose a promover encuentros de obispos, más o menos numerosos, que le asesoraran sobre las cuestiones difíciles, le ayudaran a mirar cada problema desde distintos ángulos y le proporcionaran elementos de juicio suficientes para poder tomar decisiones justas con el ministerio y con las personas.
En Roma fomentó el culto, edificó capillas en la basílica constantiniana de Letrán, construyó un monasterio dedicado a san Lorenzo y dejó testimonio de la devoción agradecida que profesó al Apóstol y evangelista san Juan a quien atribuyó siempre la gracia de haber sido librado de la ira de los hombres, cuando el Latrocinio de Éfeso.
Murió el último día de febrero del año 468.
San Hilario conocía bien al hombre; ese espíritu humano que es proclive a pactar con la soberbia, la comodidad, el afán de poder y el bien que reportan las riquezas; eso tan común de lo que no están exentos ni los jerarcas de ayer, ni los de hoy. Su fortaleza de entonces con disposiciones claras, supongo que ayudará a los que profetizan, santifican y mandan a estar bien vigilantes en su esfuerzo personal de fidelidad al Evangelio. De ese modo no hay peligro de que el servicio a la Iglesia que comporta el ministerio se pervierta convirtiéndose en instrumento de lucro personal.

Daniel 13


1 Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín.
2 Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, muy bella y temerosa de Dios;
3 sus padres eran justos y habían educado a su hija según la Ley de Moisés. Joaquín era muy rico.
4 Tenía un jardín junto a su casa, y los judíos acudían donde él porque gozaba de gran estima entre todos.
5 Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos escogidos entre el pueblo. En ellos se verificó lo que dijo el Señor: «La corrupción ha salido de Babilonia, de los ancianos que hacían de jueces y que parecían guiar al pueblo».
6 Estos dos ancianos venían a menudo a casa de Joaquín, y todos los que tenían algún pleito se dirigían a ellos.
7 Cuando a mediodía ya todo el mundo se había retirado, Susana iba a pasear por el jardín de su marido.
8 Los dos ancianos, que la veían ir a pasear todos los días, empezaron a desearla.
9 Perdieron la cabeza, dejando de mirar al Cielo y olvidando sus justos juicios
10 Los dos estaban apasionados de ella, pero sin manifestarse el uno al otro su pasión
11 porque tenían vergüenza de descubrir el deseo que tenían de pecar con ella
12 y trataban afanosamente de verla todos los días.
13 Un día, después de decirse mutuamente: «Vamos a casa, porque es hora de comer», salieron y se fueron cada uno por su lado.
14 Pero ambos volvieron sobre sus pasos y se encontraron de nuevo en el mismo sitio. Entonces se preguntaron el uno al otro el motivo, se confesaron su pasión y decidieron buscar el momento en que pudieran sorprender a Susana a solas
15 Mientras estaban esperando la ocasión favorable, Susana entró un día en el jardín, como los días anteriores, acompañada solamente de las sirvientas jóvenes, y como hacía calor, quiso bañarse en el jardín.
16 Allí no había nadie excepto los dos ancianos que estaban espiando escondidos.
17 Susana dijo a sus criadas: «Tráiganme jabón y perfume y cierren las puertas del jardín para poder bañarme.»
18 Ellas obedecieron, cerraron las puertas del jardín y salieron por la puerta lateral para traer lo que Susana había pedido. No sabían que los ancianos estaban escondidos
19 En cuanto salieron las sirvientas, los dos ancianos se levantaron y fueron corriendo donde ella.
20 Y le dijeron: «Las puertas del jardín están cerradas y nadie nos ve. Nosotros estamos llenos de pasión por ti; consiente y entrégate a nosotros.
21 Si no lo haces, juraremos que un joven estaba contigo y que por eso habías despedido a tus criadas.
22 Susana exclamó gimiendo: «Me encuentro sitiada por todos lados. Si consiento, es como morir; si no consiento, no me libraré de las manos de ustedes.
23 Pero prefiero caer en manos de ustedes sin pecar, antes que pecar delante del Señor.
24 Y Susana se puso a gritar muy fuertemente. Los dos ancianos gritaron también contra ella,
25 y uno de ellos corrió a abrir las puertas del jardín.
26 Al oír estos gritos en el jardín, las gentes de la casa se precipitaron por la puerta lateral para ver qué pasaba.
27 Y cuando los ancianos contaron su historia, los sirvientes se sintieron muy avergonzados, porque jamás se había dicho de Susana cosa semejante
28 A la mañana siguiente, cuando el pueblo se reunió en casa de Joaquín, su marido, llegaron allá los dos ancianos, llenos de pensamientos perversos contra Susana, para hacerla condenar a muerte.
29 Y dijeron en presencia del pueblo: «Manden a buscar a Susana, hija de Jilquías, la esposa de Joaquín.»
30 La mandaron a buscar. Y ella compareció acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes.
31 Susana era muy fina y de gran belleza.
32 Tenía puesto el velo, pero aquellos miserables ordenaron quitárselo para saciarse de su hermosura.
33 Todos los suyos lloraban, y también todos los que la veían
34 Los dos ancianos, levantándose en medio del pueblo, pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.
35 Ella levantó llorando los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en el Señor
36 Los ancianos dijeron: «Mientras nosotros paseábamos solos por el jardín, entró ésta con dos criadas. Cerró las puertas y despidió a las criadas.
37 Entonces se le acercó un joven que estaba escondido y pecó con ella.
38 Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver esta maldad, fuimos corriendo hacia ellos.
39 Los pillamos juntos, pero a él no lo pudimos atrapar porque era más forzudo que nosotros y, abriendo la puerta, se escapó.
40 Entonces la apresamos y le preguntamos quién era ese joven
41 y no quiso decirlo. Somos testigos de todo esto. La asamblea los creyó, ya que eran ancianos y jueces del pueblo, y la condenaron a muerte.
42 Entonces Susana exclamó con voz fuerte: «Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo sabes antes que suceda,
43 tú sabes que éstos me han levantado un falso testimonio. Mira que voy a morir sin haber hecho nada de lo que su maldad ha planeado contra mí.
44 El Señor escuchó su voz y cuando la llevaban a la muerte,
45 Dios despertó el santo espíritu de un jovencito llamado Daniel,
46 que se puso a gritar: «Yo soy inocente de la muerte de ésta.»
47 Todo el pueblo se volvió a él y le dijo: «¿Qué significa todo eso que has dicho?
48 El, de pie en medio de ellos, respondió: «¿Tan torpes son, hijos de Israel, que condenan sin averiguación y sin evidencia a una hija de nuestro pueblo?
49 Vuelvan al tribunal, porque el testimonio que éstos han levantado contra ella es falso.
50 Todo el pueblo se apuró en volver allá y los ancianos dijeron a Daniel: «Ven a sentarte con nosotros y dinos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la sabiduría de los ancianos.
51 Daniel les dijo entonces: «Sepárenlos lejos a uno del otro y yo los interrogaré.»
52 Una vez que los separaron, Daniel llamó a uno de ellos y le dijo: «Envejecido en la maldad, ahora vas a pagar los crímenes de tu vida pasada.
53 Tú dictabas sentencias injustas, condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, cuando el Señor ha dicho: «No harás morir al inocente justo».
54 Así, pues, si tú lo has visto, dinos debajo de qué árbol los viste entretenerse juntos.» Respondió él: «Bajo una acacia.
55 Y Daniel contestó: «Verdaderamente te has condenado con esta mentira, pues ya el ángel de Dios ha recibido de él la sentencia y viene a partirte por medio.
56 Después que despidió a éste, Daniel mandó traer al otro y le dijo: «Raza de Canaán, no de Judá; la hermosura te ha hechizado y la pasión corrompió tu corazón.
57 Así trataban a las mujeres de Israel, y ellas por miedo condescendían con ustedes. Pero una hija de Judá no soportó la maldad de ustedes.
58 Dime ahora debajo de qué árbol los sorprendiste juntos» El respondió: «Bajo una encina.
59 Dijo Daniel: «Tú también has mentido, para mal tuyo: el ángel del Señor ya está esperando, espada en mano, para partirte por el medio y acabar con ustedes.
60 Entonces toda la asamblea exclamó en alta voz bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él.
61 Luego se levantaron contra los dos ancianos que Daniel convenció de falso testimonio por sus propias declaraciones,
62 les dieron muerte para cumplir la ley de Moisés y ese día se salvó una vida inocente
63 Jilquías y su esposa dieron gracias a Dios por su hija Susana, lo mismo que su marido y todos sus parientes, por el hecho de que nada indigno se había hallado en ella.
64 Y desde aquel día en adelante, Daniel fue grande a los ojos del pueblo.

¿Hacemos lo que queremos?

Tenemos un día o una semana por delante. Pensamos y deseamos hacer muchas cosas. Pasa el tiempo. Constatamos que no hemos realizado muchos proyectos planeados. ¿Por qué?
El motivo es sencillo: porque no siempre hacemos lo que queremos. Parece extraño, pero la voluntad “decide” una cosa, y al final hacemos otra...
Así, habíamos planeado ir un día al mercado para comprar más barato, pero al final nos quedamos en casa para terminar un crucigrama. O decidimos levantarnos temprano el domingo para visitar a un familiar enfermo, y no lo hicimos porque nos venció el peso de las mantas.
Gracias a Dios, en otras ocasiones sí llevamos a cabo nuestros proyectos, incluso después de superar dificultades serias. Porque no es imposible que venzamos el cansancio para cumplir una promesa buena a un familiar o amigo.
¿Qué ocurre en unos casos y qué ocurre en otros? Cuando la pereza nos arrulla, cuando la ambición nos absorbe, cuando el miedo nos paraliza, cuando las presiones externas nos atan, es fácil que no hagamos lo que queremos.
Al revés, cuando el amor es fuerte y vivo, cuando la voluntad se forja con renuncias concretas y con firmezas sanas, cuando el corazón está decidido a hacer el bien cueste lo que cueste, entonces somos capaces de hacer lo que queremos.
Dicen que el infierno está tapizado de buenas intenciones, de deseos irrealizados, de voluntades débiles. Al revés, el cielo es de los esforzados y valientes, de los que optan por la verdad, la justicia, el bien y la belleza.
Ante mis ojos y mi corazón empieza un nuevo día. Será un día hermoso si tengo buenos propósitos y si mi voluntad está firme. Será un día santo si me abro a Dios, si escucho su Palabra, y si dejo que ilumine y sostenga cada uno de mis proyectos y decisiones... FP

Evangelio del Lunes 29 de Febrero

Día Litúrgico: Lunes III (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Lc 4,24-30): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente reunida en la sinagoga de Nazaret: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

«Ningún profeta es bien recibido en su patria»

Comentario: Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE (Cobourg, Ontario, Canadá)

Hoy, en el Evangelio, Jesús nos dice «que ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Jesús, al usar este proverbio, se está presentando como profeta.
“Profeta” es el que habla en nombre de otro, el que lleva el mensaje de otro. Entre los hebreos, los profetas eran hombres enviados por Dios para anunciar, ya con palabras, ya con signos, la presencia de Dios, la venida del Mesías, el mensaje de salvación, de paz y de esperanza.
Jesús es el Profeta por excelencia, el Salvador esperado; en Él todas las profecías tienen cumplimiento. Pero, al igual que sucedió en los tiempos de Elías y Eliseo, Jesús no es “bien recibido” entre los suyos, pues son estos quienes llenos de ira «le arrojaron fuera de la ciudad» (Lc 4,29). 
Cada uno de nosotros, por razón de su bautismo, también está llamado a ser profeta. Por eso:
1º. Debemos anunciar la Buena Nueva. Para ello, como dijo el Papa Francisco, tenemos que escuchar la Palabra con apertura sincera, dejar que toque nuestra propia vida, que nos reclame, que nos exhorte, que nos movilice, pues si no dedicamos un tiempo para orar con esa Palabra, entonces sí seremos un “falso profeta”, un “estafador” o un “charlatán vacío”.
2º Vivir el Evangelio. De nuevo el Papa Francisco: «No se nos pide que seamos inmaculados, pero sí que estemos siempre en crecimiento, que vivamos el deseo profundo de crecer en el camino del Evangelio, y no bajemos los brazos». Es indispensable tener la seguridad de que Dios nos ama, de que Jesucristo nos ha salvado, de que su amor es para siempre. 
3º Como discípulos de Jesús, ser conscientes de que así como Jesús experimentó el rechazo, la ira, el ser arrojado fuera, también esto va a estar presente en el horizonte de nuestra vida cotidiana.
Que María, Reina de los profetas, nos guíe en nuestro camino.

sábado, 27 de febrero de 2016

28 de Febrero - Timoteo Trojanowski

Timoteo Trojanowski, Beato
Presbítero y Mártir, 28 de Febrero

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato Timoteo (Stanislaw Tymoteusz) Trojanowski, presbítero de la Orden de los Frailes Menores Conventuales y mártir, que, durante la ocupación militar de su patria, por haber confesado la fe cristiana consumó su martirio destrozado por los suplicios (1942). 
Fecha de beatificación: 13 de junio de 1999 por el Papa Juan Pablo II junto a otros 107 mártires polacos.

Religioso que profesó entre los Franciscanos Conventuales en 1930. 
Trabajaba en el convento de Niepokalanów, en el reparto de los periódicos franciscanos y en la enfermería. Era muy dado a la oración y a la práctica de la caridad. 
Arrestado el 14 de octubre de 1941, fue deportado al campo de exterminio de Auschwitz; de él dice un testigo: «Fray Timoteo soportaba con fortaleza el hambre, el frío y el duro trabajo. No se desalentaba, no perdía el ánimo. Consolaba y exhortaba a la confianza en la protección divina a los prisioneros laicos que trabajaban con nosotros».
Por las durísimas condiciones de la prisión, a los dos meses de permanencia en el campo contrajo una pulmonía y murió el 28 de febrero de 1942.

I Crónicas 5


1 Descendientes de Rubén, el primogénito de Israel. Rubén fue el primero en nacer, pero como profanó el lecho de su padre, su primogenitura fue entregada a los hijos de José, al hijo de Israel, y no fue inscrito en las genealogías como el primogénito.
2 Judá, en efecto, prevaleció entre sus hermanos y de él procede el Príncipe; pero la primogenitura pertenece a José.
3 Los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, fueron Henoc, Palú, Jesrón y Carmí.
4 El hijo de Joel fue Semaías; el hijo de Semaías, Gog; el hijo de Gog, Simei;
5 el hijo de Simei, Micá; el hijo de Micá, Reaías; el hijo de Reaías, Baal;
6 el hijo de Baal, Beerá, a quien Tiglat Piléser, rey de Asiria, llevó cautivo. Este era jefe de los Rubenitas.
7 Sus hermanos, agrupados por familias según sus genealogías, eran Ieiel, el primero, luego Zacarías,
8 y Belá, hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel. Estos habitaban en Aroer y se extendían hasta Nebo y Baal Meón.
9 También se extendían hacia el oriente, hasta el borde del desierto que limita con el río Éufrates, porque sus ganados se habían multiplicado en la tierra de Galaad.
10 En tiempos de Saúl combatieron contra los agareos, y estos cayeron en sus manos. Así ocuparon sus campamentos por toda la parte oriental de Galaad.
11 Los hijos de Gad habitaban frente a ellos en la tierra de Basán hasta Salcá.
12 Joel fue el primero que se estableció en Basán; Sefán, el segundo; luego lo hicieron Ianai y Safat.
13 Sus hermanos, agrupados por familias, fueron Micael, Mesulam, Sebá, Iorai, Iacán, Zía y Héber: siete en total.
14 Estos son los hijos de Abijáil, hijo de Jurí, hijo de Iaróaj, hijo de Guilad, hijo de Micael, hijo de Iesisai, hijo de Iajdó, hijo de Buz.
15 Así, hijo de Abdiel, hijo de Guní, era jefe de sus familias.
16 Ellos habitaban en Galaad, en Basán y sus poblados, y en todos los campos de pastoreo de Sarón, hasta sus confines.
17 Todos ellos fueron registrados en tiempos de Jotam, rey de Judá, y de Jeroboam, rey de Israel,
18 Los hijos de Rubén, los de Gad y la mitad de la tribu de Manasés, eran muy valientes, llevaban escudo y espada y manejaban el arco. Los que estaban adiestrados para la guerra formaban un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres.
19 Ellos combatieron contra los agareos, contra Ietur, Nafís y Nodab,
20 y Dios los ayudó, de tal manera que los agareos y todos los que estaban con ellos, cayeron en sus manos; en el combate invocaron a Dios y él les fue propicio, porque confiaban en él.
21 Así lograron capturar sus ganados –cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos– además de cien mil personas.
22 Como era Dios el que combatía a favor de ellos, dieron muerte a muchos enemigos y ocuparon su lugar hasta el exilio.
23 Los hijos de la mitad de la tribu de Manasés se establecieron en el país, desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y la montaña del Hermón. Ellos eran muy numerosos.
24 Estos son los jefes de sus familias: Efer, Isei, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Iajdiel, hombres valientes y jefes famosos de sus respectivas familias.
25 Pero fueron infieles al Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Dios había destruido delante de ellos.
26 Por eso, el Dios de Israel suscitó contra ellos a Pul, es decir, a Tiglat Pileser, y este deportó a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés, y los llevó a Jalaj, Jabor, Jará y al río Gozán, hasta el día de hoy.
27 Los descendientes de Leví fueron Gersón, Quehat, y Merarí.
28 Los hijos de Quehat fueron Amram, Ishar, Hebrón y Uziel.
29 Los hijos de Amram fueron Aarón, Moisés y Miriam. Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.
30 Eleazar fue padre de Pinjás; Pinjás fue padre de Abisúa;
31 Abisúa fue padre de Buquí; Buquí fue padre de Uzí;
32 Uzí fue padre de Zerajías; Zerajías fue padre de Meraiot;
33 Meraiot fue padre de Amarías; Amarías fue padre de Ajitub;
34 Ajitub fue padre de Sadoc; Sadoc fue padre de Ajimáas;
35 Ajimáas fue padre de Azarías; Azarías fue padre de Iojanán;
36 Iojanán fue padre de Azarías, el cual ejerció el sacerdocio en el Templo que Salomón edificó en Jerusalén;
37 Azarías fue padre de Amarías; Amarías fue padre de Ajitub;
38 Ajitub fue padre de Sadoc; Sadoc fue padre de Salúm;
39 Salúm fue padre de Jilquías; Jilquías fue padre de Azarías;
40 Azarías fue padre de Seraías ; Seraías fue padre de Iehosadac;
41 Iehosadac fue al destierro, cuando el Señor deportó a los habitantes de Judá y de Jerusalén por medio de Nabucodonosor.

Aborto y tolerancia


La tolerancia es una actitud mental y cívica por la que se soporta o permite un comportamiento o un modo de pensar que es distinto del nuestro.
En este sentido, todos tenemos algo de tolerantes. Si me molesta el humo de quien fuma a mi lado, lo “toleraré”, aunque también puedo alejarme de él con un poco de educación. Cuando me siento a comer con un amigo que mastica con la boca abierta, también tengo que ejercer la virtud de la tolerancia, y con un motivo mayor: es mi amigo.
Ser intolerante, en cambio, es vivir en una actitud de oposición más o menos radical respecto de aquellos que no piensan como nosotros, o que tienen comportamientos más o menos molestos o desagradables (siempre, claro está, dentro de unos límites). Tal actitud puede llevar a la calumnia o a la agresión física. A veces ha llevado al asesinato, a la eliminación del otro.
Un problema ya clásico es que la tolerancia no puede tolerar la intolerancia. O, mejor, no puede tolerar aquellas formas de intolerancia que implican violencia o daños morales a otras personas. Si la tolerancia dejase viva a la intolerancia, pronto el intolerante se haría fuerte, e impondría, como en tantos momentos de la historia, sus ideas por medio de la “ley de la fuerza”, por medio de una violencia insaciable.
En el tema del aborto, ¿cómo hay que aplicar la tolerancia? Los que defienden el aborto acusan a quienes van contra el aborto de ser intolerantes. Dicen que los “defensores de la vida” quieren imponer sus opiniones religiosas o quieren prohibir todo debate sobre el aborto, y, por lo tanto, son intolerantes.
Si estamos atentos, la oposición al aborto no coincide necesariamente con una idea religiosa, sino que es una idea civil, tan civil como que quienes defienden el aborto han nacido porque se les dejó nacer, aunque sus padres fuesen ateos. También el cristianismo declara que el robo es pecado, pero el estado no impone la moral cristiana al prohibir los robos: simplemente defiende un derecho natural de sus ciudadanos.
Igualmente, prohibir un debate sobre el aborto es tan natural como prohibir a un grupo racista tener una discusión pública organizada para pedir el exterminio de los que son de una raza concreta. La tolerancia, no hay que olvidarlo, no puede tolerar la intolerancia...
Conviene tener muy claro este principio: el que defiende el aborto promueve comportamientos que destruyen la vida de seres humanos que no han nacido, y que pueden dañar enormemente la psicología de la madre que aborta. Por lo mismo, el aborto es un comportamiento gravemente intolerante: no podemos tolerarlo. O, mejor, si queremos ser verdaderamente tolerantes, defensores de los derechos de todos, no podemos no oponernos al aborto, porque todo ser humano tiene derecho a la vida. Aunque ese derecho muchas veces sólo empieza a ser efectivo después del nacimiento, también es verdad que para nacer hay que estar antes unos meses en el seno de la madre (al menos mientras no se invente el embarazo “artificial”...).
En los debates sobre el aborto se razona muchas veces con más pasión que sentido común. Es necesario aclarar las cosas, y reconocer que un ser humano inicia su existencia en el momento de la concepción. Negarlo sería suponer (ya se ha hecho) que hay seres “prehumanos” que viven una serie de días, semanas o meses (según la conveniencia de la legislación abortista) en el seno de una mujer, y que un día, ¡gran milagro!, se convierten en niños de la especie “homo sapiens sapiens”.
Otros empiezan a inventar cifras sobre el aborto para presionar sobre su legalización. El modo de razonar es sumamente extraño. Imaginémoslo aplicado al tema de la delincuencia. “Si los robos al año son tantos millares, entonces podríamos legalizarlo para evitar que se cometa en formas dañinas e incontroladas... Además, muchos de esos robos son violentos, y legalizándolos se evitarían heridas e incluso muertes de las víctimas (o de los mismos ladrones)”.
Aunque se legalizase el robo (lo cual es absurdo), siempre seguiría habiendo robos clandestinos. Lo mismo ha pasado en países que han legalizado el aborto: no han eliminado nunca esos abortos a escondidas que son tan peligrosos para las mujeres (y para sus hijos), al mismo tiempo que han dañado enormemente toda la vida social al declarar legal y “derecho” la eliminación de seres humanos antes del nacimiento.
Hay que defender la sana tolerancia de los que hacen un mal uso de ella. Hay presuntas virtudes que, puestas en manos de los enemigos del hombre, se convierten en algo muy peligroso. No hay peor cosa que un criminal “científico” (y el miedo al terrorismo biológico nos lo ha recordado ampliamente). No hay peor intolerante que aquel que acusa de intolerantes a quienes defienden, de verdad, la vida de todo hombre antes que nacer. Lo peor de todo es que así se puede confundir lo que es la tolerancia con su sucedáneo puesto al servicio del crimen organizado, como el que se practica, hablemos claro, en las clínicas abortistas.
Una sociedad que ponga en discusión el derecho a la vida de sus ciudadanos, o la igualdad de derechos de los que tienen distinto sexo, raza o religión, pone en discusión los principios fundamentales que permiten nuestra convivencia. Pone en peligro su misma existencia como sociedad. Los derechos fundamentales no pueden ser objeto de discusión. Nos toca a todos defender tales derechos y promover una sociedad más humana, capaz de amparar la vida de todos, también de los no nacidos y de aquellas madres que se encuentren en dificultad. FP

Evangelio del Domingo 28 de Febrero

Día Litúrgico: Domingo III (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Lc 13,1-9): En aquel tiempo, llegaron algunos que contaron a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilatos con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo». 
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».

«Si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo»

Comentario: Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy, tercer domingo de Cuaresma, la lectura evangélica contiene una llamada de Jesús a la penitencia y a la conversión. O, más bien, una exigencia de cambiar de vida. 
“Convertirse” significa, en el lenguaje del Evangelio, mudar de actitud interior, y también de estilo externo. Es una de las palabras más usadas en el Evangelio. Recordemos que, antes de la venida del Señor Jesús, san Juan Bautista resumía su predicación con la misma expresión: «Predicaba un bautismo de conversión» (Mc 1,4). Y, enseguida, la predicación de Jesús se resume con estas palabras: «Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15). 
Esta lectura de hoy tiene, sin embargo, características propias, que piden atención fiel y respuesta consecuente. Se puede decir que la primera parte, con ambas referencias históricas (la sangre derramada por Pilatos y la torre derrumbada), contiene una amenaza. ¡Imposible llamarla de otro modo!: lamentamos las dos desgracias —entonces sentidas y lloradas— pero Jesucristo, muy seriamente, nos dice a todos: —Si no cambiáis de vida, «todos pereceréis del mismo modo» (Lc 13,5). 
Esto nos muestra dos cosas. Primero, la absoluta seriedad del compromiso cristiano. Y, segundo: de no respetarlo como Dios quiere, la posibilidad de una muerte, no en este mundo, sino mucho peor, en el otro: la eterna perdición. Las dos muertes de nuestro texto no son más que figuras de otra muerte, sin comparación con la primera.
Cada uno sabrá cómo esta exigencia de cambio se le presenta. Ninguno queda excluido. Si esto nos inquieta, la segunda parte nos consuela. El “viñador”, que es Jesús, pide al dueño de la viña, su Padre, que espere un año todavía. Y entretanto, él hará todo lo posible (y lo imposible, muriendo por nosotros) para que la viña dé fruto. Es decir, ¡cambiemos de vida! Éste es el mensaje de la Cuaresma. Tomémoslo entonces en serio. Los santos —san Ignacio, por ejemplo, aunque tarde en su vida— por gracia de Dios cambian y nos animan a cambiar.